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sábado, 9 de enero de 2016
RUBENS DE AVILA CARRASCO. UN CAPITULO PARA GUMERSINDO SARAVIA. Por Julio Dornel.
En publicaciones anteriores hicimos referencia al lanzamiento del libro “LA MERIM IMITA EL MEDITERRANEO”, del historiador brasileño Rubens de Ávila Carrasco, autor además de numerosas investigaciones sobre el desarrollo de este enclave fronterizo. Se trata de una de las obras más importantes de la literatura vitoriense, reuniendo en 796 páginas un análisis exhaustivo de los principales acontecimientos registrados en la zona, demostrando pericia, objetividad y talento en el momento de presentar los hechos. Como lo señala el Prof. Homero Suaya Vasques, en la presentación, la vida del autor “tiene una historia de niño pobre criado en las bandas australes de Brasil, conviviendo en un ambiente rural, en las proximidades de Chui, demostrando siempre empeño por el conocimiento, pasando por diversas actividades destacándose en el antiguo Unión de Bancos, donde ocupó el cargo de sub gerente en esta ciudad. Estudioso de la filosofía masónica, se ha desempeñado en forma efectiva dentro de la Logia “Acacia Vitoriense”, llegando al cargo de Venerable y gran investigador de la historia de esta institución. Rubens de Ávila Carrasco es uno de los mayores investigadores de nuestro acervo histórico destacándose en la preservación de todos los documentos vinculados al extremo sur brasileño. Cabe señalar que Ruben de Ávila Carrasco ha mantenido una conducta de vida en pro de la cultura, destacándose fundamentalmente sus estudios sobre los Campos Neutrales, complementando este monumental aporte de una región vital para la economía y la seguridad riograndense.
GUMERSINDO SARAVIA- BANDIDO.
Del extenso capítulo dedicado a Gumersindo Saravia, recogemos pasajes fundamentales del mismo, donde destaca la presencia de bandidos y criminales que actuaban en el Estado de Río Grande, procedentes del Uruguay, bajo las órdenes del “Tigre de Corral de los Arroyos, Gumersindo Saravia”. Al trazar el perfil de este revolucionario, De Ávila Carrasco señala que Gumersindo fue preso en Santa Vitoria do Palmar, de donde logró fugarse a los pocos meses. Sin embargo fue acusado de haber cometido crímenes aberrantes, entre los que se destacan haber decapitado al “muerto de Caroví y llevando su cabeza para el Palacio como trofeo a la heroicidad del “castillismo”. Era evidente que Gumersindo supo ganarse el odio y las veneraciones populares, sin que la verdadera historia tenga su lugar desapasionado y objetivo. “Documentos importantes para el estudio de su vida son los procesos criminales que debió enfrentar en el Fórum de Santa Vitoria do Palmar”. En páginas siguientes el historiador señala que Gumersindo por aquellos años no “tenia paradero fijo en el Uruguay, y tanto se encontraba en la Cuchilla Grande como en las fronteras de Chui y San Miguel, los movimientos deberían realizarse sin tardanza. Dos hechos históricos comprueban con elocuencia el extraordinario valor guerrero de Gumersindo Saravia. El primero está relacionado con el General Salgado, Jefe Federalista de la Revolución de 1893; y el segundo con el Consejero Silveira Martins. Había llegado el momento de designar al Jefe en asamblea partidaria, y considerando la edad (80) del General Silva Tavares, se llego a la conclusión de que ya no estaba en condiciones de conducir el movimiento revolucionario.”Con el peso de su edad era muy difícil llevar adelante una empresa tan ardua. Fue en esa circunstancia que el Consejero Gaspar Silveira Martins se dirige a sus compañeros manifestando:”los señores están debatiendo el punto menos importante, como lo es la designación del Jefe de este movimiento. Debemos tener en cuenta primero que no tenemos armamentos y segundo que una guerra civil es una calamidad, un flagelo, pero dadas las circunstancia queremos señalar que el Jefe natural se encuentra en esta Asamblea. Sus palabras sorprendieron a los participantes agregando, “ahí está”- apuntando para Gumersindo Saravia- tiene que ser el Jefe de la Revolución, es joven, tiene fortuna y predisposición para las armas”. En las notas gráficas Rubens de Ávila Carrasco, autor de la publicación y Gumersindo Saravia, nacido en Uruguay y presentado en Brasil, que enarbolando la bandera de la justicia social continúa galopando por los campos de Río Grande del Sur.
Próxima entrega: Fundación de Santa Vitoria do Palmar.
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