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lunes, 23 de noviembre de 2015

EL NEGOCIO DE LA MUERTE. AHORA SE MUERE MEJOR. Por Julio Dornel.


                 Escritor y periodista Julio Dornel
 
Vencidos los temores iníciales que rodearon nuestro primer velorio y que detalláramos en crónicas anteriores, vamos a entrevistar al responsable de Los Olivos,(empresa fúnebre) Jacinto Sena, quien supervisa personalmente todos los detalles que rodean la presencia del difunto mientras permanece en la empresa. Con la experiencia y la tranquilidad que le otorga el contacto diario con la muerte, Sena nos destaca en primer término que “se debe cuidar la pulcra vestimenta donde predomina el color negro. El contacto inicial lo realizan los familiares o amistades de extrema confianza, que sin llegar a regatear los precios, consideran la situación social y económica en el momento de la elección. Debemos considerar que existen varios presupuestos teniendo en cuenta el personal, los pedestales, coronas, flores, mortajas y sobre todo la madera utilizada en el ataúd. Otro detalle importante está relacionado con el cortejo, menos coches, pero más confortables teniendo en cuenta que en la actualidad la mayoría de los familiares y amigos disponen de coches propios. Los precios están en relación con la calidad del féretro y otros detalles menores que son considerados en el contrato. El 50 % de lo que vendemos, es el cajón social liso que es el sistema más económico, pero que puede tener algunas mejoras en las barandas, doble tablero y las manijas que pueden ser de bronce o aluminio pintado, mientras que en los modernos sistemas se utiliza mucho el compensado de pino y eucaliptus, considerados como madera fúnebre. En todos los casos el ataúd económico es de compensado, lo que en definitiva es lo que hace la diferencia. También ofrecemos cafetería, tramites, asesoramientos, asistencia permanente, y el traslado de algún familiar a la sociedad médica. En términos generales está viniendo menos gente a los velorios, registrando un pico mayor cuando los amigos y familiares salen del trabajo y permanecen hasta media noche en que se nota solamente la presencia de algunos familiares”- dijo finalmente Sena-. Podemos decir que existe un gran negocio en torno a la muerte, teniendo en cuenta además el personal que se utiliza en torno al velatorio y que pasan por choferes, carpinteros, seguros, chapistas, floristas, funcionarios administrativos y profesionales de la salud cuya presencia es requerida en algunas oportunidades. Cabe señalar en algunos casos la presencia de cosmetólogos que hacen lo posible para embellecer al finado mediante cremas faciales, tinturas y rouge, acompañados con rellenos de algodón. También las velas han sido sustituidas por lámparas de bajo consumo, mientras las mortajas varían entre el satén, lino, algodón y muselina, los cajones, salvo raras excepciones promedian entre un metro setenta de largo por setenta centímetros de ancho.

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