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jueves, 23 de febrero de 2017
AYER PERDIMOS... Por Mario Barrios
Ayer perdimos un palabra, una opinión, una noticia, una controversia, una discrepancia, una broma, una sonrisa.
Con honda congoja, ayer perdimos a Pablo Nuñez, el periodista, el compañero, el vecino, el amigo.
A quienes nos ha tocado perder mucho en la vida, ya casi nada nos sorprende, pero siempre aparece algo a la vuelta de la esquina que rompe las reglas.
Las partidas inesperadas, y más de gente joven, siempre rompen las reglas.
Con Pablo nos paso eso.
Desde muy jovencito había ingresado en el mundo de la comunicación en Difusora Rochense, primero como operador locutor y cuando le dieron la oportunidad de pasar al departamento de prensa, comenzó a abrazar ésta tarea tan difícil de informarse e informar y lo hizo desde el comienzo, marcando su estilo de hacer periodismo. Las trasmisiones futboleras, lo tuvieron como un excelente locutor comercial, con una voz clara y una lectura perfecta.
La televisión le dio la oportunidad no solo de informar, sino de abrir opinión, y allí su programa “Protagonistas” por Canal 8, comenzó a reafirmar un estilo propio, que tuvo, como siempre sucede en Rocha, seguidores y detractores, pros y contras, hinchas y contra-hinchas, pero casi todos lo miraban.
Es que su vida fue así. Con aciertos, y con errores, como los tenemos todos.
No soy yo quien, para juzgarlo, pero la multitud que lo acompaño ayer para despedirlo, le demostró que era un tipo querido y apreciado. Allí había de todos los pelos, de todos los colores, de todos los medios, hasta tal vez , muchos, que algún día, habían discrepado con él a través de su micrófono, y todos estábamos sentidos...porque la muerte, siempre duele, siempre lastima, siempre es una pérdida irreparable.
Abrazo fraterno y sin palabras más que de aliento para los íntimos que quedan: sus hijos, su mamá, su hermano, su señora y la querida abuela, que con sus jóvenes 101 años, seguramente no terminará de comprender nunca, por qué a esta altura, la vida le pagó con esto.
En el final, a todos ellos, tal vez me toca pedirles perdón, en nombre de un colectivo que se quedó mudo. Pensé que al irse un compañero periodista, alguno de quienes integramos éste grupo, o alguien que alguna vez haya compartido un micrófono con Pablito, lo iba a despedir con palabras, pero luego, interiormente comprendí que era imposible, porque todos estábamos con un nudo grande en la garganta...y así, es imposible...
Descanso, alivio y paz en tu tumba, querido compañero, y simplemente, hasta cualquier momento.
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