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La situación del refugiado sirio ex preso de Guantánamo se está volviendo un gran problema para Uruguay y para sí mismo, dado que su salud podría sufrir daños irreversibles en los próximos días si continúa con la huelga de hambre. La condición de Diyab para dejar la huelga de hambre es irse a un país del mundo árabe y reunirse allí con su familia, pero para ello dicho país debe aceptar acogerlo como refugiado a él y su familia. Uruguay tenía todo pronto para que su familia arribara al país, pero el sirio aseguró que no quiere residir en Uruguay y que su familia tampoco. Uruguay ahora está haciendo intensas gestiones con otros países para que lo reciban, pero hasta el momento unos se han negado y otros no han contestado al petitorio de la cancillería uruguaya.Inddhh pidió asegurar su integridad
La Institución Nacional de Derechos Humanos de Uruguay (Inddhh) instó al gobierno a asegurar la integridad personal Diyab.
“La Inddhh insta a las autoridades a continuar las gestiones que se vienen realizando para asegurar su integridad personal hasta que se defina su situación (de Diyab)”, expresa un breve comunicado difundido
por la institución. “Dentro de lo que establecen sus competencias legales, la Inddhh expresa su disposición para apoyar a las autoridades a los efectos de encontrar una pronta respuesta al tema mencionado”, dice el comunicado.
El perfil de un sirio de 43 años
Diyab tiene 43 años, es sirio. Llegó con otros cuatro refugiados de Guantánamo en 2014. Pasó 12 años en la cárcel estadounidense de Guantánamo, donde fue torturado física y psicológicamente y realizó una
huelga de hambre en la que fue obligado a alimentarse por sonda. Fue detenido el 1 de abril de 2002 en Pakistán, donde vivía con su esposa e
hijos, acusado de haber formado parte de distintas organizaciones terroristas en Medio Oriente como falsificador de documentos. Nunca más pudo ver a su familia, uno de sus hijos falleció.Desde que llegó a
Uruguay Diyab fue el más conflictivo de los refugiados. Además fue quien llegó con más secuelas físicas y se mueve con muletas. En una entrevista manifestó su simpatía por el grupo radical islámico, Al Qaeda. Según trascendió no tiene casi contacto con los otros refugiados, de los que dos han tenido denuncias y medidas judiciales por violencia
doméstica. Estos ya hablan español como para moverse por sí mismos sin traductor además han recibido a sus familias que llegaron de visita a
Uruguay y volvieron a su país. Los seis refugiados de Guantánamo tienen subvención económica hasta febrero de 2017.
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Intensas gestiones para que Diyab viaje mientras se agrava su salud - Diario La República
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