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viernes, 9 de febrero de 2018

Bottinelli: “El caso Bascou le jugó en contra y debilitó al Partido Nacional” El experto consideró que el FA es el partido que tiene mayores probabilidades de ganar





La República

El politólogo y director de Factum, Oscar Bottinelli declaró días pasados que el Frente Amplio es el partido que tiene mayores probabilidades de obtener la presidencia de la República en las próximas elecciones. Sin embargo, afirmó que lo haría en un escenario político donde no alcanzaría la mayoría parlamentaria.

Ante esta situación, LA REPÚBLICA dialogó con el especialista, quien afirmó que el problema del Partido Nacional es que no consigue conquistar a los frenteamplistas, ya que una parte de los mismos, a pesar de su desilusión, no irían hacia los Partidos Tradicionales. Incluso mencionó que algunos de ellos están “buscando otras opciones” en el Partido de la Gente, Partido Independiente y Unidad Popular.

Explicó que el Partido Nacional “se ha debilitado porque ha cometido errores” al no tener un manejo “prolijo” de su interna y del caso Bascou. “Creo que le ha jugado un poco en contra la forma en que ha procesado el tema. De alguna manera no aplicó a sí mismo lo que reclamaba en relación al caso de Sendic y podría haberlo jugado mejor”.

Según sus palabras, el Frente ha logrado “recuperarse” del caso Sendic. Luego de este asunto, “se notó un cambio de vientos y el Frente Amplio entró claramente a mejorar. Se apaciguó parte del enojo y desilusión de muchos frenteamplistas”.

¿Por qué usted dijo que el Frente Amplio tiene más posibilidades de ganar las elecciones?

Porque se ha recuperado del caso Sendic. El problema principal es el siguiente: a mediados del año pasado, el Frente Amplio estaba en dificultades: tenía las mismas posibilidades de ganar o de perder las elecciones. Después del caso Sendic, se notó un cambio de vientos y el Frente Amplio entró claramente a mejorar.

Se apaciguó parte del enojo y desilusión de muchos frenteamplistas porque dicho partido no estaba ganando o perdiendo hacia fuera, sino que estaba perdiendo dentro de sí mismo, era un problema con los frenteamplistas. Sin embargo, en el correr del año se notó que el Frente Amplio empezó, después del caso Sendic, a levantar y hoy tiene mayores probabilidades que la oposición.

¿Es cierto que los frenteamplistas nunca votarían a la oposición?

Sí. Muchos frenteamplistas a pesar de estar desilusionados con el Frente Amplio no votarían a los partidos tradicionales. La forma en que se resolvió el caso Sendic se puede analizar de dos maneras: una como la analizamos los especialistas viendo, si el Frente demoró mucho, si hizo bien o mal las cosas o si el Plenario apoyó al Tribunal de Conducta Política.

La otra forma es cómo al final terminó viendo la gente. El Frente Amplio hizo un informe lapidario contra Sendic y él se tuvo que ir. Es decir, el Tribunal de Conducta Política salvó al Frente Amplio y dio la señal que la gente esperaba. Eso bajó bastantes enojos y desilusiones, pero no quiere decir que los haya eliminado por completo.

El grueso de la desilusión que hay en el Frente Amplio se da con los votantes históricos. Sin embargo, los partidos tradicionales no han generado una opción de credibilidad hacia esos frenteamplistas. También es cierto que están buscando otras opciones; por algo el Partido de la Gente, el Partido Independiente y Unidad Popular han obtenido votos. Por tanto, alguna parte del electorado frenteamplista se fue del FA pero no han partido hacia los partidos tradicionales. Visto desde el ángulo del Partido Nacional, diría que el problema que tienen es que no consiguen que vengan los frenteamplistas.

¿Qué pasaría si Mujica se presenta como candidato en las próximas elecciones?

Hay que tener mucho cuidado en cómo el periodismo está manejando las declaraciones. En ningún momento Mujica respaldó a Orsi sino que dijo que era un buen candidato, pero también afirmó lo mismo de Bergara y de Carolina Cosse. Entonces, cuidado con simplificar las declaraciones. Tampoco dijo con claridad que no iba a ser candidato. Siempre dio mensajes de que estaba muy cansado, viejo y de que había que buscar a nuevas personas.

Pero creo que la incógnita la va a mantener por largo tiempo, porque es un juguetón y le gusta el chichoneo. Además, los estudios venían demostrando que entre Daniel Martínez y Mujica, no estoy hablando de quién tiene preferencia dentro del Frente Amplio sino en el imaginario colectivo general, rendían más o menos lo mismo. Por tanto, hay que ver, llegado el momento, si Mujica es un plus o es una contra para el Frente Amplio.

Con respecto a la interna del Partido Nacional, ¿usted cree que la división que se vive le juega en contra?

Sí. Esa idea de que el blanco es muy susceptible en caer en fuertes peleas internas es negativa para el Partido Nacional. Venían manejando muy bien las cosas, pero en estos últimos meses se ha equivocado. Sin embargo, quiero aclarar que el Partido Nacional está más o menos en el nivel de voto que tuvo en las elecciones pasadas y eso es muy raro, porque siempre después de una elección se baja. El hecho de que esté en el mismo porcentaje quiere decir que tiene una base estructural muy sólida hacia las próximas elecciones, esto no hay que olvidarlo aunque uno diga que se ha debilitado porque ha cometido errores.

¿Usted considera que lo de Bascou le jugó en contra al Partido Nacional?

Creo que le ha jugado un poco en contra en la forma que ha procesado el tema. De alguna manera no aplicó a sí mismo lo que reclamaba en relación al caso de Sendic y podría haberlo jugado mejor. Por ejemplo, el Partido Colorado manejó el caso de Sanabria de manera impecable: en 24 horas resolvió el tema. El tema es cómo se reacciona. Hay que ver cómo termina todo esto, el caso Sendic al Frente Amplio lo dejó muy mal durante largo tiempo, fueron casi dos años y al final le terminó saliendo bien. Tal vez el Partido Nacional, a pesar de estos manejos desprolijos que está teniendo, encuentra rápidamente la fórmula de salir de acuerdo a lo que sus votantes esperan.

En los últimos meses se ha manejado la posibilidad de que exista un pacto entre Alonso y los intendentes, ¿usted cree que puede ser posible y qué consecuencias tendría?

Creo que la probabilidad está en que se pongan un poco de acuerdo porque ha habido un poco de confusión en los planteos detrás de esa tercera vía. Sin embargo, creo que el hecho de que haya un tercer espectro que pueda recoger a los ciudadanos que están distantes de Lacalle Pou y que no estén satisfechos con Larrañaga, puede servirle al Partido Nacional. Eso hay que verlo en su momento.

Usted dijo que el Frente ha venido con una situación de degaste, ¿por qué el Partido Nacional no puede recapitalizar esta situación?

El tema es el siguiente: el desgaste está en la gente que creía que el Frente Amplio podía hacer determinadas cosas o tener determinada conducta, pero eso no implica que considere atractivo a los otros partidos con los cuales tuvo siempre mucha lejanía. No es solo un tema de saber jugar en la cancha política, también es que la gente considere que la forma de hacer política, los valores o ideas estén próximas a la persona. Si los ve lejanos, por mejor que juegue otro partido, no lo va a captar.

Esa es una Ley, la política no es un mercado. No cambio de jabón porque encontré otro más barato y de mejor embase. Los partidos representan valores e ideas diferenciados y en general los frenteamplistas, sobre todo los de vieja data, tienen valores y posicionamientos que están distantes tanto del Partido Nacional como del Partido Colorado y por mejor actuación que tengan, a los frenteamplistas les costará captarla.

Siempre es importante la cuestión del candidato, pero ¿cree que en las próximas elecciones será una cuestión central?

Creo que sí tiene su importancia. Es un aspecto medular en el ballotage porque ahí es donde hay una masa de gente que tiene que elegir. En estos casos, muchas veces importa no tanto qué virtudes tiene un candidato sino qué rechazo provoca. Sin embargo, no hay que olvidarse que el voto uruguayo es partidizado, el candidato lo que introduce es un plus o puede provocar alguna resistencia, pero la gente se guía más en votar a los partidos, no a las personas.

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