Todo
resulta muy personal, pero dentro de ello, también se tiene la
relación con el entorno, cada idea depende de la forma de mirar el
mundo y de valorar de acuerdo a nuestra carga de conocimientos,
deseos, sentimientos y emociones que brotan a cada paso dado.
Al
escribir, es jugar en el mundo de las palabras, va acompañado del
desarrollo personal y por qué no, profesional. El alma vuelca su
pensar sobre experiencias pasadas, las ilusiones y a veces los
desencantos, dándonos la luz a las ideas que nacen y se pueden
plasmar sobre el papel, para decirlo de alguna manera.
Además
de escribir, muchas veces se leen poesías, la necesidad de leer es
muy saludable para cargar conocimientos, además de alegrar el
corazón, llegar a endulzar el oído, apreciar la belleza que nos
pintan las palabras y el despertar emociones que curan el cuerpo y el
alma.
Es
un interminable de consideraciones positivas, y si entramos en
fomentar capacidades creativas, despertar el asombro por experimentar
y conocer lo que no se había percatado todavía, es más valioso, de
mirar el mundo e ir al encuentro del otro, y muchas veces hacer una
introspección, no tanto mirar el afuera, sino liberar el adentro.
Puedo
decir, que a todos les hace bien leer poesía, pero mejor es poder
escribir nuestras propias poesías, jugar con los pensamientos y las
palabras, y dejar que el alma vuelque su pensar, descubriendo nuestro
misterioso interior y el poder decir cosas, en una palabra, dar
camino libre a la creatividad en cada uno.
Volcando
ideas y experiencias, dejo para leer dos trabajos modestos, pero
poéticos al fin, uno escrito en formato de la poesía Jotabé, que
con ellas, se puede participar del Certamen VII Internacional de la
Rima Jotabé hasta el 20 febrero 2018, de Valencia, España, y cada
uno puede consultar en Internet y mandar por correo electrónico.
Además
un Soneto, las dos formas que me gustan para escribir, hay que
animarse; y a escribir y leer poesía.
BENDITA
CONCIENCIA
Esa
luz divina de mi conciencia,
una
verdad dura que da la ciencia.
Ella
pega muy adentro de uno mismo,
terremoto
que mueve en cataclismo.
Y
al sacudir con el puñal del sismo,
en
dar martirio dentro de sí mismo.
Es
dura piedra en golpe a la razón,
que
pega en centro en nuestro corazón.
Vendita
y dura en toda su evidencia,
removiendo
el alma desde un abismo,
por
la culpa de alguna desazón.
UN
HARPA Y UNA NIÑA…
Vuela
cual perfume de recuerdo dulce,
en
suave sonido de harpa lejana,
para
ese sabor, que al alma da endulce,
la
melodía que no llegó vana.
Juegan
sus dedos en caricia suave,
a
la sombra de rubia cabellera,
volando
en el aire cual ave,
para
cautivar su oído que espera.
Con
amor, que gustosa cada cuerda,
al
dar dulzura a cada melodía,
y
el alma que no olvida, lo recuerda.
Recuerdo
que le llega cada día,
queriendo
que perdure y no se pierda,
y
renueva hoy, su ayer con alegría.
NOÉ
ZENÓN SUÁREZ CASIELLES-2018.
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