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domingo, 26 de abril de 2015

Predicciones sobre mayo Daniel Chasquetti

Zoom Politikon

Columnas de Daniel Chasquetti

25.Abr.2015

Muchos se preguntan si las elecciones departamentales de mayo arrojarán cambios en el concierto de poder subnacional. El resultado de octubre del año pasado mostró un incremento del caudal electoral del Frente Amplio en 16 departamentos y un retroceso en Montevideo, Maldonado y Canelones (1). Esas novedades alentaron las expectativas de diferentes actores políticos respecto al resultado de las elecciones departamentales y la posibilidad de cambios en la titularidad de algunas Intendencias.
Muchos analistas sostienen que las elecciones departamentales presentan una autonomía creciente respecto al escenario nacional. La evidencia empírica ofrecida es concluyente pues en varios departamentos del país se vota de un modo en octubre y de otro muy distinto en mayo (2).
Si ignoramos los resultados de octubre y nos concentramos únicamente en las tendencias mostradas por las elecciones departamentales luego de la reforma de 1996, podemos observar diferentes configuraciones de competencia subnacional. Por un lado están los departamentos que cuentan con un partido predominante perpetuado en el gobierno local, y por otro, los competitivos que presentan alternancias en la titularidad del gobierno. Entre ellos encontramos algunos casos intermedios que parecen moverse en diferentes direcciones. Veamos esto con detenimiento.
Los departamentos con un partido predominante son aquellos donde la diferencia entre el primero y el segundo en la última elección, ha sido mayor a los 25 puntos porcentuales: Tacuarembó, Flores, Durazno (Partido Nacional), Montevideo y Canelones (Frente Amplio). En estas circunscripciones, el partido gobernante está muy fuerte y las encuestas indican que no deberemos esperar cambios en la titularidad del ejecutivo (3). A este grupo podrían agregarse otros cuatro donde el partido ganador tomó entre 20 y 25 puntos de ventaja en 2010 y las encuestas indican que el escenario continuará incambiado: Rivera (Partido Colorado), San José, Soriano y Lavalleja (Partido Nacional). Por tanto, tenemos 9 departamentos con partido predominante donde seguramente no habrá cambios en la titularidad partidaria del gobierno. Obsérvese que en Canelones, Montevideo, Flores, Durazno y Lavalleja, el predominio del partido mayoritario se expresa no solo en mayo sino también en octubre, por los que esas hegemonías parecen ser muy sólidas. En los otros casos, sin embargo, se observan fenómenos de inconsistencia muy interesantes. En San José y Soriano el Frente Amplio le ganó al predominante Partido Nacional; en Tacuarembó hubo prácticamente un empate; y en Rivera el mayoritario Partido Colorado quedó tercero. Parece entonces evidente que estos son los departamentos con los escenarios locales más autónomos respecto al nivel nacional. O sea, es en estos cuatro casos donde la mayoría de la ciudadanía vota de un modo cuando hay que elegir presidente y de otro diferente cuando hay que elegir Intendente.
Los departamentos competitivos son aquellos donde la distancia entre el primero y el segundo ha sido inferior a los 10 puntos en la última elección: Florida, Paysandú, Río Negro, Treinta y Tres (Partido Nacional), Salto (Partido Colorado) y Artigas (Frente Amplio). En estos seis departamentos deberíamos esperar fuertes competencias entre partidos gobernantes y partidos opositores, y obviamente, algún cambio en la titularidad del gobierno.
Los departamentos intermedios son aquellos donde la competencia podría estar cambiando por razones diversas y sobre las cuales no podemos extendernos. Rocha y Colonia tuvieron un claro dominio de un partido durante largo tiempo pero las encuestas indicarían que se están tornando competitivos. Cerro Largo y Maldonado ofrecen un panorama muy similar porque, a pesar de que en la pasada elección la diferencia entre los dos primeros partidos osciló entre 14 y 20 puntos, las encuestas hoy describen una fuerte competencia entre nacionalistas y frenteamplistas.
Por tanto, habría diez departamentos potencialmente competitivos en esta elección sobre los cuales debemos detenernos. La información disponible que reportan las encuestas indica que los niveles de competitividad no son similares en todos los casos. En Florida y Treinta y Tres, los sondeos muestran que el Partido Nacional retendría el gobierno. En Rocha, las encuestas muestran que el Frente Amplio es el nítido favorito; y en Colonia ocurre precisamente lo mismo pero con el Partido Nacional. De este modo, la cifra de departamentos con un resultado electoral incierto desciende a seis. En Salto, Paysandú y Río Negro, las encuestas muestran que el Frente Amplio marcha primero, en tanto en Artigas, Maldonado y Cerro Largo, quien va primero es el Partido Nacional. En los seis casos, la diferencia entre los dos principales competidores es mínima.
Por tanto, mi pronóstico sostiene lo siguiente: el Frente Amplio volverá a ganar en Montevideo, Canelones y seguramente en Rocha; el Partido Colorado hará lo propio en Rivera; y el Partido Nacional triunfará en Tacuarembó, Flores, Durazno, San José, Soriano, Lavalleja, Florida, Treinta y Tres y probablemente en Colonia. En seis departamentos existe incertidumbre sobre el resultado final. En cinco la competencia se desarrolla entre el Frente Amplio y el Partido Nacional (Paysandú, Río Negro, Artigas, Maldonado y Cerro Largo) y en uno entre el Frente Amplio y el Partido Colorado (Salto). Quien cliqueé aquí encontrará un mapa ilustrativo de esta predicción.
No hay dudas que las elecciones departamentales tienen su propia lógica determinada en buena medida por factores institucionales específicos: diez y nueve elecciones simultáneas; mayoría simple en la elección del ejecutivo departamental; reelección inmediata del Intendente; voto conjunto de los partidos para todos los cargos, incluido el de alcaldes y concejales del nivel municipal; y un legislativo departamental con mayoría automática y costos altos de entrada para los partidos menores. Además, se realizan en pleno período de luna de miel del presidente electo en noviembre, lo cual representa una ventaja para el partido en el gobierno nacional. A todo esto se agrega la influencia subyacente de la trayectoria previa de cada circunscripción, que determina identidades y rasgos culturales que pueden hacer una diferencia.
Las encuestas confirman los indicios que ofrece el estudio de los resultados previos. El sistema de partidos cuenta en el nivel subnacional con dos grandes actores, el Frente Amplio y el Partido Nacional. El Partido Colorado solo tiene chance en dos departamentos, y en los restantes, sus candidatos no sobrepasarán la línea crítica de los 10 puntos. Los partidos pequeños se tornan en estas instancias más débiles que en la escena nacional, dados los escasos incentivos que tienen para competir. El acto electoral del 10 de mayo será un mojón más de nuestro proceso democrático que mostrará tendencias de futuro. El fortalecimiento de dos grandes actores y el debilitamiento de los restantes, son un indicio sobre cuáles son las rutas que seguirá transitando nuestro sistema de partidos.
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Notas
(1) Entre esos departamentos, destacaban Cerro Largo con un amento del 4.8%; Lavalleja, con 3.9%; Colonia, 3.8%; o Salto con 3.6%.
(2) Un interesante análisis sobre este punto puede leerse en Santiago López Cariboni: ¿Cuán “locales” son las elecciones municipales en Uruguay? Estimando independencia de resultados y comportamientos electorales. Revista Uruguaya de Ciencia Política No. 16 año 2007. Disponible en http://www.fcs.edu.uy/archivos/L%C3%B3pez%20Cariboni.pdf
(3) Encuestas consultadas: Grupo Radar; Opción Consultores; Equipos Mori; Factum; Cifra; Ágora y Digítos.

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