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sábado, 10 de mayo de 2014

En Maldonado:40 niños dejaron de ir a una escuela por bullying de un compañero

Subrayado

 
 
 
Ocurrió en una escuela cerca de San Carlos, Maldonado. Varios padres denunciaron las actitudes violentas y sexuales de un adolescente de 13 años.

Un grupo de padres de alumnos que asisten a la escuela nº 24 cerca de San Carlos denunciaron la situación a las autoridades educativas y a la Policía.
Según informa el portal FM Gente, un adolescente de 13 años es acusado de golpear y de abusar sexualmente de sus compañeros.
El padre de uno de los niños agredido, que según esta radio de Maldonado terminó en el hospital, aseguró que 40 alumnos abandonaron la escuela por la agresiones del chico de 13 años.
Este padre denunció que hace dos años este niño, que “vive en la calle”, golpea a los demás alumnos. “Le pega a los otros niños y les roba, este año también los manosea y besa a niños de jardinera”, dijo el hombre. Agregó que en algunos casos el acosador mostró sus genitales a varios niños, que después dejaron de ir a la escuela y debieron ser atendidos por psicólogos.
“El martes que viene llevarán al adolescente a un psiquiatra del Codicen, pero si el miércoles sigue yendo a la escuela sacaremos al resto de los niños”, advirtió el padre que hizo la denuncia.
Según su versión, el chico de 13 años ha ido a la escuela armado con una navaja o pedazos de hierro para agredir a los alumnos.

Injusto Gerardo Sotelo Cybertario

 

SOBRE EL AUTOR

Con más de veinticinco años de trabajo como periodista, se destaca como conductor e informativista de radio y televisión. Actualmente conduce el Diario Sarandi y 690 en Punto (en Radio Sarandí) y escribe para el diario El País y para Montevideo Portal. 

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El caso de la madre de un alumno escolar procesada por la Justicia por agredir a una maestra es algo más que un hecho delictivo. La brutal agresión, pretextada por una observación de la maestra hacia la conducta de su hijo, revela en qué ambiente y con qué valores se cría buena parte de nuestra infancia. Estamos ante un sector de la población altamente vulnerable, integrado por menores que aprenden de sus madres y padres al menos dos lecciones: la primera es la justificación de las faltas de conducta en lugar de aceptar sus consecuencias negativas; la segunda es la afirmación de que las diferencias entre las personas se pueden arreglar a las patadas. Incluso si el otro está en el piso. Una doble legitimación de la violencia que seguramente ya habrán experimentado en el hogar y que constituirá acaso la verdadera cárcel en la que cientos de niños y niñas corren riesgo de quedar atrapados.

Cuando se promueve la rebaja de la edad de imputabilidad penal se busca aumentar el castigo a adolescentes que padecieron situaciones similares a las del alumno de la escuela 115.

La sociedad uruguaya está abrumada por la delincuencia y en su desesperación, apela a lo que tiene a mano para defenderse. La mayoría de la población parece resuelta a aumentar el castigo a los adolescentes a partir de los dieciséis años de edad, quizás porque se trata de la única solución mágica que aún no se intentó.

Hace veinte años, la bala de plata era la creación de nuevas figuras delictivas y el aumento de las penas. El resultado no fue más seguridad sino más delitos y más delincuentes. Las cifras de encarcelamiento de Uruguay son extraordinariamente altas en relación a su población y aún con el régimen vigente (que ya cuenta con un sistema de penalización a partir de los trece años) la cantidad de menores privados de libertad aumentó considerablemente en los últimos dos años.

Nada de esto mejoró la seguridad pública, pero muchos actores políticos aconsejan ahora aumentar el universo punible con adolescentes de dieciséis y diecisiete años. La alternativa represora en materia penal se parece a la "lucha contra las drogas": como no funciona sino que genera efectos contraproducentes, debemos aumentar la dosis.

Los defensores de la "baja" invocan también razones antropológicas, como la presunta anticipación en la madurez de los adolescentes. Sin embargo, no es cierto que los adolescentes "maduren" más tempranamente. Lo que se observa es que los hijos de las familias más pobres asumen más tempranamente conductas y funciones de adultos, sin tener las herramientas psicosociales adecuadas.

Rebajar la edad de imputabilidad penal hará que los centros de reclusión aumenten su población con adolescentes pobres, muchos de ellos madres y padres, criados en hogares donde todo se resolvía de la manera brutal que lo hizo la madre que agredió a la maestra en la escuela 115. Bajar la edad de imputabilidad en lugar de subir las oportunidades de insertarse socialmente y de resolver pacíficamente los conflictos, no sólo será inefectivo. Será, además, injusto.

Politólogo Daniel Chasquetti: "Exito de la baja a la edad de imputabilidad es muy escasa por no decir nula."


Autor: Doctor en Ciencia Política.
Profesor del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.



Un pronóstico sobre el plebiscito constitucional


Los plebiscitos constitucionales simultáneos a las elecciones nacionales encuentran grandes problemas para hacerse un lugar en la agenda pública. Esto resulta natural porque las consultas persiguen objetivos diferentes. Mientras la elección nacional selecciona gobernantes y representantes de los ciudadanos, el plebiscito constitucional se concentra sobre un único problema. O sea, la elección nacional puede debatir sobre una amplia variedad de materias pero el plebiscito solo puede abordar una sola. Bajo estas condiciones, no debería sorprender que los plebiscitos pasen desapercibidos para buena parte de la población.
No obstante, en ciertas ocasiones los plebiscitos se tornan importantes. El ejemplo de manual es la recordada reforma constitucional promovida por las asociaciones de jubilados que buscaba atar el reajuste de sus jubilaciones y pensiones con la evolución del índice medio de salarios. Como la enmienda afectaba a más de la quinta parte del  electorado, todos los candidatos -con la excepción de Jorge Batlle- terminaron apoyando la reofrma, la cual fue aprobada por una clara mayoría del 72,5% de los votos.
Vistas las cosas así, podríamos pensar que la capacidad de una propuesta de reforma de adquirir centralidad y ser aprobada está fuertemente vinculada con la magnitud de beneficiarios que presenta la enmienda. Sin embargo, algunas iniciativas que eran favorables a amplios sectores del electorado (por ejemplo la de la educación en 1994) también fracasaron. En su libro sobre la democracia directa*, mi colega David Altman muestra que la suerte de las enmiendas también dependen de factores políticos (posicionamiento que asume el gobierno), sociales (existencia o no de apoyo de un poderoso grupo de presión), económicos (evolución de ciertas variables económicas) o  institucionales (coincidencia o no con las elecciones nacionales). En otras palabras, la probabilidad de que un plebiscito constitucional adquiera centralidad y la reforma sea aprobada no solo depende de sus contenidos sino también de otras variables.
Analicemos ahora el caso del presente plebiscito sobre la baja de la edad de imputabilidad: el gobierno se opone; la consulta es simultánea a las elecciones nacionales; las condicionantes económicas son favorables al gobierno; no existe un poderoso grupo de presión detrás de la iniciativa. ¿Qué nos diría Altman al respecto? No lo sabemos pero tal vez podría pensar que no se ha conformado la combinación de factores apropiada como para favorecer un resultado positivo.
Ahora bien, pese a eso todas las encuestas muestran hasta ahora existe una mayoría de ciudadanos favorables a la reforma, por lo cual su chance de éxito está intacta. Pero la pregunta crucial es si esto permanecerá así en los próximos meses. La respuesta es que no y paso a explicarme.
En mi opinión los promotores del plebiscito lanzaron esta propuesta aprovechando el malestar que manifestaba la ciudadanía uruguaya respecto a las cuestiones de seguridad pública. Su objetivo no era resolver el problema de la seguridad pública mediante esta reforma, el verdadero objetivo era obtener ciertas ventajas frente a sus competidores.

Obsérvese que la jugada fue muy inteligente porque en una sola movida la iniciativa dividió al Partido Nacional (el Herrerismo de un lado y el Larrañaga del otro) y colocó a Bordaberry en el centro de la agenda pública. Si considero la batería de proyectos de ley sobre la materia que los promotores presentaron en el Parlamento, no puedo endilgarles la idea banal de que su propuesta para resolver los problemas de inseguridad se limite a bajar la edad de imputabilidad. Nada de eso. La movida fue una jugada política magistral que le permitió al Partido Colorado crecer no menos de cinco o seis puntos porcentuales tal cual hoy lo demuestran las encuestas.

Pero el tiempo pasa y la consulta ya está a la vista. La opinión pública comienza a desperezarse pese a los obstáculos que tienen todos los plebiscitos. Primero se formó una comisión integrada por grupos políticos y organizaciones sociales que lanzó una prolija campaña denominada "No a la baja", que aun careciendo de recursos se las arregló para mantener el tema encendido e imponer su mensaje. Los pájaros de origamis y los globos comienzan a ser familiares en el paisaje urbano. También la Universidad de la República, luego de impulsar decenas de debates con expertos y técnicos, terminó rechazando a la medida, no sin antes debatir orgánicamente en todos sus ámbitos. Finalmente, fue la Iglesia, y más precisamente el novel y renovador Arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, quien rechazó la idea de modificar la Constitución con esa intención, para sorpresa de buena parte de sus feligreses acostumbrados al conservadurismo de su antecesor.
En ese contexto, la suerte de la enmienda comenzó a tambalearse. En pocos meses, el apoyo a la baja de la edad de imputabilidad cayó diez puntos porcentuales y a esta altura muchos analistas se preguntan si en verdad todo no terminará en un fracaso. Yo elevaré la apuesta y diré que existen buenas razones para pensar que la probabilidad de éxito de la baja a la edad de imputabilidad es muy escasa por no decir nula. Tengo dos formas de argumentar esta sentencia. La primera consiste en aplicar los hallazgos de Altman y demostrar que no existen condiciones estructurales para su aprobación. La segunda consiste en señalar que la propia dinámica de la campaña se encargará de jaquear la suerte de la reforma, pues su ingreso en el debate público no hará otra cosa que alinear lealtades partidarias.
El razonamiento es el siguiente: si mis cálculos no fallan, tendremos durante los cinco meses que van de junio a octubre una disputa más o menos abierta entre Larrañaga y Bordaberry por hacerse del segundo lugar en el balotaje de noviembre. En ambos casos, la hipótesis de triunfo presidencial pasa por un mismo objetivo estratégico: que el Frente Amplio no alcance la mayoría de votos y conseguir la segunda plaza para competir por la victoria en noviembre.

Como Larrañaga está en contra de la baja a la edad de imputabilidad, Bordaberry colocará al plebiscito como un tema central de su campaña, de forma de favorecer la fuga de votos blancos. Estoy pensando en aquellos votantes de derecha de Lacalle Pou, simpatizantes del Herrerismo y grupos afines, que apoyan la reforma y que con la derrota de su candidato sentirán que el ganador no representa cabalmente sus puntos de vista. Por ellos irá Bordaberry y todo su equipo ofreciendo el menú de la baja a la edad de imputabilidad. Larrañaga evitará confrontar en esos términos pero propondrá otras medidas exquisitas para el paladar del votante de derecha. Algunas ya las estamos escuchando en la campaña para las primarias pero seguramente se irán incrementando en la medida que Bordaberry insista con la carta del plebiscito.

En ese marco, los otros candidatos, Vázquez y Mieres, detectarán la posibilidad de polarizar el debate en base al tema, dejando así a Larrañaga en una posición incómoda que podría denominar "fuego cruzado a dos frentes". Este tipo de competencia basada en movimientos orientados a captar el voto de segmentos específicos del electorado provocará un alineamiento de los electores con la posición de sus líderes y ello traerá un único resultado: el deterioro de la intención de voto por la reforma constitucional.  Si hoy está en 58% seguirá bajando hasta caer por debajo del 50%, cifra necesaria para alcanzar su aprobación.
A esto se suma el hecho de que las reglas constitucionales de reforma prevén que solo votarán la reforma aquellos electores que están a favor. O sea, solo los que quieran enmendar la Carta deben expresar su voluntad mediante una papeleta. Los que se opongan y los que no coloquen la papeleta serán considerados contrarios a la reforma. Ésta es una regla típica a favor del status quo y fue pensada adrede por los constituyentes. Si querés cambiar la Constitución, será mejor que te esfuerces y consigas expresar la voluntad del pueblo.

En ese sentido, la pregunta es: ¿cómo harán los promotores de la reforma para que todos los electores proclives a su aprobación, pero que votan a partidos que se oponen, introduzcan la papeleta en la urna? Difícil tarea que se lograría únicamente si se genera un gran debate despartidizado. Pero como hemos argumentados eso es difícil de lograr en medio de una contienda donde se ponen en juego otras cosas, entre ellas el premio mayor de la presidencia.

Bajo estas circunstancias, lo más seguro será que se impongan -una vez más- las identidades partidarias por sobre los debates ciudadanos. En suma, si tuviera que apostar mi hamburguesa, como le gusta decir a Luis Eduardo González, lo haría obviamente por la no aprobación de la reforma.
* Altman, David (2011). Direct Democracy Worldwide. Cambridge University Press.

Vázquez calificó a oposición de "negativistas patológicos"

Internas FA


Vázquez calificó a oposición de "negativistas patológicos"
espectador.com
 
El precandidato Tabaré Vázquez calificó a la oposición de “pesimistas y negativistas patológicos” porque no reconocen que el país cambió. Agregó que al mirar 50 años atrás “ninguno de los gobiernos de los partidos tradicionales ha bajado las tarifas de UTE”.
Dijo que algunos dirigentes de la oposición “no reconocen ningún elemento positivo” de los gobiernos del Frente Amplio.

Vázquez participó este viernes en un acto político en Juan Lacaze, Colonia, donde resaltó que las Naciones Unida definió a Uruguay como una “economía emergente por el alto valor agregado manufacturero de los últimos diez años, en los que gobernó el Frente Amplio.

Según publica el diario, La República, el ex mandatario se preguntó “¿No pueden o no quien ver?, porque bajó la pobreza, al punto de que Uruguay es el país de América Latina con el menor índice, es el que mejor distribuye la riqueza, y tiene un alto nivel de concepción democrática y de convivencia pacífica”, sentenció.

Aseguró que la oposición reclama por la inseguridad, y reconoció que existen problemas. “Hacemos autocrítica y reconocemos cuando nos equivocamos. Pero son los organismos internacionales los que dicen que Uruguay es el país más seguro de la región”.

El exmandatario remarcó la importancia del desarrollo de las energías renovables, porque serán las responsable de permitir aplicar una rebaja en las tarifas de UTE.

Señaló que “mirando 50 años atrás”, mira los gobiernos de los partidos tradicionales y ninguno ha bajado las tarifas de UTE.

Constanza Moreira, se mostró “preocupada” por las encuestas que muestran un Frente Amplio estancando

Internas FA

Único ministro que repetiría Constanza Moreira sería Almagro

Único ministro que repetiría Constanza Moreira sería Almagro
espectador.com
La precandidata del Frente Amplio, Constanza Moreira, se mostró “preocupada” por las encuestas que muestran un Frente Amplio estancando y criticó a Tabaré Vázquez por adelantar nombres de eventuales ministros. Aseguró que ella no repetiría ninguno, salvo Luis Almagro.
En una recorrida por Maldonado, la senadora dijo que sigue “de cerca” las encuestas que muestran al Frente Amplio “estabilizado” en un 43 o 44% y que el resultado le “preocupa muy especialmente”.

Según publicó el sitio de FM GENTE, Moreira alentó a “esperar”  las elecciones del 1 de junio.  Dijo que la medición más importante es la interna y la definió como una instancia importante donde el FA tendrá que incentivar a votar.

Por otra parte se mostró optimista con la disminución en la intención de voto en cuanto a la baja de la edad de imputabilidad.

Dijo mirar esos números con entusiasmo, ya que a medida que se habla del tema las adhesiones van cayendo. “Esa tendencia es buena”, señaló.

También criticó a Tabaré Vázquez por dar nombres sobre quienes serían sus eventuales ministros.

A su juicio, esto debería definirse después de la elección de junio y de establecer la fórmula presidencial.

Pero, además, la precandidata cree que el gabinete no debe definirse en función de los votos que obtiene cada sector.

Considera que el equipo de gobierno debe tener igual cantidad de hombres y de mujeres, y apuntar al relevo generacional.

En cualquier caso no le gustaría “repetir ministros”, salvo en el caso del canciller Luis Almagro a quien elogió por su conducción a lo largo de estos años.