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sábado, 16 de julio de 2016

ANTONIO MENDEZ “ESCRIBIR: UN DEPORTE QUE SE JUEGA SOLO”. Por Julio Dornel.



               Escritor y periodista Julio Dornel
Si bien la frase nos descoloca, sirve para señalarnos el camino que vamos a transitar durante nuestro primer contacto periodístico con Antonio Méndez, un joven escritor  fronterizo (53) que aprovecha su espacio en Internet para ofrecernos una mirada personal y contemporánea sobre los grandes temas que reclaman un compromiso de la sociedad. Nació en esta frontera en octubre del 63, bajo el signo de escorpio, acunado por maderas que aprendió a querer y que supo modelar años más tarde en la carpintería de su padre cuando el despegue fronterizo reclamaba la presencia de hábiles artesanos. “De la escuela 28 guardamos recuerdos inolvidables de la “jauría” comandada por Carolo, y la paciencia de Susana, nuestra maestra de jardinera y el maestro Flugel que fueron modelando nuestras “inquietudes” juveniles.  Fue por esos años que descubro la guitarra en manos de mi abuelo paterno, quien con un hermano integraba la “orquesta de los Méndez”. De esta manera fuimos desfilando por varios grupos musicales, hasta que llegó el momento de las prioridades y apuntamos al estudio y al trabajo en la carpintería de mi padre junto a mis hermanos. Finalizando el 70 surgen otras inquietudes y nuevos caminos, como vendedor ambulante (bananas) con el popular “Antoniño” (Dos de Oro) en un Chuy que comenzaba a perfilarse como centro comercial en forma desordenada. Como toda actividad fronteriza y de acuerdo a las economías de ambos países fuimos padeciendo y disfrutando de estos vaivenes, cruzando en forma reiterada la línea divisoria. Vienen luego los espectáculos musicales que contaron siempre con el apoyo popular de ambas poblaciones, cosechando una “banda” de amigos vinculados a la música, entre los que recordamos a “Pepe” Guerra, Pablo Estramin y el Cuarteto de Nos que estando el Los Ángeles (EE UU) nos enviaron un e-mail agradeciendo el apoyo que siempre les dimos en sus comienzos. A nivel cultural debemos señalar que la presencia de Pablo Estramin nos abrió muchas puertas en Montevideo, concurriendo en varias oportunidades a la cena de los miércoles en el “Rancho de Varela”, con la presencia de artista y periodistas de todo el país”.
“MACUIN TRAPOS” Y EL “RANCHO SOLO”.
Mientras posa para la foto, perdemos el orden de la nota, y en un monólogo cargado de nostalgia nos habla de “Macuin Trapos” uno de sus primeros emprendimientos  comerciales cuando todavía no soñaba con los viajes a China. Sobre el “Rancho Solo” en La Barra, “una de las etapas más hermosas de mi vida, con temporadas que duraban tres meses, disfrutando de la pesca y los relatos de mi padre con olor a madera que también hemos incluido en nuestra producción. El amor a la madera y ese olor tan particular que se siente en toda carpintería fue determinando que todos mis hermanos (3)  hayan trabajado durante muchos años en la carpintería, aprendiendo un oficio para toda la vida. Si bien las letras nos atraían desde la juventud, comenzamos a escribir en forma muy reservada, como sintiendo vergüenza por el solo hecho de acariciar la idea de una publicación, poniendo limites imaginarios a nuestras condiciones. Escribía permanentemente pero no estábamos conformes. Algo de poesía, cuentos, temas de amor y  mucha fantasía que no era realmente lo que nosotros queríamos. No por eso abandonamos nuestro cariño por las letras, sino que fue simplemente un parate, buscando otro destino transitando por el mismo camino. Para escribir preferimos la noche, la soledad y el silencio cómplice que facilita la meditación.  Ese silencio que grita en las madrugadas, te desvela, y te deja en pié de guerra hasta encontrar la palabra salvadora que te protege la vida en el combate. Somos conscientes de que la escritura depende fundamentalmente del estado de ánimo que tengamos en el momento de recibir la visita de la inspiración. Una cosa es tener ganas de escribir y otra es poder hacerlo cuando las palabras faltan a la cita. En la actualidad estamos sumergidos en una novela que pensamos terminar en los próximos meses, con historias de varias vidas y visos de realidad que marcaron a varias familias. Cada vez que repasamos sus páginas vamos encontrando vacios que vamos llenando sobre la marcha. En forma simultánea hemos publicado “UN ANGEL EN MÍ”, apuntando al superación personal, dejando de lado los limites que nos imponemos por temor al fracaso, encerrados en ciertos problemas que en realidad no tienen mayor relevancia”.

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