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viernes, 2 de junio de 2017

LAS DECLARACIONES DE ASTORI QUE GENERARON GRAN MOLESTIA EN MPP El anterior gobierno generó “un déficit fiscal en ascenso” porque adelantó “tiempos electorales” afectando las “cuentas públicas”





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Hoy tenemos más coherencia y consistencia” especialmente “en el terreno económico”, aseguró Astori
“Hoy tenemos más coherencia y consistencia” especialmente “en el terreno económico”, aseguró Astori


Nº1920 - 01 al 07 de Junio de 2017
entrevista de Andrés Danza

Han sido semanas muy intensas para el ministro de Economía, Danilo Astori. La residencia presidencial ubicada en la esquina de las calles Suárez y Reyes se transformó durante los últimos días en una especie de segunda oficina para él. La reforma de la “caja militar”, las negociaciones para la instalación de una segunda planta de la empresa finlandesa UPM y ahora la elaboración de la Rendición de Cuentas. Todos esos temas lo tienen como protagonista y los debates se prolongan por horas, con resultados que no siempre son de su agrado.

Pero a primera hora de la tarde del martes 30, por más que se mostraba un poco cansando, su ánimo hacía evidente que algo bueno había pasado. Detrás de su escritorio en el amplio despacho que ocupa en el tercer piso del Ministerio de Economía, Astori transmitía desde sus primeras palabras tranquilidad y confianza.

Luego de encendido el grabador, al promediar la entrevista que mantuvo con Búsqueda, surgió la buena nueva: la calificadora de riesgo Standard & Poor´s había resuelto cambiar la perspectiva de la deuda uruguaya, que pasó de “negativa” a “estable” y mantener el grado inversor al país. Hacía menos de media hora que se había enterado y todavía duraba la alegría.

Pero ese no era el único motivo de festejo. El ministro de Economía tiene la convicción de que el gobierno consiguió revertir los problemas registrados en algunas empresas públicas “al punto tal que de ser la principal explicación del deterioro fiscal del país, esas empresas se convirtieron hoy en conjunto en una contribución de un punto del producto a las cuentas públicas”.

Y atribuye ese logro al “cambio” que gestaron el presidente Tabaré Vázquez junto a él y al director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, al hacerse cargo del Poder Ejecutivo. Para Astori era necesario actuar así, en forma rápida y firme, porque el anterior gobierno culminó con “un déficit fiscal en ascenso”, ya que adelantó los tiempos electorales afectando las “cuentas públicas”.

Asegura que fue poco lo que pudo hacer como vicepresidente de la República para evitar esa situación y que recién ahora hay “más coherencia y consistencia entre las diferentes opiniones que se manejan para definir una política pública, sobre todo en el terreno económico”.

—Las exportaciones vienen creciendo, lo mismo que la recaudación impositiva, pero al mismo tiempo aumenta el desempleo. ¿Qué tan firme es la reactivación de la economía?

—El aumento del desem­pleo es un motivo de preocupación. Hay un cierto desplazamiento temporal entre la marcha de la actividad medida a través del Producto Bruto Interno y las cifras de empleo y desempleo. Por lo tanto, es de esperar que el relativo mayor dinamismo que está teniendo la actividad económica se refleje en el futuro en temas de empleo. Otro comentario para hacer al respecto es que esta cifra de desempleo, la última, está muy asociada a una situación que no es negativa, que es que aumentó la tasa de actividad, lo que significa que hay más gente buscando trabajo. Eso, en la medida en que la capacidad de empleo de la economía no aumentó lo suficiente, tuvo como consecuencia un aumento del desempleo.

—¿No ve señales negativas en la economía entonces?

—Las cifras del año pasado, sobre todo las del último trimestre, fueron mucho mejores de lo que pensábamos. Eso hace esperar un 2017 con un crecimiento por encima de lo previsto. Igual hay que tomar estas cosas con cautela y prudencia. Vamos a mejorar la previsión que teníamos, esperando que 2017 cierre con 2% de crecimiento. Ese 2% puede estar superado por la realidad y ojalá así sea pero prefiero corregir al alza que a la baja.

—El gobierno ya tuvo que corregir a la baja las proyecciones incluidas en el presupuesto quinquenal…

—Exactamente y eso no es bueno. Pero arrancamos el gobierno con una visión de la economía y de las relaciones internacionales del país que demostró ser muy diferente a la realidad, una realidad mucho peor que la que nosotros habíamos previsto.

—La duda que surge al respecto es por qué habían previsto una realidad tan distinta si usted era el vicepresidente del anterior gobierno y estaba al frente del equipo económico.

—Porque lo que impactó fuertemente y llevó a la corrección de las metas a la baja, aunque el país no dejó de crecer nunca, fue el empeoramiento notable y profundo que tuvo no solo la economía global sino la del vecindario. Cuando hicimos el presupuesto, ¿alguien preveía lo que iba a pasar políticamente en Brasil? Creo que no. Los acontecimientos se precipitaron. ¿Alguien previó que Argentina iba a caer como cayó después? Me parece que no. Lo que pasa es que tanto en Argentina como en Brasil hubo problemas económicos graves imprevistos, derivados de una situación política complicada. En 2014 y en la primera mitad de 2015 no había elementos para imaginar esa caída de los países vecinos.

—¿Incidió también en las dificultades económicas el manejo de las empresas públicas realizado durante el anterior gobierno?

—Tuvimos problemas con algunas empresas públicas que no se pueden negar. Pero también debe reconocerse que apenas comenzado el período actual de gobierno, con la presencia del presidente Vázquez, nos reunimos él, el director de Planeamiento y Presupuesto y yo con los cinco presidentes de las principales empresas públicas del país y pusimos en práctica medidas correctivas muy importantes en el plano del ordenamiento de inversiones y de los costos operativos. Eso se hizo al punto tal que de ser la principal explicación del deterioro fiscal del país, esas empresas se convirtieron hoy en conjunto en una contribución de un punto del producto a las cuentas públicas.

—Un cambio significativo…

—Un cambio en dos elementos: el ordenamiento de las inversiones y los costos operativos. Eso no quiere decir que ya hayamos llegado a la meta. Falta para mejorar.

—¿Pero por qué no se hizo eso en el anterior período si el que gobernaba era el mismo partido y usted era el vicepresidente?

—Mi situación institucional, la vicepresidencia de la República, no era la ideal para impulsar transformaciones en las empresas públicas. Obviamente opinaba, incluso públicamente, acerca de lo que creía al respecto. Recuérdese que tuvimos discrepancias con el presidente de la República que fueron parte del debate público, en el plano impositivo y también en la situación de algunas empresas. Nosotros, con los que estaban en el Ministerio de Economía incluidos, advertimos sobre el efecto negativo, que luego se verificó, del manejo que tenían algunas empresas.

—¿Y no se hizo nada al respecto?

—La advertencia no se tradujo en medidas concretas por parte de quienes tenían la posibilidad de tomarlas. Pero no solo no rehuimos a dar nuestra opinión, sino que la manifestamos en todos los debates que se generaron al respecto.

—¿Haber formado parte del gobierno hasta el último día no les otorga responsabilidad también a ustedes en lo que ocurrió?

—La responsabilidad es compartida, más allá de las discrepancias. No me parece políticamente leal decir que nosotros no tuvimos la culpa de eso, pero me parece políticamente justo recordar que manifestamos nuestra discrepancia. Además, nuestra ubicación institucional nos daba posibilidades relativas de tomar medidas al respecto.

—¿Sigue percibiendo, como a principios de año, que la campaña electoral adelantada está tiñendo el debate político actual?

—Sin duda. Es un tema que nos puede hacer mucho daño, que distrae y que puede llevar a tomar decisiones políticas que no son las mejores para el país en búsqueda de beneficios personales o sectoriales. Estoy convencido de que estamos padeciendo ese adelantamiento de los tiempos electorales y por eso me he negado siempre a opinar sobre esos temas. Las opiniones generan otras opiniones y luego debates públicos.

—¿Y en qué momento le parece oportuno hablar de las candidaturas y de las próximas elecciones?

—No se debería discutir hasta el año que viene. Un año antes del comienzo del proceso político que se inicia con las internas de 2019 es un período suficientemente prolongado y positivo para dedicarse al tema electoral.

—El presidente del Banco Central, Mario Bergara, ya dijo que no descarta ser candidato presidencial. ¿No le pareció correcto eso entonces?

—No voy a hacer comentarios pero habría que enmarcar esta respuesta con todos los conceptos que acabo de transmitir.

—A su vez, el inspector nacional de Trabajo, Gerardo Rey, se desvinculó de Asamblea Uruguay porque dijo que cree necesaria la renovación. ¿Qué responde a eso?

—Es un punto de vista respetable. Él es una figura política que ha tenido una trayectoria importante, así que lamento mucho su alejamiento pero lo entiendo en términos de que todo el mundo tiene derecho a hacer lo que le parezca más conveniente.

—Recién dijo que el adelantamiento de los tiempos electorales puede generar “mucho daño”. ¿A qué se refiere en concreto?

—A tomar decisiones inadecuadas para el país. ¿Cuál es una de las peores consecuencias del adelantamiento de estos tiempos? El deterioro fiscal. Muchas veces, queriendo obtener ventajas desde el punto de vista político, electoral, partidario, sectorial o personal, se toman decisiones que perjudican al país y particularmente en el terreno fiscal. La historia de la vinculación entre la evolución de las cuentas públicas y el desarrollo de los tiempos electorales nos exime de comentarios. Es tremendo.

—¿Es lo que ocurrió en el gobierno anterior?

—El gobierno anterior culminó con un déficit fiscal en ascenso. Y bueno, no es una excepción a lo que muestra la historia de los procesos electorales en el país. Por eso, tenemos que ser capaces de corregir esa conducta y el temprano comienzo de la disputa electoral. Por supuesto que también el país en el pasado tuvo situaciones negativas que no se debieron solo a esa razón. Nosotros tenemos diferencias muy importantes con las administraciones de los partidos tradicionales y cuando llegamos al gobierno en 2005 recibimos impactos que tenían otro origen y obligaron a los gobiernos del Frente Amplio a hacer reformas profundas en varios campos fundamentales de la realidad nacional.

—¿Es posible evitar el adelantamiento electoral?

—Ojalá lo fuera, porque Uruguay precisa tener un mejor resultado fiscal. Vuelvo a insistir con eso. No quiero que parezca una obsesión pero estoy pensando en la continuidad de los buenos resultados económicos del país hacia el mediano plazo. Si no se mejora esto, es muy difícil mantener las mejoras económicas.

—El senador Leonardo de León, perteneciente al sector del vicepresidente Raúl Sendic, dijo la semana pasada en Búsqueda que el plan de Ancap fue aprobado por el presidente Tabaré Vázquez y por el entonces titular de esa empresa Daniel Martínez, en el primer gobierno del Frente Amplio. ¿Le consta eso?

—No tengo muchos elementos para opinar sobre el contenido de las primeras proyecciones que se hicieron sobre el comportamiento de Ancap durante la presidencia de Martínez. Sí recuerdo el tema de la planta desulfurizadora, que discutimos por su gran impacto fiscal. Esa planta terminó costando mucho más de lo que se pensaba. Pero después, en la administración posterior de Sendic, se tomaron muchas decisiones en empresas colaterales que incidieron mucho en los resultados negativos de Ancap y no sé si esa trayectoria estaba prevista en los plantes iniciales de Martínez. Recuerdo además que el en ese momento presidente Mujica impulsó mucho el crecimiento de las inversiones de las empresas públicas. Hasta lo reconoció públicamente.

—¿No está de acuerdo con eso?

—Lo he dicho. Faltó coordinación entre las empresas para que las repercusiones sobre el país en su conjunto no fueran negativas, como terminó ocurriendo en el sentido del impacto fiscal.

—Basándose en sus reflexiones, si viniera a Uruguay un extraterrestre o un extranjero que no conoce la realidad política, es probable que concluyera que el partido que está gobernando hoy es distinto al que estuvo a cargo del anterior Poder Ejecutivo.

—No creo que se pueda llegar a ese extremo. Lo cierto es que hoy tenemos más coherencia y consistencia entre las diferentes opiniones que se manejan para definir una política pública, sobre todo en el terreno económico. El haber tenido algunas diferencias de opinión en el pasado nos llevó a tener resultados que hubieran podido ser mejores.

—Si resuelve ser precandidato, ¿renunciará al Ministerio de Economía?

—Eso se lo contesto el año que viene.

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