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domingo, 25 de agosto de 2013

LA NOSTALGIA DEL “CIRCO LOPEZ”. Por Julio Dornel



                                    Escritor y periodista Julio Dornel



Se detuvieron nuevamente los “pasadiscos” decretando el descanso anual de los románticos discos de “vinilo” que giraron como nunca para evocar con nostalgia los años de la juventud, cuando se bailaba con Camilo Sesto, Ángela Carrasco, Mocedades, Manuel Otero, Roberto Carlos, Leonardo Fabio, Salvatore Adamo, Heleno, Luis Aguilé y muchos otros que integraban la farándula romántica de aquellos años. Miles de uruguayos aprovecharon la noche de la nostalgia como espejo retrovisor para evocar a la distancia pedazos de vida que afloraron con nitidez por algunas horas. Cada uno y a su manera revivió épocas y situaciones irrepetibles que por no tener duplicado se perdieron para siempre o permanecer aletargadas en algún rincón de la memoria. Por nuestra parte la evocación nos lleva directamente a los viejos circos que a lo largo de varias décadas del siglo pasado llegaban a la frontera con sus espectáculos artísticos llenos de magia y colorido.Por allí pasaban los ilusionistas, equilibristas, trapecistas y fundamentalmente los payasos con su alegría contagiante. Por ese motivo y porque han ido desapareciendo lentamente las antiguas carpas de lona levantadas en pocas horas en los baldíos suburbanos de los pueblos del interior queremos detenernos en el Circo López Hermanos como mojón nostálgico de nuestra juventud. Por aquellos años la presencia del circo movilizaba a la población urbana y también de zonas rurales que llegaban a caballo o en carros para maravillarse con el variado espectáculo que ofrecían los payasos, trapecistas, fieras amaestradas, monos bailarines y los fabulosos magos con sus galeras misteriosas. Para cerrar el espectáculo las representaciones teatrales que hacían “temblar” el escenario con los duelos de Juan Moreira o Martín Aquino contra los representantes de la ley. El mundo fantástico del circo con su estilo único de vida donde los personajes también trabajaban fuera del escenario o del picadero instalando los equipos, remendando las lonas, alimentando los animales o simplemente conversando con los parroquianos. Eran espectáculos inolvidables con los monos bailarines, los juegos entre perros y gatos, el valor de los trapecistas y el drama sublime de Dionisio Días el Niño Heroico del arroyo del Oro. Sin embargo en las últimas décadas el circo ha tenido que enfrentarse a poderosos rivales como lo son el teatro, el cine, la televisión y el video. Aunque parezca extraño, el atractivo que ejerce la carpa ha marcado su sobrevivencia y pensamos que nunca morirá porque está metido en nuestra cultura y también en el cine con películas como La Cabalgata del Circo en la que actuaban Libertad Lamarque, Hugo del Carril y Orestes Caviglia. En esta crónica de la nostalgia queremos evocar a la gente de todos los circos, desde el López Hermanos hasta el Vostok de Rusia por la alegría que reparten en todos los pueblos del mundo. Para los hermanos López y sobre todo para Alcides, la “Coquito” y Pupé que supieron facilitar nuestro ingreso a las funciones de matinée nuestro eterno agradecimiento por haber alimentado de alguna manera nuestros sueños infantiles.







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