Un
equipo de jóvenes estudiantes de la Universidad de Buenos Aires,
culminan la primera etapa de un documental enfocado en forma directa
con la identidad de ambas poblaciones fronterizas. La capacidad
creativa los trajo hasta esta ciudad con el único fin de recuperar
una identidad perdida entre los médanos del atlántico y la Sierras
petrificadas de San Miguel. En este escenario lúdico y misterioso
fueron descubriendo valiosos documentos que dan veracidad a los
relatos de viejos moradores. Para ello contaron desde el primer
momento con el apoyo generoso de varios referentes de esta comunidad
que abrieron sus puertas para ir armando la verdadera historia de
este enclave fronterizo, aportando fechas, nombres, lugares y relatos
que fueron desnudando una realidad escondida durante varias décadas.
Entre muchos colaboradores destacaron el apoyo de Sebastián Corbo
(fotógrafo) y Mauricio Viojo (editor) que aportaron valioso material
gráfico y documental. En nota concedida a NUESTRA GENTE los
estudiantes señalaron que una de las materias universitarias
consistía “en hacer un documental que apuntara a la identidad de
esta zona fronteriza, constatándonos con personas que tuvieran una
vinculación directa con la historia local y el conocimiento
necesario para analizar las causas de la creciente migración que
ha experimentado esta frontera. “Apuntamos nuestro trabajo de
investigación – dijo Mario Manríquez-(chileno) a los cambios
radicales que deben enfrentar las corrientes migratorias para
adaptarse a su nuevo destino de extranjero. Elegimos Chuy por
representar un mosaico de nacionalidades y su condición de frontera
seca, separando ambos países con una línea imaginaria. Es curioso
comprobar además que esta frontera no tiene mayores atractivos para
retener el turismo comercial que llega diariamente a realizar sus
compras. Todo se limita al turismo comercial donde se destacan los
supermercados brasileños y los free-shop uruguayos con sus productos
importados a precios realmente competitivos”. Por su parte Felipe
Camargo (Brasil) señaló que “nuestro trabajo consiste en su
primera etapa documentar esa situación típica de toda ciudad
fronteriza donde el crecimiento demográfico está relacionado con
las ventajas que ofrece la canasta familiar en el momento de realizar
las compras. Es necesario destacar el nivel cultural que ha logrado
esta comunidad, teniendo en cuenta las diferentes culturas que se han
radicado de ambos lados de la avenida internacional, disfrutando de
una pacífica convivencia. Resulta fácil comprobar una convivencia
armónica entre ambas ciudades, con el agregado de numerosas
nacionalidades que conforman un mosaico muy difícil de comprender”.
Para Nicolás Bortoli (argentino) “queremos salir de lo
cotidiano y embárcanos en una tarea más profunda para desentrañar
la identidad de dos pueblos hermanos que viven experiencias
similares. Nos hemos encontrado con una gran riqueza cultural que nos
traerá nuevamente a la zona para registrar nuevos cortos para un
futuro largometraje más completo para aprovechar y dar difusión al
trabajo. Es curioso comprobar cómo surgen las entrevistas a personas
desconocidas que han colaborado en forma espontanea con documentos y
relatos de estimable valor histórico”.
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