“Nunca expuse ni vendí, y estoy seguro que si tal sucede me sentiré gratificado pero no más feliz de lo que me hace saberme un creativo.
Eso es algo invaluable: no tiene precio, no es comprable, vendible y ni siquiera transferible... Es un don, algo que solo aprecian y justiprecian los elegidos de las Musas”.
Nace en Montevideo, barrio Prado, en 1948.
Su familia se radica en Rocha dos años después.
Inicia su educación en el Colegio Marista, del que en pocos meses emigra a la Escuela Ramírez, donde cursa ,los primeros cinco años.
Por esa época intenta un acercamiento a lo musical (su primera, grande y latente vocación) en el Conservatorio Municipal. Lo abandona pronto: ha descubierto que el camino del pentagrama no es el suyo.Lo mismo sucede con las clases de inglés: no es tampoco esa la forma de interacción que busca, casi instintivamente en sus inicios de su educación y formación.
Su familia, siempre por razones laborales de sus padres, que permanecieron indiferentes a estos intereses, se mudó a Treinta y Tres, donde su perfil empieza a definirse. La falta de apoyo e interés familiar lo obliga a la autogestión, nunca a la renuncia. En dicha ciudad cursa sexto de escuela y 4 años de liceo. En el liceo fue alumno del profesor D. Tomás Cacheiro Sánchez, que lo apoya y estimula, al punto de convertirlo en un adicto al arte. Comienza clases en el Conservatorio Municipal, donde el profesor A. Mancebo Rojas lo estimula como nadie antes. Otro tanto puede decirse de la breve y fructífera amistad que trabó con el Prof. José de Andrés, a quien observó trabajar por muchas horas, mientras pintaba un mural en el salón parroquial de la ciudad.
Vuelto a Montevideo hace Preparatorios de Abogacía en el Miranda y asiste unas pocas semanas a la Facultad de Humanidades Licenciatura en Literatura Española e Hispanoamericana y luego a la Facultad de Derecho. Ha descubierto caminos que no le llevará a donde quiere ir, que es lo que aún no tiene claro.
Se casa y radica en Tacuarembó, donde nacen sus hijos César y Leticia. Cumple funciones administrativas en la Inspección Departamental de Primaria y docentes (Historia) en el Liceo Nro 2.
Asiste en la casa de la Cultura de la Intendencia a cursos de cerámica dictados por el Prof. Carlos Sabaños . Puede decirse que fue el momento de las decisiones y del pasar a hacer cosas.
Continúa lecturas, investigaciones y observaciones de toda forma de expresión plástica y luego de problemas que ponen fin a un matrimonio que no le trajo lo que esperaba de él, vuelve a Montevideo. Se titula en Archivología en el año 2000 en la Eubca-Udelar, y vuelve a casarse. Muy poco durará este nuevo intento, del que no nacen hijos.
Retoma horas docentes en Secundaria, que se radican en el Archivo Advo, cuya gestión orienta por más de una década, hasta su jubilación.
Ha llegado el momento de ocuparse del arte, y es necesario descubrirse y definirse. Siempre desde la autogestión, y sin apoyo alguno, en absoluto, estudia fotografía con César Arteaga y luego en el Fotoclub Uruguayo, y descubre que tiene ciertas aptitudes en esa disciplina. Paralelamente, da sus primeros pasos en cerámica escultórica y patinados. Investiga y experimenta en pastas de horno y frías, y actualmente está abocado a estas últimas.
Sus trabajos marcan una rápida evolución en los conceptos y propuestas, y son difícilmente afiliables a escuela o tendencia preexistente, pues en su taller ( al que "Valdestacas" ha llamado) se observa desde un primer momento la necesidad de pensar, concebir, crear y proponer libremente, llevando el concepto a ultranza.
Se trata de reivindicar absoluta y permanentemente criterios propios, que si incurren en algún tipo de eclecticismo o influencia, ha de ser consciente y deliberadamente, que el arte no incluye compuertas.
Como epicentro y constante preocupación se considera al Hombre y sus cosas y devenires. Más que nada al hombre que ha de ser reivindicado o a lo menos señalado en su situación y encrucijadas.... Al hombre impersonal, anónimo y omnipresente se apunta, desde la óptica de quien de cierta manera, se reencuentra de ese modo consigo mismo, pues él mismo es un o de esos hombres que los sistemas cosifican y trituran.
Trabajos que han sido expuestos, como "El hombre cosa", "Insomnio" y "Siglo XXI" apuntan a ese objetivo.
Devitta es socio de APEU (Asociación de Pintores y Escultores del Uruguay), un colectivo con el que disfruta colaborando con entusiasmo, y donde ha conocido (y le han conocido) importantes figuras de la plástica nacional. Ha participado de algunas exposiciones colectivas de APEU, la última de ellas en la Casa de la Cultura de la Intendencia de Montevideo sita en la calle Lucas Obes. Designado fotógrafo oficial de APEU, ha realizado muchos e importantes fotorreportajes que integran el patrimonio documental con el que la Institución documenta su actividad.
Actualmente ,febrero de 2016, siente que se cierra un ciclo en su trabajo y estudia nuevas propuestas y estrategias para el futuro inmediato. Tiene una pág enFacebook (Pedro Devitta) Su foto de portada lo muestra trabajando en su taller. Vive en Parque del Plata, aunque piensa mudarse pronto). Su correo electrónico es devittavyp@hotmail.com.-
“La indiferencia familiar (aún latente) no es tan dolorosa como humillante; como sea que se la etiquete, es algo por lo que nadie debería pasar. Mi padre fue el primero y más notorio desanimador y cortador de alas. Su actitud fue tan triste, intelectualmente tan desprovista, que se descalificó por sí.... Y dejemos esto aquí, pero no recuerdo nadie que me haya intentado anular con tanto tesón y persistencia.... Los vínculos afectivos resultaron, en lo que a mí respecta, absolutamente deteriorados.... Ser padre implica un rol, quien se desentiende de él, deja de serlo”.
“Mi madre no saca mejores calificaciones, aunque con el tiempo se hizo más receptiva, probablemente convencida que no me avendría a sometimientos.
Debo decir, no sin cierta tristeza que más apunta a otros que a mi, que al menos hasta la fecha y en lo que a actividad artística refiere, nadie me ha apoyado significativamente, si exceptuamos un par de personas que me posibilitaron contacto con los medios, y este es el segundo caso en mi trayectoria .
Los fracasos matrimoniales, y siempre proyectándonos a lo artístico, potenciaron mi labor, pues salí de una atmósfera también refractaria y entré en un ciclo de trabajo que perdura y me resulta muy terapéutico y enriquecedor. A punto tal ocurre, que transité los duelos sin problemas mayores y he llegado a olvidar casi totalmente esos períodos de mi vida”.
“En cuanto al vínculo Estado - arte, artistas, señalo que la Ministra Muñoz a poco de asumir declaró que en su gestión no se ocuparía del arte... Y cumplió, al menos hasta hoy... Comentarios, ¿para qué?”
“Exponer en Rocha es una vieja aspiración que , una vez más, no encontró apoyo.... Cuando hice un planteo sobre el tema a nivel familiar en La Paloma, en la casa paterna, me dijeron lamentar no tener conocidos en la Feria Artesanal....Con mil respetos a esa Feria y a su gente, entiendo que lo mío no es artesanía, y no es ese su ámbito...”
“He pensado que sería lindo exponer por setiembre u octubre en la Escuela Ramírez, que fue epicentro, de mi mundo de niño.... Pero son ideas, no más...”
“Mi jornada de trabajo empieza a las seis de la mañana: de 6 a 9 es el momento de más rendimiento creativo. Ahí armo la pieza o lo que sea, diseño el día y luego es cuestión de hacer.... A las 9 desayuno, hago mis mandados y vuelvo al taller hasta el almuerzo, que puede ocurrir a cualquier hora. Desde el primer momento sintonizo Radio Clásica, y la apago para dormir. Después del amuerzo una siesta que invariablemente dura media hora y vuelta al taller. Por alguna causa, me resisto a trabajar después de las 17”.
“No sé si la inspiración existe; tal vez es una creación del hombre y no algo con perfil propio. En mi caso no cabe hablar sino de necesidad. He dicho -y a veces lo han tomado a broma- que una vez en el taller las manos operan solas... Es eso, o casi eso. No sé de inspiraciones ni de intelectualizaciones mayores. Es un proceso que en muchos aspectos opera por sí solo.... No soy capaz de un análisis mayor, pero mis manos siempre tienen tarea en el taller. Si el producto final no merece mi aprobación, deshago todo y vuelta a empezar. No me pesa, al contrario, me desafía y fortalece”.
“ Cuando estoy en el taller creo, hago, fluyo, disfruto. Me descontracturo y distiendo absolutamente. Es, en cierta forma, una panacea para mí,
Una vez terminada una obra la miro severamente. Si no hay algo de lo bueno de mí en ella, si no somos capaces de dialogar, si no nos citamos para otro momento, si no derrocha armonías y si no se afilia a alguna forma de estética , no estoy allí. Todo a
cero y a empezar de nuevo”.
“Curiosamente para muchos, suelo trabajar en dos o tres obras a la vez: cuando me saturo un poco de una, me recupero trabajando en otra.
No se cómo pueda sentirse un artista de trayectoria y obras poco o nada conocidas o demandadas. Sí se que me enriquezco creando y haciendo: mi autoestima gana, mi ego se fortalece.
Obvio que es preferible ser conocido, exponer y vender, pero en mi caso es algo muy secundario. Entiendo al artista como creador, no como mercader. Pero hay, a este respecto, otras filosofías -más o menos alejadas de la mía. Todas son respetables, y cada uno sabe de sí”.
“Nunca expuse ni vendí, y estoy seguro que si tal sucede me sentiré gratificado pero no más feliz de lo que me hace saberme un creativo.
Eso es algo invaluable: no tiene precio, no es comprable, vendible y ni siquiera transferible... Es un don, algo que solo aprecian y justiprecian los elegidos de las Musas”.
Bravo Pedro! Me hace feliz la oportunidad de destacarse y darte a conocer. Te felicito
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