PANORAMA POLÍTICO
El
resultado de las elecciones es concluyente. Nada más va a ser igual.
Tampoco nada será diferente por arte de magia, pero por primera vez
en 16 años la oposición política se gana el derecho de participar
activamente en la política de gobierno en Venezuela. El primer
resultado concluyente es que se terminaron 16 años de exclusión de
medio país.
Recién
hoy martes 8/12 se sabe el resultado definitivo. Hay 112 diputados
electos de la MUD (incluyendo los 3 representantes indígenas, que no
son de la MUD, pero son de grupos de oposición autónomos con
diálogo fluido con la MUD) y 55 del Gran Polo Patriótico (PSUV, PCV
y otros). No hay diputados de grupos menores.
Es
decir que la MUD tiene una mayoría de 2/3 que le permite legislar en
cualquier tema, y alcanzar todas las mayorías especiales definidas
(3/5 y 2/3) para designar a los miembros de la suprema corte, del
tribunal electoral, al fiscal general, al defensor del pueblo,
reformar leyes orgánicas, como la ley de precios, la legislación
cambiaria, la legislación laboral, la ley de medios, las leyes
orgánicas de las instituciones del estado, interpelar, censurar y
destituir ministros y vicepresidentes, proponer reformas
constitucionales, o llamar a asambleas constituyentes. Puede hacer
todo.
Antes
de especular con que puede pasar, hay que confirmar qué
cosas ya no van a pasar y cuáles
seguirán pasando. Lo primero, es que se termina la censura política.
No será posible eliminar de los medios a la mayoría parlamentaria.
Por lo pronto, un canal del estado está en manos del parlamento
(ANTV, asamblea nacional TV) y dejará de ser un medio partidario del
PSUV, como lo fue hasta ahora. Además, se anuncia que se permitirá
que los demás medios de prensa accedan y transmitan las sesiones de
la Asamblea, cosa que hoy es monopolio del canal estatal mencionado.
Lo
segundo, es que habrá un contrapeso muy fuerte al ejecutivo. Si bien
el sistema es tremendamente presidencialista, y el veto presidencial
o la declaración de inconstitucionalidad del TSJ (Tribunal Supremo
de Justicia) pueden anular las decisiones de la Asamblea, también
habrá un fenómeno en sentido contrario, de leyes que deroguen
decisiones presidenciales. Es inevitable que por primera vez en 16
años el gobierno del PSUV empiece a negociar sus políticas con el
resto del país. Pero no sabe hacerlo. Lleva 16 años confrontando e
insultando. Ahogando económicamente las gobernaciones y alcaldías
opositoras. ¿Podrá cambiar su actitud? Se ve difícil, sin un
liderazgo fuerte que lo aglutine, y sin políticos negociadores,
manejado por militantes de izquierda pro Cuba con el discurso
cuadrado clásico de la izquierda tradicional y por militares.
También es difícil desde el lado de la oposición. Con 16 años
ninguneada, sin ser escuchada, perseguida, con líderes presos, otros
proscritos y exiliados. En un país con más de 5.000 empresas
expropiadas, en muchos casos sin ser pagadas, varias vinculadas a
personajes de la oposición. Con miles de funcionarios despedidos del
estado por ser opositores (La famosa lista Tascón, con la que se
echaron del estado y de las universidades públicas a los que
firmaron pidiendo un referéndum para derrocar a Chávez en 2004).
Con muchos rencores y cuentas por cobrar, siendo un conjunto de
partidos muy diferentes, sin liderazgos unificados y sin la práctica
del ejercicio democrático tolerante, ¿podrá la Unidad transitar
caminos de diálogo reales con el gobierno?
No
se vislumbra fácil la negociación y el entendimiento. Las
posiciones son muy distantes en la mayoría de los temas. Da la
impresión de que se va más hacia un enfrentamiento de mayor escala.
Y el escenario es propicio para ello. Durante el 2016 se cumple medio
período del gobierno de Maduro, y eso habilita a que los electores
puedan pedir un referéndum revocatorio sobre su mandato. El 20% de
los electores puede pedir la revocación del mandato de cualquier
funcionario electo, y para que se revoque su mandato se requiere que
más votantes den el sí a la revocación, que los que lo eligieron
originalmente. La diferencia obtenida en estas elecciones
parlamentarias y la cercanía en el tiempo entre la elección y la
fecha que habilita comenzar con el proceso para la destitución del
presidente y el llamado a nuevas elecciones hacen que sea una
tentación muy grande para la oposición el seguir ese camino. Esta
opción es a la vez el mayor obstáculo al dialogo y también la
única salida racional a un enfrentamiento sin diálogo. Por eso creo
inevitable ese camino, aunque no es una certeza el resultado.
El
problema más urgente es la economía. Con una inflación
desconocida, ya que no se publican cifras oficiales desde hace un
año, pero que se estima en el orden del 200%. Con escasez
de productos de primera necesidad, como carne, pollo, huevos, harina,
azúcar, leche, jabón, maquinitas de afeitar o papel higiénico, por
mencionar solo algunos de los más de 50 artículos que tienen
precios regulados y cuesta más caro producirlos que venderlos. Con
un estado que bajó brutalmente sus ingresos al caer el precio del
petróleo de 90 a 34 USD el barril. Con un gasto por subsidio de la
nafta de 12.000 millones de dólares por año y un precio de venta
que no aumenta desde 1989 y que es literalmente un regalo. Con un
gasto público que cerró el 2014 con un déficit fiscal de casi 20%
y en el 2015 no se tomaron medidas correctivas de ningún tipo, salvo
reducir las importaciones por no tener dólares suficientes. Con una
recesión de más de 10% de caída del PBI. Con una producción de
bienes industriales estimada en el 20% de la capacidad instalada,
según las cámaras empresariales, por falta de insumos y de dólares
para importarlos, y por la regulación de los precios de sus
productos. Con una abrumadora mayoría de participación estatal
ineficiente en las empresas productivas en todos los sectores (son
empresas estatales las que exportan el 97% e importan el 60% del
comercio internacional). Y con un sistema financiero desquiciado, con
3 tasas cambiarias oficiales y una paralela con diferencias abismales
(6.30, 13, 200 y 900 bs por dólar) y tasas de interés ridículamente
bajas comparadas con la inflación (tasas del 15% anual) y
prohibición del uso de divisas extranjeras para ahorro u operaciones
comerciales internas y por tanto sin paliativos a la inflación, que
desemboca en un consumo desbocado pues lo que no se gasta se evapora.
En resumen, se observa un país directamente insostenible. Incapaz de
producir lo que necesita para sobrevivir, pero acostumbrado a
consumir como millonario.
Evidentemente
Venezuela no se va a salvar de un ajuste fuerte en el corto plazo.
Devaluación, unificación de las tasas cambiarias, aumento del
combustible, y recortes presupuestales grandes en el estado parecen
inevitables. (Cómo no se ha hecho ordenado, está ocurriendo a
través de la inflación y la devaluación del cambio paralelo, que
es quien guía los precios actualmente.) Y ambos bandos quieren que
el costo político de un ajuste que está siendo brutal lo pague el
otro. Yo no creo que se logre hacer en forma consensuada por las
partes. Da la impresión que este será otro territorio de batalla
política.
Finalmente
está la situación social. La pobreza ha escalado al 76% da la
población cuando hace 16 años era del 55%, según una encuesta de
hogares que llevan adelante las tres universidades más importantes.
La canasta alimentaria para un hogar tipo requiere el aporte de 7
salarios mínimos, y se ha multiplicado por 5 en lo que va del año,
superando por mucho a la inflación general. Por lo que la mayor
parte de la población busca ingresos alternativos que complementen
su trabajo, como comprar artículos de primera necesidad a precio
oficial y revenderlos en ferias a 10 veces más, para lo cual faltan
a sus trabajos continua y tranquilamente, ya que el decreto de
inmovilidad laboral prohíbe los despidos. Otros usan sus autos
particulares como taxi, después del trabajo, o se alquilan para
hacer cola toda la noche por baterías de auto u otros repuestos,
etc.
Los
jóvenes aspiran a emigrar masivamente, lo que es lógico, si se
piensa que el ingreso de un profesional recién egresado no llega a
100 USD por mes (medido a tasa paralela, que es la única a la cual
pueden comprar efectivamente dólares). Es decir que tiene que
trabajar un año sin gastar en nada para comprarse una laptop. Una
casa o un auto, no están al alcance de ninguno. La Universidad Simón
Bolívar anuncia que ha perdido 500 docentes por emigración, y la
Universidad Central ha recortado sus cupos de ingreso a cifras
insignificantes, por no poder mantenerse.
Los
servicios públicos de luz, teléfono y agua son casi gratis. (Yo
pago 350Bs de luz por mes, que al cambio oficial más alto significan
1.75 USD y al paralelo, 30 centavos) Pero se viven cortando por falta
inversión y mantenimiento. Cortes programados por racionamiento y
roturas continuas que hacen que en muchísimas regiones la luz se
corte todos los días durante horas y el agua llegue uno o dos días
a la semana a cada casa.
Finalmente,
la inseguridad por la delincuencia está en niveles increíbles. Son
temas que siguen preocupando más que la economía a la gente común.
Hoy Venezuela sigue siendo uno de los países con más asesinatos del
mundo (62 cada 100.000 habitantes en 2014, para un total de casi
25.000 muertes violentas ese año), solo superada por Honduras, y muy
por encima de México, El Salvador o Colombia. Y los secuestros están
a la orden del día.
Valla
esto como ejemplos sueltos de una sociedad que está colapsada como
si hubiese pasado una guerra, una combinación terrible de angustia y
desesperanza, que solo los viejos de clase media para arriba la
sortean administrando el uso de los ahorros de sus vidas (si los
guardaron en dólares y afuera). Y en el medio de la cual un grupo de
beneficiados, que pueden acceder a los dólares a 6.30 y se
convierten en multimillonarios por ese hecho. Es el mejor negocio del
mundo, comprar dólares a 6.30 o a 13 y venderlos a 900. Y están los
que compran nafta a precio venezolano y la venden aprecio colombiano
o brasileño. Y los que consiguen productos subsidiados de las
cadenas del estado y los venden en el exterior a precios
internacionales. Y los traficantes.
Es
en este entorno que gobierno y oposición deben comenzar a
reconstruir todo. Y lo deben hacer juntos. Se invirtieron los
porcentajes, pero siguen siendo 60-40. No hay forma de hacerlo sin el
otro. Ojalá lo entiendan.
Referencias:
Potestades
de la asamblea:
Inflación:
Pobreza:
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