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lunes, 8 de junio de 2015

RESEÑA HISTORICA DE LA ESCUELA Nº 28. Por Julio Dornel.





                          Escritor y periodista Julio Dornel
Mientras se van realizando los reencuentros generacionales de alumnos y maestros que han pasado por los salones de “la 28”, nos parece oportuno recurrir al maestro-historiador, Felix Flugel para ofrecer en forma documentada, las circunstancias que rodearon su llegada a esta frontera. Señala Flugel que “según los documentos consultados, debemos remontarnos al lejano 9 de octubre de 1899, día en que se instala la escuela Nº 9  para  varones en la ciudad de Rocha. A la ceremonia de apertura concurrieron 17 niños, la maestra directora, Josefa C. de Inchausti, el inspector de Instrucción Primaria, Banjamin Sierra y Sierra y un buen número de vecinos. Sin embargo aquella escuela estaba destinada a viajar y en junio de 1901 se resuelve su traslado a Cebollatí, al norte del departamento. Allí ocuparía el cargo de directora Almira Cotelo Freire desde el 26 de setiembre de ese año. Tiempo después, el 8 de enero de 1903 ocupa la dirección, el maestro italiano Humberto Pratto y meses más tarde, el 20 de agosto, se resuelve que en lo sucesivo la escuela llevaría el Nº 28. Por entonces, ya funcionaba como centro educativo mixto, recibiendo a niñas y varones. Los tiempos más significativos son los que encuentran al maestro Elías Lizardo a cargo de la escuela, desde el 28  de marzo del año 1904. La escasa asistencia de alumnos, sumada a las precarias condiciones del local escolar determinaría un nuevo traslado. (Dispuesto el 22 de julio de 1905). Esta vez se eligió   nuestra localidad como sitio de asentamiento para la Escuela Rural Nº 28 de Primer Grado. De esa manera el señor Lizardo debe abocarse al traslado del mobiliario escolar, hecho este que demandara numerosas diligencias y estuvo plagado de contratiempos. Transcribimos a continuación algunos párrafos de las circulares enviadas por el maestro Elías Lizardo al Inspector Departamental de Instrucción Primaria, don Manuel Lúgaro: “El que suscribe tiene el honor de llevar a conocimiento del señor Inspector que los medios para la conducción de las existencias de esta escuela hasta el paraje denominado Chuy, no se han podido encontrar, no obstante haber hecho con anterioridad las diligencias para llevar a efecto lo ordenado en la nota Nº 432 de esa oficina con fecha 1º de agosto del año 1905. En el día de la fecha he llegado a esta y me he presentado a la ya constituida sub comisión de Instrucción Primaria. He pedido a la misma que me auxilien con medios para conducir el mobiliario desde la costa de San Luis al Chuy, porque no se halla nada materialmente en qué conducirlos. Comuniqué al señor Inspector que se había conseguido la carreta para cargar el mobiliario en pocos días, pero el día 15 me comunica el  carrero  que no lo haría por faltarle algunos animales de tiro, inmediatamente me pongo en campaña para buscar otra carreta y no he podido hallar. Ahora bien, el día 18 fui a la casa de un comerciante a pedirle me condujera el mobiliario aunque fuera en carros, comprometiéndose dicho comerciante a cargar el día 20 del actual. Es increíble señor Inspector la escasez que existe de medios de transporte, por eso es la causa de mi demora en cumplir estrictamente lo que ha ordenado esa autoridad escolar. Aprovecho esta oportunidad para saludar a Ud. Muy atentamente”. Difícil encontrar documentación histórica que nos permita revivir los episodios que rodearon la llegada de la primera escuela a nuestra ciudad. En la próxima entrega el maestro Flugel nos ofrece algunos detalles que complementan esta importante reseña histórica  sobre la escuela Nº 28. 

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