De
todas las experiencias que hasta ahora he tenido en Buenos Aires, una
de las más increíbles, por su contexto, y porque como expresé en
Facebook, ni en mis más febriles delirios me habría imaginado
viviendo algo así siendo un recién llegado. Me refiero, por
supuesto, a mi participación en un programa de televisión
argentina.
Efectivamente.
Así como lo leen. En la semana que fue del lunes 23 al viernes 27 de
octubre estuve, en calidad de participante, en Mejor
de Noche,
programa emitido por Canal 9 de Argentina y producido por Kuarzo (que
es, o era, Endemol), el cual es conducido por Leo Montero, y sale de
lunes a viernes de 21:50 a 23:00.
Para
quien no lo conozca, se trata de una adaptación del viejo formato de
programas de preguntas y respuestas sobre cultura general, del tipo
“Salven
el Millón”,
“¿Quién
quiere ser millonario?”,
o el clásico “Martini
Pregunta”
(también había uno conducido por Berugo Carámbula, cuyo nombre no
recuerdo); en este caso, consiste en una ruleta gigante, alrededor de
la cual se sitúa a 6 participantes a quienes se asigna una zona de
la misma (por ejemplo entre colorado el 16 y negro el 23), y el
participante en cuyo sector del juego caiga la bola debe responder
una pregunta de cultura general, que puede ir desde Historia
(Argentina o Universal) hasta Farándula, pasando por Geografía,
Deporte, Arte (en todas sus disciplinas), Gastronomía, Religión,
etc. Todos los días se va generando un pozo de dinero, que se puede
llevar el participante al que le toque la Última Bola del juego de
esa noche, que debe responder una pregunta. Tanto en esa Última
Bola, como en las que se tiran de color blanco durante el programa,
las preguntas son de múltiple opción (12) y existe la chance de
reducir la cantidad de opciones dos veces (a 6 y a 3) con la
correlativa disminución del dinero en juego.
Se
trata de un programa ágil, entretenido, divertido, y que mantiene
–un poco a contrapelo de la tendencia actual- el estilo de
programas que, de alguna forma, buscan premiar el saber o la cultura
general. Podría objetarse que lo hace mediante un formato
mercantilizador, y que el show alrededor trivializa la cultura y el
conocimiento… francamente, y con todo respeto, me parecen
argumentos dignos de rancios sofistas.
En
caso de que no se hayan percatado, se trata de uno de mis programas
preferidos de la televisión argentina desde que llegué. Me corrijo:
uno de mis POCOS programas preferidos.
Ahora,
bien, una cosa es que sea un asiduo espectador y otra muy distinta
que me haya pasado al otro lado de la pantalla. Supongo que los
lectores se preguntarán cómo sucedió.
Nada
más complicado que un mensaje de whatsapp y un casting. Aunque la
historia es un poco más larga. Comencé a ver el programa a mediados
de agosto. Una de esas noches que lo veía, y cuando ya tenía más o
menos clara su dinámica, pasaron las formas de anotarse para
participar del mismo. Una era mediante mensaje de whatsapp. La vez
siguiente que lo hicieron tuve preparado el teléfono para registrar
el contacto en el celular, y al otro día envíe el mensaje donde
expresaba mi interés en ser participante. Pasaron dos, tres, cuatro
días sin novedades y me olvidé por completo del asunto.
Al
decimotercer día recibo un mensaje de Mejor de Noche. En el mismo
decía que para participar había que ir un día a determinada
dirección, entre ciertas horas, y hacer un casting que consistía
en completar dos planillas y sacarse una foto. De las dos planillas,
una era con información personal, y la otra una breve cuestionario
de cultura general.
Salí
del lugar dudando que me convocaran nuevamente. Es que del
cuestionario, una vez que salí y pasó la euforia del momento,
repasé mentalmente mis respuestas y me di cuenta que había fallado
aproximadamente en la mitad: una en que la respuesta era Verdi y puse
Mozart, otra de geometría, y varias de geografía e historia
reciente Argentina. Mi esperanza era que las de geografía
universal, historia regional, y literatura me salvaran; unido a que
tuviesen la contemplación que siendo un recién llegado, mal podía
saber cuál era la estación de trenes de no sé dónde diablos ni el
nombre del Partido de Mar del Plata.
A
esto se sumaban mis nada positivos antecedentes en Uruguay. Intenté
participar
tanto en “¿Quién
quiere ser millonario?”
como
en “Salven
el millón”,
fracasando
con total y absoluto éxito en ambos casos.
En el primero, debo haber llamado unas 5 o 6 veces, contestando
siempre bien la pregunta telefónica, pero esa era toda mi
participación.
Enarbolando
la ética de la derrota con entereza, me olvidé por completo del
asunto, pero sin evitar imaginarme contestando en lugar de los
participantes que veía semana tras semana, hasta que, una mañana, a
principios de octubre, me llegó un mensaje de whatsapp de remitente
desconocido. Era una productora del programa, preguntándome si tenía
disponibilidad para estar en la semana del 23 al 27… Hay mensajes
en la vida que son para responder sin reflexionar. Y éste era uno de
ellos. Automáticamente dije que sí.
El
resto es historia fresca y conocida. Y si no les resulta conocida, es
ubicable por Youtube. En lo personal, aún me cuesta creerla del
todo. En el poco tiempo que llevo acá en Buenos Aires, ya he
participado en un programa de televisión, terminé de escribir mi
segundo novela, he comenzado a escribir Teatro, amén de otra pequeña
serie de logros y/u objetivos que he alcanzado o intentando alcanzar.
Sólo
me resta expresar mi más hondo y puro agradecimiento a la producción
de Mejor
de Noche (especialmente
a Paula), a las chicas de maquillaje y vestuario del Canal, a Leo, a
Xoana; a Hugo, Sergio, Emanuel, Salomé y Mauricio, mis compañeros
durante toda la semana; y mi familia, amig@s y conocid@s que me
siguieron, apoyaron y alentaron, desde Montevideo, Rocha, Maldonado y
Buenos Aires.
No
crean esos infundados rumores de que se me subió la fama a la
cabeza. Por más detalles, contacten con mi agente de prensa.
P.D:
Mamá, te pido encarecidamente que no les creas a los buitres de la
prensa de chimentos. Ya no sé cómo explicarte que con
Xoana somos solo amigos.
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