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lunes, 4 de julio de 2016

ENRIQUE “GALLINETA” SILVA. “Los poetas se van, pero quedan sus poemas”. Por Julio Dornel.


               Escritor y periodista Julio Dornel

Hace algunos años, en calidad de corresponsal permanente de Jorge Landi (La Cruz del Sur) en este departamento, el periodista Pedro Lombardi nos ofreció la posibilidad de escuchar al poeta Enrique “Gallineta” Silva en uno de sus últimos reportajes. Con motivo de los recientes homenajes que le tributara el pueblo rochense, queremos asociarnos a los mismos, compartiendo la parte sustancial del reportaje. Señala Lombardi que “es fácil identificar una poesía de Enrique Silva, basta escucharla para señalar que son del “Gallineta” por la identificación de su sentimiento y la influencia que ejerce sobre los lectores. Antes de completar primaria tuvo que salir a buscar trabajo para parar la olla, en momentos muy duros para el grupo familiar”. Ofrece luego la versión grabada donde el poeta comienza señalando que “me encontré de pronto con mis cinco hermanos y un padre analfabeto que hacía maravillas para ganarse la vida tropeando por los campos. Entre el patio de tierra, algunos años de escuela y la bolita, la vida nos fue mostrando sus rigores, que fuimos asumiendo lentamente mientras íbamos creciendo. Es posible que dentro de cincuenta años alguien escuche en algún disco viejo, los temas todavía vigentes que disfrutaron otras generaciones. No dudamos tampoco que los poetas se van, pero quedan sus poemas como un recuerdo imperecedero de su tránsito por la vida.
El gran tema está relacionado con la estructura montada hace muchos años dirigida a determinadas cosas y que no funcionan como corresponde. Es evidente que no avanzamos como deseamos, las obras de los grandes artistas han perdurado porque las tiene el pueblo en sus casas. Los libros son o deberían ser una de las maravillas del mundo, porque en ellos reside la memoria de los pueblos, donde se dan cita los escritores, los periodistas, historiadores y los poetas. Pienso que todos evolucionamos a través del tiempo si en realidad nos proponemos. En el camino de la vida hemos elegido en algunas oportunidades el camino de la soledad y sentarnos bajo un sauce a buscar la paz y la tranquilidad que todos necesitamos para poder escribir. Cuando éramos niños y evocábamos los acontecimientos patrios en la escuela, las maestras nos pedían un dibujo y unos versos alusivos a la fecha. Nosotros dibujábamos las carretas del éxodo y los paisanos acompañando al Jefe y pese a no tener mucha facilidad para el dibujo nos quedaban bastante bien.
La maestra Marita Ramela, Carlos Julio y Rosalío fueron de alguna manera quienes me impulsaron y apuntalaron nuestra vocación por las letras. En algunas oportunidades dejábamos de jugar al fútbol en las esquinas y nos veníamos a leer y escribir. Ahora nos pasa lo mismo, andamos por ahí y nos entran ganas de escribir y la poesía nos agarra de los pelos y nos trae nuevamente”.

2 comentarios:

  1. Un fenómeno, simpleza y profundidad en sus palabras, una combinación cautivante que seduce dulcemente.- Observador y narrador de las pequeñas cosas que hacen a la vida de un lugar como Rocha y La Paloma. Mágico camino que me llevó a intuir lo que lo que sienten los rochenses.- Un fan fernandino que les quiere.

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  2. Un exquisito en su forma de describir la cotidianeidad de su lugar, ya sea Rocha o La Paloma.- Cautivante su simpleza y profundidad, fusión que seduce al lector y que lo lleva a intuir lo que sienten los rochenses por su entorno. Un fernandino que quiere a Rocha y su gente.

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