Escritor y periodista Julio Dornel
El historiador, el escritor, el poeta de SAN MIGUEL y colaborador de
muchas publicaciones del departamento y del país, Lucio Ferreira
disfruta con júbilo del reconocimiento y la admiración de sus lectores.
Esta página, que durante tantos años ha recogido sus trabajos, pretende
ofrecer a sus lectores algunos aportes, donde revela
con vigor y claridad un estilo que apunta a la investigación histórica
que lo ha transformado en maestro de varias generaciones y punto de
referencia para los alumnos de las escuelas de esta ciudad y de 18 de
Julio. “Es evidente -señaló- que en los últimos años se han ido
apagando las voces conocidas de amigos y familiares de la Villa
Histórica, que fueron en su momento, el eco inolvidable de tiempos
mejores. Nunca le tuvimos miedo a la soledad y pensamos que la suerte
nos prolongó la vida para que pudiéramos atestiguar algunos
acontecimientos importantes del mundo que nos había tocado, como
integrantes de una generación que se fue”. De esta manera disfruta de la
realidad vivida durante tantos años y reflexiona sin mayores
preocupaciones ante la incógnita de lo que vendrá. De su extensa
producción rescatamos un artículo periodístico donde Don Lucio nos
relata un enfrentamiento entre un grupo importante de contrabandistas,
policía de la seccional y efectivos del batallón de infantería apostados
en el Fuerte de San Miguel. “En una noche clara de verano, se dio la
batalla más grande entre las autoridades mencionadas y una partida de
contrabandistas liderada por José Larrosa. Los contrabandistas se
dispersaron, cubiertos por José Larrosa que fue muerto por salvar a los
suyos, víctima según se dijo de una traición, puesto que Larrosa no
hubiera salido de la frontera en una noche de luna, y si lo hizo fue
porque estaba seguro de que estaba todo “arreglado”. Al día siguiente en
la comisaría novena de 18 de Julio, tapado con un poncho, yacía el
cuerpo sin vida de un hombre honrado, padre de familia, pero un conocido
contrabandista de la frontera. La autoridad cumplió con la ley, pero en
Castillos quedó una familia desamparada. Y esto que no es historia
ocurrió en una noche de verano de 1934. Donde cayó muerto José Larrosa,
alguien piadosamente colocó una Cruz para señalar el lugar-dijo
finalmente Don Lucio Ferreira. Un episodio de la historia chica, que
tuvo como escenario el campo fronterizo del vecino Generoso Da Silva,
en una noche de luna llena.
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