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viernes, 27 de noviembre de 2015

ROCHA VIVE LA SÉPTIMA EDICIÓN DE TANGOS EN EL CALLEJÓN




Eduardo González.
Diario El Este
 
Este fin de semana se disfruta en el centro de la capital rochense un verdadero encuentro clásico a través del ciclo, Tangos en el Callejón, una manera de consolidar con el paso de los años un género musical que nos distingue en el mundo entero, tanto a uruguayos como argentinos.
Los ciudadanos recostados sobre el Río de La Plata y los propios rochenses son auténticos cultores del tango. Decenas de historias y de músicos intransferibles que ha dado la tierra rochense son una muestra clara de como se conserva y se renueva la pasión tanguera.
Entre bandoneones, violines, poemas y musa inspiradora cultivada en tantos viejos bodegones rochenses, el tango se convierte en un motivo de encuentro y, cuando se aproxima la finalización del año, se adueña del centro de esta capital departamental.  Particularmente, cuando los acordes se escuchen en el Paseo que lleve el nombre del inolvidable maestro, Dagoberto Vaz Mendoza, un referente cultural auténtico que llegó desde su Cerro Largo natal para quedarse para siempre en el pueblo rochense.
El tango tiene miles de seguidores en el ámbito local y ahora recibe el apoyo del Centro Interministerial, de la propia dirección de cultura de la Intendencia de Canelones y se espera una interesante propuesta de músicos capaces de convocar desde las viejas composiciones pero también desde la innovación.
Gabriel Nuñez Rótulo, rochense de pura cepa que fundamentalmente se desempeña en el área cultural de Tacuarembó, deleitará con su propio repertorio y una particular forma de decir, uno de los músicos más brillantes que ha dado esta tierra.
Natalia Gonani, parejas de bailes dirigidas por la profesora, Silvia Leda y la propia Carmen Morán, forman parte de este encuentro típico, al tiempo que cultores de esta música del Centro Cultural María Élida Marquizo, Diana López y Jorge Araújo, quienes llegan desde Canelones con una propuesta bien afinada a través del paso de los años. Sexteto Tango Sur y Gabriela Morgare, otra figura muy potente en Montevideo.
La mística del tango estará presente y se informó que en todos los casos el espectáculo no se suspende por mal tiempo. Para la eventualidad de esto último, se ha previsto el traslado del evento al Teatro 25 de Mayo.


Todo comenzó con un tambor de barro y un cuero de cabra, según Tufic Haffar EL TANGO DESDE QUE SE BAILABA HOMBRE CON HOMBRE, HASTA QUE LLEGÓ LA MUJER
Eduardo González. Tango, es un tambor de barro con un cuero de cabra, que criadores de estos ejemplares en el norte de África tocaban a los efectos de llamar sus rebaños para el ordeñe. Todo, entre hombres, indicó Tufic Haffar, un estudioso de la vida cultural del mundo árabe.
Mientras se tocaba ese tambor se hacía un zapateo, similar a nuestro malambo. Después los árabes llevaron el tango al sur de Italia. Lugares como Sicilia y Calabria disfrutaron del tango como consecuencia de la influencia árabe, bailado hombre con hombre, tal cual la película Cinema Paradiso donde aparecen este tipo de escenas que algún inquisidor siempre trataba de cortar.
Entre tanto, en el Río de La Plata con la llegada de esos migrantes italianos a trabajar en los frigoríficos ingleses radicados en estas tierras, en el barrio de La Boca o zona del Abasto, se empezó a bailar el tango.
En principio hombre con hombre, pero estaban por esos lugares los burdeles y allí aparece la figura de la mujer. Con la mujer nació el verdadero tango orillero porteño.
Recuérdese, que la Junta de Buenos Aires en su momento prohibió el tango, considerado todo una revolución popular frente a las atildadas clases dominantes que escuchaban música clásica en los teatros.
A finales del siglo XVIII entre 1780 y 1791 el Cabildo de la ciudad de Buenos Aires, emitió al menos tres informes al Virrey denunciando las prácticas musicales y religiosas de los esclavos.
En el siglo XIX en la Isla El Hierro de Islas Canarias y en otros lugares de América, la palabra tango significaba reunión de afrodescendientes para bailar al son del tambor.
La actividad tanguera estaba vista como una manera de intranquilizar a la sociedad y también como un espacio de libertad y de poder sacudir el yugo de la esclavitud.
En los albores del siglo XIX el Cabildo de Montevideo certificó la existencia de los candombes a los que llama "tango" o "tambo", prohibiéndole llevar a cabo su actividad escénica bajo el argumento de lesionar la moral pública y castigando a sus cultores

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