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domingo, 31 de agosto de 2014

TRIBUTO A RICARDO OLIVERA: LA EMOCION RECORRE LOS PALMARES. Por Julio Dornel.

                                                      Escritor y periodista Julio Dornel




Por esas coincidencias del destino fue con Blanco Balao que le realizamos el último reportaje para el Programa NUESTRA GENTE de Canal 4 Televisora Color. Cuando nos enteramos de su partida definitiva, no dudamos un instante en procurar contacto con su “compañero de mil batallas”, para conocer un poco más al artista sin alejarnos demasiado del hombre cordial, generoso, tolerante y divertido que nos había honrado con su amistad durante 50 años.
“A la salida de la ciudad de Rosario, Rosario del Colla o Rosario Oriental, está ubicado un cartel con este pensamiento: “La nostalgia de andar lejos solo la cura el regreso.” Hoy, 24 de agosto, a cuatro días de la partida de
nuestro querido Ricardo para los pagos del “no regreso”, se festeja la noche de la nostalgia. Pero los que estuvimos cerca de su corazón y de su amistad franca, no precisamos de este día para tener en nosotros ese pasado, porque
vive en nosotros. El 20 de agosto, próximo en el tiempo, madrugó para irse de gira por los cielos del espíritu a eso de las 2 y pico de la madrugada. Me dieron la noticia a las 3 horas y 21 minutos, y momentos después lo llevarían a su pueblo de Castillos para que su familia, sus amigos y su pueblo pudieran acompañarlo y finalmente sembrarlo en su eterna morada. Allí estuvimos, recordándolo en todas sus facetas, de recitador (que negaba serlo, “decía” ser decidor de las cosas nuestras) ; de pescador, de actor de teatro,
de hombre de bien y con sentido del humor, de memoria prodigiosa, cultivador de plantas y yuyos en su casa, asador esmerado en las parrillas , compartiendo el mate y la “petaquita” (con grapa miel, últimamente mejorada con unas gotas de whisky). Ya despuntada la mañana salí de Rocha buscando su rumbo, con una niebla que se prolongó todo el camino hasta Castillos. Se me ocurrió que era poncho de cielo que se desplegaba para refugiar nuestras tristezas. Y seguramente su alma andaría tirándonos cuentos, para sacarnos de ese letargo difícil de digerir, aunque esperado en muchos días.
Cada día, cuando en el diapasón de la mañana ensayen sus sueños pájaros los libres del canto criollo, no faltará tu voz , tu recitado , porque esta archivado en la memoria del corazón de los que te quisimos tanto. Había nacido en Castillos el 24 de febrero de 1928 y viajó al cielo con 86 años. Cuando le preguntábamos por su edad, nos detallaba la misma en meses y días, pues decía que asì lo acostumbraron desde niño. Nos obligaba a hacer las cuentas para transformar meses y días en años.
Expresaba en muchas ocasiones Don Atahualpa Yupanqui
Este pensamiento : “ ¡ Dicen que no son tristes las despedidas…….., decidle al que te lo dijo… que se despida.

El 15 de agosto de 1965 y en Castillos, Nelson González
Acuña, creó y escribió para él estos versos, que serían
Carta de presentación al iniciar actuaciones en los escenarios a través de toda su vida.

Traigo un mensaje de tiempo
En potro de arena y piedra
y en el lomo de las sierras
Jineteando el pensamiento

Se irán las coplas al viento
Que gaucha garganta encierra.



Irán saliendo una a una
Con emoción butiacera
y en los campos sin porteras
Entre cerros y lagunas
Borrachas de sol y luna
se harán coplas las palmeras.

Los “Vidalitas” que se le adelantaron para el viaje al “silencio” :Mario Zelmar Vitabàrez, Beltràn Miraglia, Beltràn Garrido, Nelson González Acuña, Mirto Palarìn, El cura Salvador Perdomo y Angelita Visconti de Miraglia estarán haciendo rueda con él. Seguramente andarán de peñas con Rodolfo Silva, Dimas Pereyra
y el Maestro Lirio Pereyra , Walter “Patón” Casella, Dino Menichini y Osiris Rodriguez Castillos, y tampoco faltará el “Malevo” olfateando las alpargatas. Nosotros seguiremos andando y sembrando en los surcos que
el abrió con dedicación y cariño : somos Manuel Pintos ,
Ariel “Golo” Olivera, Jesús Perdomo, Leonel “Negro” Olivera , Arias Olivera, Guilmary Velázquez , Mary Pereira, Carlos Miraglia y quien hilvana estas letras. Nuestras familias, que también son la tuya propia, hoy velamos tu sueño y te acompañamos hasta el final del
Camino, emocionados. Compartió escenarios como integrante y recitador del Conjunto
Folklórico Vidalita de Castillos en distintos escenarios del país, en radios y TV.
Destacado y premiado en Festivales Nacionales de Folklore ; en Durazno, Cerro Largo y Treinta y Tres. Compartió aplausos y triunfos integrándose artísticamente a Grupos como “Los Tonatiùh Huaca” de Rocha (ref.: Mario Vázquez) ; Los del Palmar , de Castillos.

Con y junto al cantor y guitarrista Olmedo (hoy radicado en Chuy) y con el Prof. Jesús Perdomo en fechas históricas,
Fiestas patrias y diversas recreaciones-
Compartió escenarios y grabaciones con Nelson “Pindingo” Pereyra.
Integró el grupo de Teatro “Candilejas” de Castillos, bajo la
Dirección de Angelita Visconti de Miraglia.
Fue ciclista, en la época en que los caminos eran de balasto y pozos. Trabajò de talabartero en Castillos, pescador en Valizas, cazador en los montes.
Funcionario de U.T.E. ejercitó piernas, brazos y hombros portando escalera e iluminando noches.
Actuò en Canal 5 de Montevideo conmigo y María del Huerto Bentancur.

Actuamos juntos en Colonia del Sacramento acompañados por el poeta de Colonia Don Alejandro Germán. Al finalizar en esa oportunidad, una familia argentina presente en el restorán donde realizamos la función, pidió si podían llevarse el poster con su
Imagen y le pidieron su autógrafo en el mismo. En las Fiestas Tradicionales Gauchas, Fiestas Patrias y encuentro particulares se floreó en los “pericones” con su voz de mando. Formó parte del cuerpo de baile del Conjunto Vidalita. Año 2001 graba un CD en Colonia Valdense –AGADU 2628-2
Colaborò desinteresadamente toda su vida con escuelas,
Sociedades o instituciones, y nunca le oímos poner
Precio a sus actuaciones. Muy merecidamente se le nombró “Ciudadano Ilustre de Castillos” . Humilde siempre, con prestancia de gaucho de puro cerno criollo y con sentido del humor, repentino y siempre alerta. Con un cuento en la puerta y una historia en la ventana. Con responsabilidad para repasar los textos de los recitados
Que elegía para cada ocasión y los pedidos obligados. El mayor trabajo que nos daba a todos sus compañeros era, indudablemente, mantenerlo “callado” –dijo finalmente Balao.

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