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jueves, 17 de septiembre de 2015

ALCIDES ROMERO. “L A C A S A D E A G U A Y V I E N T O” Por Julio Dornel.






Una ráfaga poética debe haber pasado por las sierras petrificadas de San Miguel, dejando una estela luminosa en dirección al Picudo, haciéndonos pensar en las misteriosas herramientas que utilizan los artistas de la Villa Histórica en el momento de su creación. Hoy vuelve nuevamente Alcides Romero, joven para la poesía, confirmando la vieja sentencia de que el poeta aguarda en soledad la llegada de la musa, para verla luego transitar despacio por las calles de la imaginación. Alguien dijo que el escultor dispone de la piedra y el cincel, el músico de los instrumentos, mientras la poesía y la pintura esperan en soledad la inspiración creadora, como sucedió con Manolo y hace lo propio con Alcides, su alumno preferido. De la mano de su “compinche” Alexander Cardoso nos llega su último trabajo, donde el Profesor Néstor de la Llana, nos dice en la presentación que “la mesa está servida y no para la última cena. Sobre la mesa ahora, en la casa de tierra, agua, fuego y viento, está la vida misma”. Trece invitados van llenando las páginas “solidarias” que Alcides ha querido compartir, con jóvenes y consagrados poetas que no siempre tienen la posibilidad de publicar. Por allí desfilan Abel Garcia, Julio Victor González, Alexander Cardoso, Raquel Corbo, Mariella Huelmo, María de Lourdes Cabrera, Rodrigo Acosta, Julio “Pico” Decuadra, Bruno San Martín, Ignacio Suarez, Gerardo Techera, Omar Laso y Carson Mc Cullers. Tampoco faltó la pintura de Gilson Oliveira y el agradecimiento al periodista chuiense Carlos Castillos, “zurcidor de quehaceres cotidianos”. Solo nos resta pregúntanos, de donde le viene a San Miguel ( 18 de Julio) esa vena cultural que ha parido tantos escritores, poetas, músicos, historiadores, maestros y profesionales de todas las disciplinas.
LA CASA DE AGUA Y VIENTO.
La casa de agua y viento
No tiene paredes
No tiene cimientos;
Peri palabras
Y sentimientos.
La casa de agua y viento
No tiene cerrojos
Y ninguna llave;
Qué suerte que tiene
Aquel que la halle.
A veces el agua
Que limpia la herida,
A veces el agua
Que te da la vida.
A veces el viento,
Que te lleva lejos,
Más allá del sol
Más allá, ¡ más lejos!...


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