¿Feliz año?  Por el Dr. Horacio Vommaro
Año nuevo: ¿Y si no todo es "pum para arriba"?
 
Colectivamente, asumimos la época de las 
fiestas como un período festivo de alegría y reencuentro. Sin embargo, 
"cada persona es un mundo" y, en lo particular pueden vivenciarse de 
distintas formas y provocar diversas reacciones.
El
 mes de diciembre está relacionado con celebraciones que están 
instaladas en nuestra cultura y vida social. La Navidad está más 
asociada a los orígenes y a las añoranzas, a la expectativa del 
reencuentro con familiares y amigos. El Año Nuevo se lo vincula a la 
renovación de ilusiones y fantasías para el año que se inicia. De, de 
una u otra forma nadie queda ajeno a esta situación durante este período
 de balance.
 
La manera en que  cada persona transita estas 
fiestas forma parte de las tramas vinculares en las que está inmersa y 
que nunca son un elemento aislado, sino que expresan la articulación de 
los sucesivos ámbitos familiares y sociales. La Salud Mental es 
inescindible de la Salud general. Es un proceso evolutivo y dinámico de 
la vida que está relacionado con el desarrollo neurobiológico, los 
vínculos familiares, la inclusión social, la calidad de vida, el grado 
de realización personal y la modalidad de relación entre las 
potencialidades del individuo y las demandas sociales.
 
No 
olvidemos que los aspectos familiares y culturales que cada familia 
sustenta son factores importantes en el proceso de subjetivación, es 
decir la forma en que se organiza el deseo y la fantasía. Tiene  
incidencia en los sentidos en que se organiza la cotidianeidad de la 
vida y las formas de vínculo entre los individuos. Así también influye 
en la percepción de las necesidades y la búsqueda de su satisfacción. 
 
De lo general a lo particular
Por
 lo tanto,  las fiestas serán vivenciadas de manera diferente por cada 
familia y por cada uno de sus integrantes. Pueden surgir reacciones 
diferentes, las consultas más frecuentes  se realizan por alteraciones 
somáticas, fatiga, tristeza, ansiedad y trastornos del sueño. Hay que 
tener en cuenta que, durante este período, el clima predominante que se 
genera parece imponer la necesidad de estar siempre pum para arriba y de
 "velocidad zapping", con lo cual estos cuadros son muy frecuentes. Como
 profesionales de la Salud tenemos que evaluar minuciosamente cada una 
de estas consultas y cuidarnos de no convertir en patología los 
avatares, los afectos y las emociones que la cercanía de las fiestas 
promueven. En los trastornos que una persona padece influye su ambiente y
 las circunstancias que lo rodean. Por lo tanto, intervenir sobre estas 
circunstancias y poder hablar sobre ellas le quita el carácter de que 
"solo a nosotros nos pasa" y humaniza la situación. 
 
Consultas frecuentes
El
 denominador común de muchas de las consultas está relacionado con 
situaciones de exceso o de carencia. Se corresponde con una modalidad 
predominante anclada en la lógica del consumo. Una faceta de exceso 
imposible de satisfacer que favorece modalidades adictivas y conductas 
de acción contrapuestas al pensamiento y la palabra. Una faceta de 
carencias expresada en ausencias y recuerdos melancolizados.
Es común enfrentar el dilema de con quién pasar las fiestas y los 
conflictos que acarrea. Se actualizan patologías de desamparo y 
desvalimiento, sobre todo cuando el trauma fue provocado en el seno 
familiar. En muchas de estas situaciones la familia no puede ser 
continente, más si ha sido parte, y entonces se trata de ayudar a 
encontrar una respuesta que sirva de soporte y que contribuya a generar 
una red vincular reparadora.
*Presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA
 
 
   
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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