Pasión latina, melancolía nórdica
The New York Times / Seinajoki | John
Tagliabue
El País
El tango finlandés surgió por un
bailarín de ballet llamado Toivo Niskanen.
Foto: Touko Hujanen.
Miles de finlandeses -a la par de
españoles, alemanes e incluso unos pocos japoneses y tanto
norteamericanos como sudamericanos- se reúnen para bailar durante
cuatro días al candente ritmo del tango.
¿Del tango? Finlandia, ¿Qué pueden
entender los finlandeses, esos rubios fríos que son presentados como
melancólicos y taciturnos por los largos inviernos sin luz (o eso
dice el cliché), del apasionante tesoro rioplatense?
Y sin embargo, vienen, en años
recientes hasta 100.000 personas, empezando a bailar al comienzo de
la tarde, escuchando a estrellas finlandesas interpretando tonadas de
tango participando en lecciones y concursos, y dando largos pasos,
girando e inclinándose al "pum, pum, pum" del compás del
tango en las primeras horas de la mañana.
El tango en su forma rioplatense es
melancólico y nostálgico. Si bien la variedad finlandesa es más
animada, muchos aquí dicen que su mezcla de pasión y melancolía
expresa a la perfección el alma finlandesa.
"Es tan poderoso, con muchas
emociones y sentimientos", dijo Elija Eorola, oficinista
cuarentona, limpiándose el sudor de la ceja después de bailar una
pieza en la pista de parqué de una enorme carpa blanca. Docenas de
parejas --mujeres en shorts, bermudas a la pantorrilla o falda, y
hombres con gorras de béisbol, sombreros de fieltro o sombreros
vaqueros- bailaban al compás de las suaves variedades de un acordeón
y un violín.
Bailarina apasionada que toma la pista
"un par de veces por semana" cuando está en casa en
Helsinki, Eorola estaba visitando el festival de tango, durmiendo en
un remolque, por primera vez en siete años. ¿Qué atrae a los
finlandeses al tango? "Es un poco la melancolía", dijo. "Y
así somos".
Para Mónica Wilson, quien creció en
una familia finlandesa en la bahía de Thunder, Ontario, bailar tango
y ser finlandesa va de la mano tan naturalmente como el jamón y los
huevos; o bien, arenque en escabeche y papas nuevas.
Wilson, maestra de escuela de 40 años
de edad, llegó al festival, mismo que terminó el domingo, con su
hermano y un primo mientras hacía un viaje de vuelta al país natal.
Ella tomó algunas lecciones de tango y, con su primo, probó algunos
pasos bajo la carpa con forma de L, de la mitad del tamaño de una
cancha de fútbol, llamada el Pabellón. En Canadá, destacó, es el
paso doble, pero en Finlandia, es el tango. Sus padres en Canadá,
nacidos finlandeses, dijo entre risas, "bailaban tango en la
cocina".
Tradición.
El festival local se fundó hace
aproximadamente 30 años para atizar las llamas de lo que parecía
una tradición en extinción. El tango había sido introducido a
Finlandia hacía un siglo por un bailarín de ballet de nacionalidad
finlandesa, Toivo Niskanen, quien aprendió sus pasos clásicos en
San Petersburgo, en esa época la capital rusa. Sin embargo, se
enamoró del tango mientras estuvo de vista en París.
El tango floreció en Finlandia al
grado de casi convertirse en el baile nacional. Incluso actualmente,
prosperan más o menos 2.000 clubes de tango a lo largo de una nación
de 5.5 millones de habitantes, en tanto el festival de Seinajoki es
uno de los mayores en cualquier parte. Sin embargo, después de la II
Guerra Mundial, con la llegada del rocanrol, la influencia del género
empezó a menguar. Para los 80, los Beatles y los Rolling Stones
habían amenazado con ahogar el sonido de Hernando`s Hideaway, la
canción del programa de tango.
"El tango ya no era popular,
aunque tampoco se había olvidado", dijo Juha Teuri, de 31 años,
el portavoz del festival, en una preparatoria local que estaba
haciendo las veces de oficinas centrales del evento. "En este
punto, se tenía que hacer algo, así que empezó como un concurso de
canto de tango, creciendo rápidamente hasta volverse más grande y
más grande", agregó, explicando los orígenes del festival a
mediados de los 80.
El festival no es la única reunión
veraniega del tango. Un sitio en Internet dedicado al baile latino,
festivalsero.com, enumera 20 eventos de ese tipo tan solo en julio,
incluido el Puerto del Tango en Tallin, Estonia; Tango Magic en
Seattle; y el International Queer Tango Festival, uno de diversas
reuniones gay por el tango cada vez más populares, en Berlín.
Sin embargo, el festival de Seinajoki
sobresale, no solo por su tamaño, sino también por su yuxtaposición
de melancolía escandinava y pasión latina.
Dos bailarines argentinos en medio de
otro tango
"Para nosotros fue una agradable
sorpresa", dijo Anabel Saldaña, una de las principales
bailarinas y maestras de tango de Argentina, quien fue invitada este
año desde Buenos Aires con su pareja, Jorge Mendoza, a presentarse y
enseñar en el festival. Fue todo un éxito el dueto de la pareja por
la noche en el escenario principal del festival al aire libre, ante
miles de personas y entre antorchas encendidas, humo y luces.
El tango finlandés no es la variedad
argentina, destacó Saldaña. "Sin embargo, creemos que tiene el
mismo sentimiento, aunque con palabras y conceptos diferentes para la
experiencia". Mendoza, quien al igual que Saldaña estudió
tango finlandés antes de llegar, coincidió: "Nosotros no
decimos: `Tenemos el verdadero tango o el tango veraz`. Nosotros les
estamos mostrando otro tango, que es agradable y tiene onda para
bailar tango". "Aquí, la gente, tomó el tango y se lo
apropió", agregó.
La diferencia entre el original
rioplatense y el retoño finlandés saltó a la vista en una de
muchas clases que los bailarines argentinos dieron para visitantes
del festival en el gimnasio escolar. Mientras ocho parejas
finlandesas escuchaban atentamente, Saldaña explicó que el tango
era "como un rompecabezas". "Si conoces las piezas",
dijo, "puedes armarlos de diferente manera".
Después, ella y Mendoza, con las manos
apenas frente a los hombros de cada cual, se deslizaron alrededor de
la pista, demostrando precisamente cómo se podía armar el
rompecabezas. Varias parejas los siguieron, otras parecían más bien
que estaban moviendo muebles que bailando un tango rioplatense. Leena
Kaura, diseñadora de textiles ya retirada, estaba deleitada: "Tiene
ese aire del flamenco", dijo sobre la variedad suramericana.
Los organizadores temen que el festival
se convierta en un asunto para gente de edad madura y mayor. A fin de
atraer a los jóvenes, músicos de renombre -grandes en Finlandia-
llenan actualmente los espacios entre tangos. En una soleada tarde,
Antti Tuisku, especie de Adam Lambert finlandés, cantó uno de sus
éxitos ante multitudes de seguidores que agitaron sus brazos en una
fosa de fuerte baile, incluso al tiempo que bailarines mayores en el
Pabellón siguieron girando y doblándose al compás de un tango.
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