TABARÉ VÁZQUEZ: A mí no me gusta vender la piel del oso antes de cazarlo
La llamada esperada durante más de
diez años fue bien clara en su mensaje: "Los espera en su consultorio en
la calle Bulevar Artigas mañana a las nueve y media, tiene una hora
para ustedes". Un torbellino de dudas, preguntas, cuestionamientos e
interrogantes nos mantuvo la cabeza ocupada en la
vigilia previa al encuentro. Algo así como: ¿todo lo que quería saber
de Tabaré y antes no pudo preguntar? Llegamos puntuales a la cita, nos
estaba esperando en la puerta vestido con su túnica y comenzamos la
charla. De hablar pausado, sopesando cada palabra, con razonamiento
metódico, no es fácil sacarlo de su discurso, pero no rehuyó ninguna
pregunta. Logramos robarle veinte minutos más y sin embargo nos quedó
gusto a poco. A continuación la conversación completa con Tabaré Vázquez
Por Alfredo García / fotos Rodrigo López
¿Cómo viene la campaña?
Desde mi punto de vista, viene bien, y
lo tendríamos que analizar desde varias vertientes. En primer lugar, si
la vemos como integrantes de la fuerza política Frente Amplio, creo que
viene levantando de manera significativa, no solo en cantidad de
concurrentes a los actos, manifestaciones, caravanas, etc., sino también
cualitativamente, se nota más entusiasmo. Si tú me permites, te diría
que la máquina comenzó a andar. Desde el punto de vista de nuestro
trabajo personal también, porque, más allá de algunas situaciones
particulares de análisis de determinados temas políticos, hemos tenido
la oportunidad de avanzar mucho en exponer las propuestas del Frente
Amplio. No sé si con mucho éxito en cuanto a su traducción en los medios
de comunicación. Yo escucho mucho que "no hay propuestas, no hay
propuestas". Me he cansado de dar las propuestas del Frente en decenas
de temas. Pero de cualquier manera creo que hemos llegado a mucha gente
con la propuesta de un eventual tercer gobierno del Frente Amplio. Eso
en lo personal. Y en lo general, me parece que, después de tener cinco
campañas encima, esta es la quinta, se inscribe dentro de lo que pasa en
cualquier campaña electoral, acá y en cualquier parte del mundo, cómo
se van sustanciando hechos, situaciones, cosas inesperadas; en una
campaña electoral puede suceder que uno tenga un encuentro inesperado o
no deseado y surge un hecho desagradable, como puede suceder también lo
inverso. Pero bueno, eso es natural en cualquier campaña política.
¿Por qué "eventual"? ¿No hay certeza de un tercer gobierno del Frente?
Y yo creo que la certeza surge cuando se
cuenta el último voto. Personalmente estoy convencido que el Frente
gana el tercer gobierno, pero una cosa es la convicción personal y otra
es un análisis desapasionado de la situación. A mí no me gusta, como se
dice vulgarmente, vender la piel del oso antes de cazarlo.
¿Esperabas que la situación fuera tan pareja o tan peleada como está ahora?
Es que yo no sé si está tan pareja.
Las encuestas marcan.
Sí, es cierto lo que tú dices, pero
después de lo que pasó el 1° de junio, yo he relativizado mucho el valor
de las encuestas. No de todas las encuestas, no de todos los
encuestadores, pero sí de algunas. Porque, hasta el 31 de mayo, en el
partido Nacional ganaba sin inconvenientes el Dr. Larrañaga, incluso se
decía que tenía más del 50% y que no había que ir a la convención para
elegir el candidato. Eso el 31 de mayo, y el 1° de junio sucedió todo lo
contrario. Dentro del Partido Colorado, se decía que el Dr. Bordaberry
ganaba con más del 80% y que el Dr. Amorín Batlle no llegaría al 10, al
12, y sin embargo fue 70 a 30. Por tanto, son muy relativas las
encuestas. Yo miraba algunas encuestas que en agosto de 2009 marcaban
que el Frente tenía el 45% de los votos, o de intención de voto en aquel
momento, y el Partido Nacional el 38%. La realidad mostró que el Frente
tuvo el 49% y el Partido Nacional el 29,5%. Entonces, creo que hay que
relativizar el tema de las encuestas. ¿Por qué creo que el Frente va a
ganar? Porque veo un crecimiento real, si comparamos esta tercera salida
con la segunda que hice por todo el país. Noto que hay un crecimiento,
como te decía al principio. Yo puedo aceptar que quizás haya una
subjetividad marcada de mi parte, y aun así podría aceptar que estamos
estabilizados. Ahora, que me digan que estamos bajando, me cuesta mucho
creerlo.
¿Cambió el panorama, desde el punto de vista de la estrategia política, con el triunfo de Lacalle Pou en el Partido Nacional?
En lo que a mí respecta y en lo que nos
habíamos planteado en el Congreso del Frente, no. Después del Congreso
nosotros salimos a recorrer el país con la intención de ver de cerca
cuál era la situación real del Uruguay, a fines de noviembre y
principios de diciembre del año pasado. Eso lo hicimos recorriendo todo
el país, todos los departamentos, hablando con los compañeros de las
Departamentales, etc. Y después de ver lo que ocurrió en esa primera
gira vine a Montevideo y planteé a las autoridades del Frente empezar ya
la campaña electoral, porque vi que los frenteamplistas estaban, sobre
todo en el Interior, en la gateras, para salir. Y los hechos me
demostraron, cuando comenzamos a salir, que era así realmente. Cuando
hicimos la segunda gira -ahora estamos terminando la tercera- me
propuse, y lo dije en todos lados, trabajar para octubre. Yo no sabía
cuáles eran los resultados del 1° de junio, pero me pareció que había
que trabajar para la instancia de octubre desde el principio, y que el
método de trabajo tenía que ser, quizás por deformación profesional,
diagnóstico de la situación y propuestas. Y fue lo que hicimos. Tomamos
primero los temas más sentidos por la población y los analizamos desde
la tribuna en tres vertientes: cómo recibimos ese tema cuando llegamos
al gobierno; lo que hicimos y lo que no hicimos, lo que hicimos bien y
lo que hicimos mal; y la tercera vertiente, la propuesta sobre ese tema.
Así trabajamos en esa segunda recorrida. Después vinieron las internas,
comenzamos la tercera salida y aquí sí ya estamos de lleno, como te
decía al principio, con las propuestas.
Mirando para atrás, ¿qué se hizo
mal en el primer gobierno del Frente? Porque lo que se hizo bien lo
sabemos. Desde tu visión, ¿qué faltó?
Hubo temas que no los pudimos terminar
porque no nos dio el tiempo, cinco años es un tiempo relativamente corto
para el ejercicio de una presidencia, desde mi modesto punto de vista.
Por eso creo que los uruguayos tendríamos que estudiar la posibilidad de
una reelección con dos períodos cortos de cuatro años cada uno, de
forma tal que, si hay reelección, el presidente y su equipo tengan la
oportunidad de trabajar ocho años. Creo que es muy sabio lo que pasa en
Estados Unidos, que el presidente puede ser reelecto una vez y después
se tiene que retirar. Y creo que la reelección por cuatro años, como
tiene Brasil, sería lo correcto. Cinco años se te van de las manos. En
el primer año estás trabajando con un presupuesto elaborado en el
período anterior, el plan quinquenal abarca hasta el primer año del
próximo gobierno. Y, si no se utiliza bien el período de transición de
ese primer año, también en el segundo año es difícil poner la maquinaria
en marcha. Y te quedan dos años hábiles para trabajar, porque ya
después es el período electoral y vemos todo lo que pasa, y entonces
quedan muchas cosas que no se terminan. En el caso nuestro, como siguió
el Frente Amplio en el gobierno, muchos de esos aspectos que no pudimos
terminar fueron completados con este gobierno. Ahora, ¿qué hicimos mal,
en qué nos equivocamos? Por ejemplo nos equivocamos, yo lo dije
públicamente, en el caso de PLUNA. Lo quiero decir en este sentido: nos
equivocamos en lo que nosotros creíamos que íbamos a lograr. Dijimos:
"Viene esta gente que va a poner capitales, que va a trabajar, que fue
el único ofrecimiento que hubo en el tema". Queríamos rescatar a PLUNA
como línea de bandera uruguaya, que siguiera funcionando, para que la
conectividad que teníamos en aquel momento siguiera existiendo. Y
también, no hay que perder de vista, veníamos con una desocupación y un
problema económico y social muy grande en el país, y era dejar a mucha
gente en la calle en un momento muy especial del país. Y entonces
optamos por lo que hicimos. ¿En qué nos equivocamos? En que calculamos
que iba a salir bien y salió mal. Ese fue el error. Hoy, con más
experiencia, quizás pensaríamos distinta la situación, pero claro, con
el diario del lunes cualquiera acierta los resultados del domingo. Pero
en aquel momento, honestamente, creíamos que ese era el camino, para
rescatar esa línea aérea, la conectividad del Uruguay y los puestos de
trabajo de mucha gente, apostando a que vengan actores privados que
puedan manejar adecuadamente. Y bueno, se presentó esa oportunidad, que
fue la que tomamos. No salió bien, y en eso fue que nos equivocamos,
pensamos que iba a salir de una manera y salió de otra.
¿Algún otro tema?
Y, seguramente, debe haber varios temas.
Equivocarnos, nos equivocamos todos, estamos programados genéticamente
en la vida para el error, ensayo y error. Es natural. No sé, quizás
cometimos muchos errores, quizás fue un error no intentar un poco más,
evitar la confrontación con Argentina. Pero nos sentimos muy encerrados
en momentos difíciles del país, muy difíciles realmente, que nos
obligaron a tomar la decisión de habilitar el funcionamiento de la
planta de Botnia en aquel momento, hoy UPM. Todos los datos que nosotros
teníamos -que los pedimos desde la transición, cuando fui electo
presidente- a organizaciones internacionales de control del medio
ambiente, como el Instituto Noruego de Control Medioambiental, nos
decían que la planta de Botnia que se instalaba en Uruguay cumplía, e
iba a cumplir, con la normativa más exigente de preservación del medio
ambiente. Incluso en aquel momento no había entrado la nueva
reglamentación de la Unión Europea que comenzó en 2007, estamos
hablando de 2004, 2005. Y en ese informe que nosotros hicimos público se
decía que la planta de Botnia iba a cumplir ya con las exigencias
mayores que la Unión Europea iba a tener en 2007. Nosotros demoramos la
habilitación, buscando entendernos con el gobierno del Dr. Kirchner,
incluso hablamos con él personalmente e incluso le propusimos, antes de
habilitar la planta, elaborar y llevar adelante un laboratorio de
control medioambiental integrado por científicos uruguayos y argentinos,
y de connotación internacional, si él quería también, para que
trabajaran juntos en un laboratorio que lo equipáramos al máximo con la
tecnología de última generación. Y que, además de controlar esta planta
de producción de celulosa, controlara todos los impactos
medioambientales de los dos países, y ofrecerlo también al MERCOSUR.
Bueno, no tuvimos éxito, y llegó un momento en que nos dimos cuenta que
no encontrábamos por parte del gobierno argentino una salida dialogada
al tema, era que se sacaba la planta de celulosa de ahí o se sacaba,
cosa que no era posible. En ese momento, cuando el Dr. Kirchner declara
que era de interés nacional el tema de Gualeguaychú, comprendimos que ya
no había lugar para dialogar del tema. Y habilitamos a Botnia. Hoy,
visto a la distancia, quizás hubiéramos podido intentar un tiempo más de
diálogo.
No era un tema medioambiental, en el fondo, era un tema político.
Sí, creo que sí. Coincidieron muchas
cosas, una de ellas es que Argentina en ese tiempo se encontraba en un
clima electoral. Y eso influye. Aunque no se quiera por parte de los
actores, indirectamente influye. Creo que esos fueron los errores más
grandes. Con respecto a ese punto, se interpretó, quizás yo me expliqué
mal, nuestro pedido de apoyo por este tema al gobierno de Estados
Unidos.
Poco menos que pasabas a ser un aliado del imperialismo.
Sí, sí. Nosotros no pedimos ni que
vinieran los marines ni que se instalara acá un centro operativo militar
de los Estados Unidos, ni que trajeran un submarino atómico. Teníamos
una debilidad de respaldo acá en la región.
Porque Brasil no se jugó.
Yo hablé con Lula personalmente este
tema; Lula me atendió muy bien, por cierto, un gran compañero y amigo.
Yo sé que él hizo muchos intentos, pero fueron negativos. Hubo la
intermediación del rey de España, que fracasó. Y en aquel momento
surgieron algunos hechos que eran preocupantes. Cuando se critica lo que
yo hice, me gustaría que quienes critican también se hubieran puesto en
el lugar del presidente en aquel momento. Primero, los comentarios y la
agresividad que venían del lado de Gualeguaychú eran muy fuertes.
Habían dicho que iba a venir alguien a atarse de una columna y que iba a
volar con todo. Empezaron a hacer amenazas de cruzar el puente y hacer
una manifestación, que lo hicieron, pero además decían que iban a ir a
ocupar la planta de Botnia, atentando contra la soberanía del país. Se
encadenaron al muelle con las lanchas. Un hecho muy grave fue que
vinieron a hacer un acto en la Plaza Independencia, un acto de
provocación tremendo, que hicimos todo lo posible para que no hubiera
ningún conflicto. Y hubo algo que se perdió de vista con el tiempo, pero
que fue muy grave, que fue que nos ocuparon el consulado en
Gualeguaychú. Esto, en cualquier otra parte del mundo, es motivo de un
conflicto muy serio. Entonces, lo que nosotros buscamos, porque no
teníamos ya dónde buscar otro respaldo, fue que Estados Unidos, porque
en la asunción de Bachelet en Chile, que yo había ido, estuvo la
canciller Condoleezza Rice, y me habló del tema. Y yo le dije que a
nosotros el derecho internacional nos estaba amparando. Ya había actuado
el tribunal de solución de controversias del MERCOSUR, y los tres
integrantes del tribunal nos habían dado la razón, que era absolutamente
ilegal el corte de puentes, y uno de ellos era argentino. Estaban
pasando por encima al Tratado de Asunción, del año 91, que dice que los
países que integran el MERCOSUR darán libre circulación a bienes,
personas y servicios. Entonces ya no nos quedaba más camino, y buscamos
un respaldo a nivel internacional, en cuanto a que se dijera que
teníamos buenas relaciones comerciales, diplomáticas, como las tenemos, e
incluso de cooperación en algunos temas. Para no aparecer tan solos,
tan aislados. Esto fue lo que hicimos, en una situación en la que, como
te relataba, a veces uno olvida el contexto. Quizás fue un error, no sé,
pero reitero...
¿Qué alternativas había?
Es más, voy a agregar más datos: en el
río Uruguay a un oficial de la prefectura naval uruguaya las lanchas que
venían de Gualeguaychú lo agarraron y lo tiraron al agua. ¿Si le pasa
algo y se ahogaba? Teníamos un problema muy serio, no era juego de
niños. Había muchas situaciones de mucha tensión. Y bueno, yo creo que
después de aquel hecho se empezaron a calmar las cosas, se fueron
diluyendo muchos hechos; y después, con la venida del presidente Mujica,
felizmente, se tomó un camino que yo apoyé desde el principio y se fue
normalizando.
La relación con Argentina nunca
fue fácil, históricamente. Ni siquiera para los gobiernos de otros
partidos. Incluso la "política del abrazo" de Mujica tampoco funcionó
demasiado.
No. Es difícil. Cuando hablamos de
relacionamiento con Argentina, a mí me parece que tenemos que separar
claramente dos capítulos. El primero de ellos, para mí el más
importante, es el relacionamiento entre el pueblo argentino y el pueblo
uruguayo. No nos olvidemos que en Argentina viven por lo menos
trescientos mil uruguayos, que encontraron en Argentina lo que no
encontraron en Uruguay: pudieron formar sus familias, tener hijos,
darles educación, salud, alimentarlos, vestirlos, y yo realmente nunca
escuché a ningún argentino que reprochara que los uruguayos estaban allá
sacándoles trabajo a los argentinos. Nunca lo escuché. Por lo tanto,
tengo que estar muy agradecido al pueblo argentino. De la misma manera,
muchos argentinos viven acá, algunos van y vienen, otros se han
instalado definitivamente, y otros han invertido mucho dinero y están
funcionando acá. Ahora bien, yo tampoco veo que haya un rechazo por
parte de los uruguayos a esta situación. Y no nos olvidemos lo que
sucede con respecto al turismo. Me parece que esa relación que es tan
buena, que es relación de vecindad pero también de pueblos hermanos, es
la más importante y es la que hay que cuidar mucho y preservarla, porque
es muy buena y es muy útil. Hay un segundo capítulo, que es la relación
entre los gobiernos, y hay que comprender que en esa situación los dos
gobiernos, cualesquiera sean, de cualquier color político, tienen que
defender los intereses de sus países, que muchas veces son intereses
encontrados, porque Argentina y Uruguay producimos lo mismo,
comercializamos lo mismo, tenemos una situación similar. Y dentro del
MERCOSUR, en lugar de avanzar por los caminos de la complementariedad
productiva, hemos avanzado por el camino de la competitividad, de la
competencia productiva. Esto lleva a que surjan choques,
inevitablemente, y esto es histórico. Para este segundo capítulo, el
camino es a través del diálogo, el respeto mutuo, el respeto al derecho
internacional, a los convenios, acuerdos y normas internacionales
suscritos por los dos países. Es el único camino que tenemos para
avanzar.
Vamos a ver qué pasa con el siguiente gobierno, porque no se sabe quién va a ganar en Argentina.
Tuve una entrevista con Daniel Scioli,
ya me confirmó que va a ser candidato por el peronismo. Ya está. Y él
está muy interesado, y coincidimos, en desde ya comenzar a trabajar, con
su eventual gobierno y un eventual gobierno nuestro, en preparar un
protocolo de relacionamiento y una agenda de temas a analizar, para que,
por el camino del diálogo y de esos protocolos, podamos relacionarnos
mejor entre ambos gobiernos y tratar de encontrarles solución a las
diferencias que podamos tener. Él va a venir seguramente ahora en
setiembre a Montevideo, tenemos que coordinar, va a venir con su equipo
de asesores, nosotros acá estaremos con el nuestro para ver si podemos
acordar un protocolo y una agenda de las características que te acabo de
decir. Me parece que es un hecho importante, si no llegamos a ser
gobierno, de cualquier manera es un material que quizás sirva para
cualquier gobierno que pueda surgir en la zona, este año en Uruguay y el
año que viene en Argentina.
El 1° de marzo es el Día Cero, se está hablando.
Para mí el 1° de marzo va a ser como el
día 120. ¿Por qué? Tengo dos experiencias de tiempo de transición, el de
la Intendencia de Montevideo, en el año 90, y el del gobierno nacional,
del año 2004. Lamentablemente, en la transición para el gobierno de la
Intendencia de Montevideo no pudimos acordar con el entonces intendente
Iglesias un trabajo en conjunto para avanzar en esa etapa de transición,
de forma tal de prepararnos para que el 16 de febrero de 1990
pudiéramos comenzar a funcionar. Ahí comprendí el valor que tiene la
etapa de transición. Ahí también se gobierna. Recuerdo que esto se lo
planteé al General Seregni y que incluso hicimos una activo en el Frente
donde yo planteé la importancia que el Frente tenía que darle de ahí en
más al tema de la transición electoral. En el año 2004 encontramos una
mucho mejor respuesta por parte del Dr. Batlle, que facilitó mucho la
posibilidad de que quienes iban a ser ministros por parte de nuestro
gobierno tuvieran contacto con sus ministros, y realmente hubo una
actitud que nos permitió trabajar en la época de la transición,
conseguir elementos que de otra forma era muy difícil conseguir, y
preparar proyectos de ley, proyectos de decretos o acciones durante ese
período de transición -que fue largo porque ganamos en primera vuelta,
fueron cuatro meses- lo que nos permitió el 2 y 3 de marzo estar
mandando proyectos de ley al Parlamento. Entonces, si llegamos a ganar,
la propuesta nuestra es que, como de la misma manera que pasamos de
largo el 1° de junio y seguimos trabajando el 2 y el 3, si ganamos en
octubre o en noviembre, seguir de largo preparando el gobierno para que
el 1° de marzo no sea el Día Cero.
¿Cuáles son los proyectos claves que se está hablando que se van a lanzar?
Hemos hablado de diez acciones que ya
las estamos preparando. Lo primero es el Sistema Nacional Integrado de
Cuidados, que se implementará de manera gradual y que llevará ocho o
diez años en su implementación total. Tenemos claro que tiene que
atender a tres sectores de la población que más lo requieren: a la
primera infancia, a las personas con discapacidad de cualquier tipo y a
los adultos mayores dependientes, y que el Sistema Nacional Integrado de
Cuidados tiene que cortar transversalmente a todas las clases sociales.
Es el Estado que se tiene que hacer responsable de controlar que las
casas o el personal contratado para cuidar a los seres queridos de cada
uno estén capacitados para ello. No sea cosa que, en vez de cuidarlos,
como sucede muchas veces, los tengan amontonados a los viejos.
¿Cuál es el segundo?
Profundizar el proceso de
descentralización, esto inmediatamente. Para nosotros el tercer nivel de
gobierno es bien importante, el ejercer el gobierno en cercanía con la
población y compartiendo el poder de opinar y de decidir con la gente,
en el territorio, es de capital importancia.
¿Implica darles rubro a los alcaldes?
Implica darles rubro a los alcaldes y
apoyo de recursos humanos, y también de recursos materiales. Implica
hablar con ellos y diagramar con ellos, por ejemplo, presupuestos
participativos como hace la Intendencia de Montevideo en consulta con
los vecinos. Implica trabajar con ellos coordinadamente para aterrizar
adecuadamente las políticas públicas del gobierno nacional. Es la mejor
manera de hacerlo, le va a dar más transparencia y le va a quitar peso
burocrático a esa aplicación de las políticas públicas. Para nosotros el
proceso de descentralización, que implica descentralizar recursos
económicos, humanos y también materiales, es otra de las medidas que
inmediatamente vamos a trabajar. Ahora se está aprobando una ley que
mejora la ley de descentralización de 2009, y quizás tengamos que hacer
algún ajuste.
¿El tercero?
En tercer lugar, tenemos que avanzar en
lo que es el gobierno electrónico, el Uruguay está en perfectas
condiciones de avanzar y ponerse en la vanguardia del mundo en gobierno
electrónico, lo que va a facilitar la prestación de calidad de bienes y
servicios del Estado a la población, ya sea a la población común y
corriente, ya sea a las empresas nacionales o extranjeras, ya sea a
cualquier tipo de actividad. Y llevar adelante una política inclusiva
digital para que toda la población pueda ser partícipe. En cuarto lugar,
prestarle especial atención al tema de la educación en todos sus
niveles. En el tema educación creo que tenemos que, con seriedad, con
responsabilidad, con los pies en la tierra, ser un poco audaces en el
tema de modernizar sobre todo la educación secundaria y la educación
tecnológica en el Uruguay. El fracaso de la educación secundaria en
estos tiempos no es solo en Uruguay, es en la región y es en el mundo.
Creo que tenemos que ir a un sistema que englobe la universalización de
enseñanza primaria -que ahora la tenemos a los cuatro años, tanto para
niñas como para varones, no hay que perder de vista eso, porque en otros
países se universalizó para el 80% de los varones y el 20% de las
niñas, y acá estamos mitad y mitad- empezando desde los tres años y que
sea un ciclo completo hasta los diecisiete años. Aplicando sobre todo en
la interfase que va desde primaria al ciclo básico de secundaria
algunas medidas como las que ya se están llevando adelante.
¿Por ejemplo?
Fue muy efectivo en primaria, para
disminuir la repetición en sexto año y el abandono, además de los
estímulos en políticas sociales, la creación del maestro más maestro,
maestro más maestro comunitario, maestro más maestro ceibal. Eso ayudó
enormemente, es un programa que hay que seguirlo, extenderlo a primer
año de ciclo básico con las tutorías, generando tutores que empiecen a
trabajar sobre todo con los niños y niñas que tengan problemas de
aprendizaje en el segundo semestre de sexto año, determinado por los
maestros estos que acabo de decir, para personalizar la situación y
apoyarlos en ese sexto año, seguirlos en las vacaciones, con los
campamentos y las reuniones que se hagan en el centro educativo de
enseñanza secundaria o de UTU, y acompañarlos también en el primer
semestre del primer año de ese ciclo básico, con una actitud proactiva
que ponga en el centro al alumno, con la disposición de llevar a los
mejores maestros, a los más capacitados, con mayor experiencia, docente a
los lugares más problemáticos. Ahí necesitamos a los mejores maestros.
Hoy es al revés.
Hoy es al revés, muchas veces.
Remunerarlos adecuadamente. Generar también, e impulsar aún más, los
centros de capacitación docente. Capacitar más a nuestros maestros y a
nuestros profesores, e incluso darles oportunidad a aquellos profesores
que no tienen el título de profesor todavía, que están ejerciendo y que a
veces tienen una vasta experiencia como docentes. Hacer una formación
curricular pos graduación, como sucede en medicina, para su capacitación
y para darles los títulos correspondientes, pero buscando a la calidad
de la formación profesional. Ya está en funcionamiento un sistema de la
evaluación docente. Y todo esto en un contexto de mayor tiempo
pedagógico.
¿Tiempo completo?
Yo no hablaría tanto de tiempo completo
sino de tiempo extendido, porque el tiempo completo implicaría tener
una cantidad de docentes y maestros que no tenemos hoy, que podemos
tener en un futuro con un programa de estas características que te estoy
diciendo. Y tampoco tenemos capacidad locativa, no olvidemos que en
muchas escuelas funciona una en la mañana y otra en la tarde; si las
hacemos de tiempo completo, es muy difícil que podamos seguir
manteniendo algo que sí lograron los gobiernos del Frente, que fue
disminuir el número de alumnos por maestro, que la UNESCO lo ha
reconocido. Hoy tenemos un número aceptable de alumnos por maestro,
teníamos no sé si casi el doble pero un número muy alto. Pero el tiempo
extendido permitiría ir avanzando gradualmente sí hacia el tiempo
completo, con la generación de una inversión muy importante, que no se
puede hacer de una sola vez o en un solo periodo de gobierno, en
levantar nuevos edificios de enseñanza para un sistema de estas
características, que mucho se ha hecho, porque ya hay fondos destinados
en la educación pública para hacer edificios nuevos y para reparar los
viejos edificios que no habían tenido ningún mantenimiento durante
décadas, era todo un desastre. Así que la meta sería lograr que el 100%
de los niños y las niñas cumplieran el ciclo básico, que el 100% de los
niños, niñas y adolescentes hasta los diecisiete años estuvieran en el
sistema educativo, y que del ciclo secundario egresara por lo menos un
75% de los estudiantes. Esto a grandes pinceladas en el cuarto punto que
te planteaba, que era la educación.
¿Tu referencia en educación es Fernando Filgueira?
Es uno de los compañeros que está
trabajando en estos temas. Es todo un equipo, y es también la posición
del Frente Amplio en su conjunto. El quinto punto se dirigiría a tratar
de solucionar el problema de miles de familias que viven en viviendas
que no cumplen los requisitos básicos. Yo no tengo con precisión el
cálculo, pero son más de treinta mil familias, y creemos que el Uruguay
está en condiciones de producir un schock habitacional e invertir en
vivienda para estos sectores más humildes, más pobres.
El Plan Juntos no funcionó demasiado.
No, pero en algunos casos fue una solución interesante.
Pero no fue masivo.
Creo que hay que impulsarlo con más
fuerza y tomarlo con más fuerza a nivel institucional, más que por
impulsos personales, por la Agencia Nacional de Vivienda y por el
Ministerio de Vivienda.
Instrumentos, desde el punto de vista institucional, tenemos un montón.
Hay que dotarlos de recursos económicos.
Y también tener en cuenta que no lo vamos a solucionar de la noche a la
mañana; si decimos lo contrario, le vamos a estar mintiendo a la gente.
El sexto punto sería una acción muy fuerte, continuando la que se viene
desarrollando, en el tema de convivencia ciudadana pacífica y de
seguridad pública. Creo que en este sentido se está trabajando bien por
parte del ministro del Interior, dotando a la policía de los elementos
adecuados, tanto sea en armamento como para la defensa personal, en
capacitación de la policía, en impulsar la policía comunitaria, en un
rescate del viejo guardia civil en contacto con la gente y las familias,
el usar la tecnología tanto de los patrulleros como de las cámaras de
vigilancia, en la información electrónica inmediata para poder
determinar si una persona es o no un delincuente buscado. Ser muy duros
con el delito, tremendamente duros, pero también tremendamente duros con
las causas que llevan al delito, porque de nada vale que combatamos
fuertemente el delito, si dejamos que los problemas sociales lleven a la
sociedad a la delincuencia; la capacitación profesional de los
policías; también, el control de los policías.
Se ha hecho mucho en ese aspecto en este gobierno.
Mucho, y se va a seguir esa línea.
¿Se mantienen el ministro y el subsecretario?
Mi idea es mantenerlos.
¿Ahí no hay implicancias familiares?
Se puede pensar así, y ya se ha pensado y
se ha dicho. Pero creo que los hechos han demostrado que Jorge Vázquez
está más que capacitado como para ocupar esta tarea y la que ocupó en el
primer gobierno. No hubo implicancia. Yo lo conozco muy bien y sabía lo
que podía dar, y los hechos lo han demostrado, desde mi punto de vista.
Además tuvo independencia en su función con respecto a la presidencia.
Total, como debe ser. Como tuvieron todos los otros compañeros. La lucha frontal contra el narcotráfico y la pasta base.
Guarteche fue un gran hallazgo, en eso.
Sí, también. Y después políticas
vinculadas a la rehabilitación del delincuente, políticas carcelarias,
laborales, educativas, de prevención y de represión, que tienen que
estar conjugadas para luchar contra todo esto. Esto no es exclusivo
trabajo del Ministerio del Interior, es un trabajo que abarca distintos
ministerios y distintas disciplinas. No podemos poner toda la
responsabilidad de este tema en el Ministerio del Interior, acá también
hay que llevar adelante políticas públicas, de educación, salud,
vivienda adecuada, en fin, es un conjunto de políticas que van a
contribuir a mejorar. Eso era el sexto. El séptimo, pienso que tenemos
que avanzar en el tema de infraestructura. Si el Uruguay quiere seguir
creciendo y llegar a un estado de desarrollo humano adecuado, tiene que
prepararse para recibir más inversiones en el sector productivo, que
generen más puestos de trabajo dignos, decentes, apostando más a agregar
valor a las cadenas de producción; es decir, exportar menos materia
prima y más trabajo de los uruguayos, impulsando la industria. Y en ese
sentido tenemos que mejorar mucha infraestructura, por ejemplo, la vial,
los puertos, por ejemplo, que lo estamos logrando, la energética.
Ninguna sociedad crece si no tiene energía. Cuando llegamos al gobierno,
importábamos petróleo para producir energía, rezábamos a los cielos
para que lloviera para la energía hidroeléctrica, hoy tenemos energías
alternativas renovables y exportamos energía.
Sin la regasificadora todavía.
Sin la regasificadora y sin el petróleo y
el gas que eventualmente puede existir. Así que es promisorio en ese
sentido. La infraestructura estaría en séptimo lugar.
Hay un debe grande en ese aspecto, a nivel vial se ha hecho muy poco estos años.
Sí, hay que invertir mucho en el
mantenimiento de carreteras. Por ejemplo, la circunvalación de
Montevideo ha sido muy importante, y se han reparado carreteras, pero
así como se reparan, se rompen por el uso de los camiones con carga muy
grande. Tenemos que hablar también del ferrocarril de carga.