Buscar este blog

domingo, 28 de junio de 2015

YO ADIVINO EL PARPADEO…


Un 24 de junio, hace 80 años, el aeródromo de la ciudad colombiana de Medellín era escenario de una trágica colisión de aviones. El incendio subsiguiente, segó la vida de Carlos Gardel junto con su guitarrista y socio de composición Ernesto Le Pera..


ULTIMA FOTO GARDEL
Última foto de Gardel y su comitiva, en el avión en que encontraría la muerte.

Si origen y primeros años de vida de Gardel son todavía motivo de discusión –hay controversias sin resolver respecto a su genealogía, la fecha y el lugar de nacimiento- no lo fueron menos las circunstancias de su trágica desaparición. Una versión probable es que la rivalidad entre el piloto del aeroplano en el que viajaba Gardel y el del aparato de otra compañía que estaba en la pista, hizo que aquel realizara una arriesgada maniobra que terminó en catástrofe. Teorías más conspirativas, hablan de un incidente violento dentro del avión, que incluyó un disparo de arma de fuego que alcanzó al piloto haciéndole perder el control de la aeronave.


Medellin_plane_crash_1935


Los escombros humeantes de los dos aviones siniestrados.


Los restos del cantante tampoco alcanzaron de inmediato, la paz del sepulcro. Fueron exhumados para ser trasladados a Buenos Aires, donde su tumba en el cementerio de La Chacarita desde entonces es lugar de peregrinación. Las peripecias de su tránsito desde Medellín hasta su último destino, están contadas en la siguiente nota periodística, cuya lectura recomiendo:


El 5 de febrero de 1936 el vapor de bandera estadounidense Pan American a cuyo bordo viajan los restos mortales de Gardel, hace escala en el puerto de Montevideo. Se le organiza en nuestra ciudad un homenaje multitudinario, permaneciendo el féretro expuesto durante varias horas, en capilla ardiente, en el túnel del edificio de la Aduana.



Pan American


El vapor SS Pan American en el puerto de Montevideo, trayendo los restos de Carlos Gardel con destino a Buenos Aires.


El aniversario de la muerte de Gardel, junto con el del triunfo de Maracaná que se cumple el mes próximo, ocupan lugares de privilegio en el santoral laico uruguayo y cada año son objeto de puntual y minuciosa recordación que opacan cualquier homenaje que se confiera a algunas de nuestras más importantes gestas independentistas (Las Piedras, Guayabos, Rincón, Sarandí).



Casa Gardel


La casa que Gardel se hizo construir en la calle Podestá de Montevideo, y que nunca llegó a ocupar. 

Reconozcamos que Gardel es objeto de recuerdo y veneración en muchísimos lugares del mundo. Destaco especialmente la nota de Alfredo Grimaldos que le dedica a este 80º. aniversario de su muerte, en el diario español El Mundo. Permítaseme reproducir algunos de sus párrafos:
Carlos Gardel es el cantor popular más grande de la historia. Y lo dice un flamenco, enamorado del arte de Antonio Mairena, Terremoto de Jerez y Tomás Pavón.”
Y destaca la influencia que el porte y la manera de cantar de Gardel tuvieron en notables cultores del flamenco, señalando:
Quien mejor cultivó la herencia de Gardel con soniquete flamenco fue el gaditano Chano Lobato … En su disco ‘Que Veinte Años no es Nada”, grabado en 1980 con la guitarra magistral del sevillano Manuel Domíguez, Chano hizo una inolvidable versión de ‘Volver’, una de las obras inmortales de Carlos, por bulerías. Una genialidad.”
Acá tienen una versión:



Valga el genuino arte de Chano Lobato para lavar las afrentas que ha propinado al repertorio gardeliano, el detestable Julio Iglesias. Y aquellos puristas a quienes les rechine escuchar uno de los hitos gardelianos en clave de “bulerías”, recuerden que el “Morocho del Abasto” cantó además de canciones criollas y tangos, también géneros tan dispares y tan poco arrabaleros como gatos, cuecas chilenas, bambucos y pasillos colombianos, habaneras, jotas aragonesa, foxtrot y shimmy “gringos”, baladas rusas…
Este 24 de junio y sus resonancias en el Río de la Plata y otros lugares del globo, trajo a mi memoria el haber conocido hace muchos años ya, durante algunos veraneos en Parque del Plata, a Don José María Silva –el “fotógrafo de Gardel”– a quien se debe la más icónica de las imágenes del “zorzal criollo”.
Magnífica persona, de trato fino y agradable, tuvo la gentileza de obsequiar una fotografía de estudio de mi hija María Ximena, realizada en su tradicional local de la calle Rondeau 1509 de Montevideo donde también inmortalizara la imagen del mítico cantor.


Gardel100_2201[1] a

No hay comentarios:

Publicar un comentario