Evocaciones
y recuerdos del pasado archivados en algún rincón de la memoria,
multiplicando la nostalgia.
Muy
cerca del arroyo Chuy, en los últimos metros de la avenida
Internacional, se encontraba el corazón ciudadano de la ciudad, “la
fábrica de don Silvio”. Nació con el siglo pasado y fue desde el
primer momento el aporte más importante para ir logrando
paulatinamente el desarrollo socio-económico de esta frontera. Don
Silvio Fosatti nació en 1890, cuando solamente se divisaban las
casas de José Rodriguez, León Ventura, Francisco Méndez y algún
rancho de adobe y paja brava, entre los que se destacaban los que
ocupaban la comisaría y el funcionario aduanero Isidoro Machado. La
fábrica había recogido el nombre de “Don Antonio” en homenaje
al padre de su fundador, que fuera Además el primer Juez de Paz de
la frontera.
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