Michelini se sumó
a lo que el vicepresidente denominó como la House of Cards uruguaya
La posible caída de
Sendic generó movimientos políticos frustrados por Mujica para
tratar de desplazar como sucesora a Topolansky
escribe Andrés
Danza
Primera escena. Un
senador espera a unos metros del presidente mientras todos sus
colegas parlamentarios lo saludan y se van retirando, uno a uno, de
la casa en la que se toman las principales decisiones políticas del
país, ubicada en un barrio residencial y arbolado. Cuando al fin
logra unos minutos a solas, le sugiere un camino de salida para la
casi inevitable renuncia de su vicepresidente. El anfitrión lo
escucha, asiente con la cabeza y le recomienda que realice consultas
políticas.
Segunda escena. Ese
mismo senador, pero ahora en el viejo palacio de mármol donde
funciona el Poder Legislativo, sugiere a los principales referentes
del movimiento mayoritario del partido de gobierno, que renuncien a
ser los herederos de la vicepresidencia y que dejen ocupar ese lugar
al segundo sector mayoritario, integrado por él.
Tercera escena. El
líder del grupo mayoritario, un veterano dirigente que también fue
presidente, no puede creer que el senador haya realizado semejante
propuesta, más aún teniendo en cuenta que de ser aceptada, él
mismo sería el directo beneficiado, y toma una decisión terminante
desde su casa alejada de la ciudad: en caso de que renuncie el
vicepresidente, ese lugar será ocupado por su esposa, que es la
segunda dirigente más importante de su sector.
Así podría empezar
el último episodio de la serie House of Cards en su versión
uruguaya, de la que el vicepresidente Raúl Sendic dijo sentirse
víctima a principios de abril. Los hechos relatados en esas tres
escenas ocurrieron durante la última semana en Montevideo, luego de
que en el oficialismo manejaran como un escenario probable la
renuncia de Sendic a su cargo, según relataron a Búsqueda varios
testigos directos.
En la tarde del
miércoles 26 de julio, el presidente Tabaré Vázquez convocó a un
grupo de senadores a la residencia presidencial de Suárez y Reyes
para hablar de temas de coyuntura. La eventual renuncia de Sendic era
un rumor creciente y minutos antes el presidente había declarado a
la prensa que “una renuncia es una renuncia”, dando la idea de
que estaba dispuesto a aceptarla.
Al finalizar esa
reunión, según relataron los informantes, el senador Rafael
Michelini se acercó a Vázquez y le sugirió pedirle al Movimiento
de Participación Popular (MPP) que como un “gesto político” no
aceptara ser heredero de la vicepresidencia como el sector más
votado del oficialismo, y que en su lugar dejara al Frente Líber
Seregni (FLS), con más afinidad ideológica con el presidente.
Michelini llegó a
plantear esa posibilidad, que lo dejaría a él como vicepresidente
por ser el primer senador del FLS, a legisladores del MPP, pero la
respuesta que recibió fue negativa, agregaron los informantes.
La idea del líder
del MPP, el expresidente José Mujica, es que en caso de que sea
necesario sustituir a Sendic, los que manden sean “los votos”,
según transmitió a sus allegados. Es por eso que ya tomó la
decisión si se produce la vacante: el lugar será ocupado por su
esposa, la senadora Lucía Topolansky, que fue la segunda después de
Mujica en la lista del MPP, la más votada en las elecciones
nacionales de octubre de 2014.
La semana pasada se
manejó en ámbitos políticos la posibilidad de que el sucesor fuera
el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, tercero en la lista del
MPP, luego de que Topolansky diera un paso al costado. “Eso no va
a ocurrir”, transmitió Mujica los últimos días. “Hay que
respetar lo que la gente votó”.
El desenlace.
Desde que a fines de
abril Sendic dijo sentirse víctima de una especie de House of Cards,
la situación del vicepresidente fue empeorando y hoy esa serie
uruguaya imaginaria de conspiraciones y traiciones está cerca de su
final, según aseguraron a Búsqueda varios dirigentes políticos.
En los primeros
capítulos se vio el ascenso de Sendic hasta convertirse en el
candidato más votado en las internas del Frente Amplio de 2014, el
compañero de fórmula de Vázquez y quien tenía las mayores
posibilidades de sucederlo en 2019. Luego, en los siguientes
episodios, llegó la caída, generada principalmente por dos
factores: 1) los problemas de gestión que tuvo en Ancap y que
provocaron un déficit cercano a los US$ 800 millones y varias
denuncias penales; 2) la investigación periodística realizada por
la periodista de El Observador Patricia Madrid, que demostró que
Sendic decía ser licenciado en Genética Humana sin tener el título.
Más adelante, en la
House of Cards uruguaya, cuando Sendic era el político con peor
evaluación en las encuestas luego de la caída, decidió volver a
mostrarse con declaraciones públicas para defenderse y revertir la
situación.
Pero el 8 de junio
Búsqueda aportó una “vuelta de tuerca” a la serial imaginaria
que precipitó el cada vez más cercano desenlace: Sendic realizó
gastos durante su gestión al frente de Ancap con la tarjeta
corporativa de la empresa en tiendas de ropa, electrónicas, de
muebles, supermercados, joyerías y librerías.
La denuncia motivó
la actuación del Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio,
que concluyó que esas compras fueron “inapropiadas” e
“indebidas”, según supo Búsqueda.
Así lo comunicó el
martes 1º el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, a los
principales dirigentes de esa fuerza política, entre los que se
encontraba Mujica.
Ayer miércoles,
Mujica mantuvo una larga reunión con el vicepresidente en donde
hablaron de los distintos escenarios posibles. Sendic tiene la
decisión en sus manos. Los finales posibles son dos: renuncia y el
presidente lo acepta como ya lo anunció, o se somete al Plenario del
Frente Amplio y continúa con su defensa, como sugirió a varios
senadores oficialistas. De eso depende que haya o no una segunda
temporada de la House of Cards uruguaya.
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