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sábado, 27 de febrero de 2016

EL MAESTRO FRANCISCO ANTONIO. Por Julio Dornel.




La tenacidad y la perseverancia del maestro Antonio han sido suficientes para cerrar un año con varios galardones nacionales, que ponen de manifiesto una vocación inalterable por las letras. Nacido en 18 de Julio en 1939, se traslada a Charqueada con 12 años y finalmente a Treinta y Tres, donde transcurre su vida, considerándose un hijo “adoptivo” del Olimar. Diversas distinciones y premios literarios están complementando una intensa actividad periodística, colaborando con radios y periódicos de todo el país, manteniendo la corresponsalía de LA MAÑANA y EL DIARIO por más de una década.
EL MAESTRO ANTONIO.
Autor de varios libros donde ha documentado su proficua tarea docente, literaria y poética cargada de sensibilidad, ganándose por derecho propio un sitio relevante en la vanguardia de la cultura de ambos departamentos (Rocha- Treinta y Tres). Entre aquellos músicos, pintores, escritores y poetas de 18 de Julio, o quizás de San Miguel, se encontraba el maestro Antonio, que hoy a la distancia sigue prendido a los recuerdos de su infancia. Prologando uno de sus libros el maestro José María Obaldía, señalaba que “con el autor somos colegas en un oficio de aquellos en los que juegan vivencias muy propias; nombrando lugares de mi pago, apellidos que andan en mi y otros que me llegan envueltos en amistad y otros afectos. Al maestro Antonio lo conocimos en el 80 y pico cumpliendo tareas como corresponsal del diario La Mañana, durante un congreso realizado en la capital del país. Escritor, periodista y maestro, alternó durante 30 años clases de idioma español y literatura en primaria, secundaria, universidad del trabajo y centro de formación docente. Resulta muy difícil enumerar las distinciones alcanzadas por Antonio durante los últimos años. En 1979 se adjudica el Premio Departamental de Literatura con el poemario “Camino Interior”, que fuera expuesto en la Biblioteca Vaz Ferreira de Montevideo. En 1982 llega el Primer Premio a la canción inédita del festival regional de folclore “A Orillas del Olimar” con el tema Raíces. En 1999 se adjudica el primer premio en narrativa en el Concurso “Serafín J. García” con El retrato del Viejo Usla y mención especial en el 2.001 con el cuento Las Dos Muertes de Leodoro. Entre sus múltiples obras editadas podemos destacar Campo y Lluvia, poemario para niños y varias publicaciones en las revistas Quiquiriya, Del Pueblo, Cimarrón y Orejano, como así también en suplementos escolares de los diarios capitalinos El Día, El Popular, La Mañana y El Diario.
También incursionó en el periodismo radial conduciendo diversos programas en Difusora Treinta y Tres, Radio Olimar y El Libertador. De esta manera el maestro Antonio fue forjando su personalidad, aprovechando todas las circunstancias para ir enriqueciendo su intelecto. De su pasaje por los centros educativos de la capital olimareña y zonas rurales, nos regala Memorias de Un Tiempo Lindo, con 73 páginas que van desde el discurso patriótico hasta Fallecida con Buena Salud, pasando por anécdotas y vivencias del pago olimareño, con el desfile de personajes inolvidables como la “Tota” Robaina, el Profesor Roseli, el Dr. Manssur, Enrique Rado y un capítulo especial para sus compañeros Artigas Gandaro, el “Cachín” Muniz, Carlitos Patrón, Pedrito Buzó, el Pepe Vázquez, el Canario Palacios, Rodríguez Cantera, el “Pato” Sosa, Santos Rodríguez, Fredy Silvera, Ramón Salomón, el “Turco” Stolarski, Darwin Perdomo, Ricardo Larrachea, José Mujica, el “Beto” Rodríguez, Rudemar Moreno y muchos otros. Prisionero de sus propias historias nos ofrece en este libro, un manojo de cuentos y vivencias que fue recogiendo entre sus alumnos, colegas y personajes que transitaban sin rumbo fijo por los caminos del departamento. Internet mediante, le pedimos un breve balance del año que finaliza: “Comencé la zafra literaria 2015, con el premio Gran León – en poesía otorgado en el Concurso Literario Internacional “Club de Leones” de Rocha en la modalidad de Poesía con Rima”.
El tema del certamen, en homenaje al “Año Internacional$ de la Luz” fue El Faro y estas fueron sus reflexiones:
“Yo relacioné la tarea que cumplen los faros, guiado a los barcos en la magnificencia de las distancias, sitiadas en la oscuridad de la noche, con la noble tarea del Maestro. Educador que también guía a las nuevas generaciones para tratar de alcanzar la luz de la educación, alimento de la vida verdadera. Ese faro pleno de humanismo que hará de la noche un esplendoroso amanecer. En mi las satisfacciones literarias han sido varias, pero lo fundamental es seguir trabajando y aprendiendo, No estamos en la búsqueda de oropeles, lo nuestro es más humilde y hasta puede parecer más trascendente, como es, buscar la luz de la verdad. Cultivar la poesía y el cuento es una labor creativa que además de emocionante, resulta muy hermosa, y que una vez comprometidos en ella con alma y corazón, ya es imposible abandonar- Es un amor que se vive para siempre, una necesidad vital como respirar y alimentarse. Lo dijo el poeta y ensayista español Francisco Umbral: “Escribir es la manera más profunda de leer la vida”.

PREMIO GRAN LEON.
CONCURSO LITERARIO.
CLUB LEONES-ROCHA.
“PRENDIENDO FAROS”.

En la hermosa aventura de la vida,
como un simple viajero solitario,
va el barquero alumbrando las tinieblas
en un mar turbulento, inexplorado

Siente el calor de la misión sagrada,
que el corazón enciende como un lampo,
para arrasar la noche en sus tinieblas,
y hacer que el alba luzca, destellando.

Es necesario su bogar sin tregua.
Que el velamen se inflame con el viento,
y el horizonte se abra en alboradas
realzando la verdad a tierra y cielo.

Su misión: imponerse a la ignorancia.
Su ilusión: la verdad, sin miramientos.
La verdad simple y pura, como el alba,
y como el sol, la lumbre de los tiempos.

En el mar de la vida, va el barquero.
Su brújula, el saber, su norte, el verbo.
Su destino sembrar sabiduría,
y su logro mayor: la luz del pueblo.

El que todo lo da por los alumnos,
y en su humildad, sólo reclama afectos.
Amor hacia la luz de las verdades
y voluntad para sembrar sin miedos.

No lo asustan tornados, ni huracanes.
navega esperanzado, contra el viento
En pos del horizonte iluminado
por los faros de luz del pensamiento.

Avanza, hacia el mañana, sin temores
con sus alumnos va alumbrando el tiempo,
Las playas lo reciben clamorosas
ávidas del fanal que irradia el verbo.

Mientras la luz destella en las conciencias,
La educación es siembra y derrotero.
Faros que avivarán los horizontes,
guiando al porvenir de nobles puertos.

Al porvenir del pueblo venturoso,
Al clarear de los tramos del sendero
Alborando el destino del mañana
como un faro de amor que surca el cielo.

Todos lo admiran plenos de embelesos,
Escuchan su palabra con respeto.
Por ese rezo laico de verdades,
que con sabia actitud, nos da el Maestro.

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