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miércoles, 28 de agosto de 2013

ESPOSA DE SARAMAGO PILAR DEL RÍO, VISITANTE ILUSTRE DE ROCHA






“Acepto este reconocimiento, absolutamente honrada y sé que tiene mucho que ver con Saramago”.
El viernes 23 de agosto la Junta Departamental de Rocha recibió a la escritora y periodista española Pilar del Río, esposa del Premio Nobel de Literatura, José Saramago y Presidenta de la fundación que lleva su nombre.
Pilar del Río se reunió a mediodía con el intendente Artigas Barrios quien también participó en la sesión del deliberativo departamental y se refirió a su persona.
Es la primera vez en la historia que Rocha declara a alguien Visitante Ilustre. Tras ser saludada por varios ediles, la periodista y escritora expresó su agradecimiento y pronunció la alocución que El Este comparte.
Más tarde esa misma jornada participó de un importante acto en el Centro Cultural “MEM” en el cual  ella y Saramago fueron homenajeados. Se exhibieron fragmentos de la película Pilar y José realizada por un director  portugués.

“ALGUIEN NO ESTÁ CUMPLIENDO CON SU DEBER”
Puso de manifiesto los valores de José Samarago al leer un fragmento del discurso que pronunció al recibir el Premio Nobel en Stockolmo.
En la parte medular, Saramago dijo a”los príncipes de la Literatura”.

” Alguien no está cumpliendo con su deber, no andan cumpliéndolo los gobiernos que no saben, porque no pueden o porque no se los permiten los que efectivamente gobiernan, las empresas multinacionales y pluricontinentales cuyo poder absolutamente no democrático reducen a una cáscara sin contenido lo que aún queda del ideal de la democracia. Pero tampoco están cumpliendo con nuestro deber, los ciudadanos que somos. Nos fue propuesta una Declaración Universal de los Derechos Humanos y con eso creímos que lo teníamos todo, sin darnos cuenta que ningún derecho puede subsistir sin la simetría de los deberes que le corresponden, el primero de los cuales será exigir que esos derechos sean reconocidos, también respetados y satisfechos.
No es de esperar que los gobiernos hagan en los próximos cincuenta años lo que no hicieron en esto que conmemoramos. Tomemos entonces nosotros, ciudadanos comunes que tengamos la palabra y la iniciativa con la misma vehemencia y fuerza que reinvindicamos nuestros derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes para que tal vez el mundo pueda comenzar a ser un poco mejor.”
 LAS PALABRAS DE PILAR DEL RÍO EN LA JUNTA DEPARTAMENTAL
Muchas gracias Presidente de la Junta; muchas gracias Intendente y a los ediles y edilas representantes de los distintos Partidos Políticos.
Muchas gracias a todos los amigos y amigas. Decía el Intendente que se iniciaba un camino de apertura de visitantes ilustres. A partir de ahora lo tienen muy fácil porque solamente podrán crecer. Empiezan y no es falsa modestia, empiezan bajito soy, una más del montón que trata de trabajar todos los días en ideas y en proyectos, por supuesto mucho más grande de lo que es mi persona.
Lo único que ocurre es este reconocimiento que acepto, absolutamente honrada y sé que tiene mucho que ver con Saramago.
Y también por la memoria de José Saramago lo recibo y donde está la llave de entrada a este país, a Montevideo, a Uruguay que es un país que visito con frecuencia y que ahora en los días que llevo aquí, ir recorriendo distintas instituciones como por ejemplo, la Biblioteca Nacional ayer, la Universidad. He estado en diferentes instituciones, con libreros, en una reunión con el Frente Amplio, en la Intendencia, también con el Presidente de la República. Me he dado cuenta hasta qué punto de las raíces que dejó José Saramago que en este país son profundas.
Parece un país más, circunstancial, presentó un libro, no. No vino a presentar un libro y se fue, no. Vino a la Universidad, visitó aulas, fue doctor honoris causa de la Universidad de la República. Escribió interesándose por un desaparecido que resultó ser una desaparecida, la nieta de Juan Gelman; intervino en marchas a favor de que los hombres se manifestaran en la calle diciendo yo no maltrato y a favor de una sociedad igualitaria.
UN ROSARIO LAICO POR MARIO BENEDETTI
Intervino con Mario Benedetti en varios momentos, aparte de haber estado con él, también con Eduardo Galeano en distintas circunstancias de la vida política y cívica del Uruguay, en una circunstancia de la vida emocional, incluso en el final de la vida de Mario Benedetti, que se ocurrió cuando en casa, estábamos los dos, alguien nos llamó y nos dijo que Mario Benedetti estaba en sus últimos momentos.
Entonces, lo único que pudimos hacer, porque en realidad no podíamos hacer nada, fue ir a buscar su libro y empezar a leer poemas. Como si la lectura de esos poemas en una isla de España le pudiera ayudar a Mario Benedetti y luego pensamos que había a lo mejor más gente que se quería sumar y entonces lanzamos por las redes, una red, una especie de rosario laico de personas que se pusieran a leer poemas de Benedetti para ayudar a
Mario Benedetti en el trance de pasar de la vida la vida a la muerte.

Fue sorprendente, porque fueron medios de comunicación llamando, fueron personas que en nuestra página en unas horas habían entrado más de cinco mil personas, copiando o poniendo poemas y así periódicos se sumaron a la iniciativa y fue realmente hermoso.
SARAMAGO TENÍA RELACIONES PROFUNDAS CON LOS PAÍSES Y CON LA GENTE
Todo esto tiene que ver con Uruguay, tiene que ver e indica que no es una relación epidérmica, que en el fondo Saramago no tenía relaciones epidérmicas ni con los países ni con las personas.
Por eso cuando escribía entraba tan hondo, porque sabía que sus libros iba a ir a lo profundo de las personas, entonces no se quedaba en la epidermis de las cosas. Trataba con honestidad los temas más fuertes, como estamos todos ciegos que viendo no vemos, los temas más intrascendentes como pueden ser aquellos, que se tocan en una novela que no siempre puede estar en un punto alto, como de pronto una conversación con el techo o una conversación con un perro, en esos temas más intrascendentes, también José Saramago estaba respetando al lector.
Yo digo esto porque como lectora conocí a José Saramago y como lectora le tuve que agradecer me hubiera respetado tanto, me hubiera considerado como una intelectual como para entenderle y me hubiera hecho después de leer un libro una ciudadana más buena y más sabia.
JOSÉ SARAMAGO Y LOS 50 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE DDHH DE LA ONU
Quiero agradecerles una vez más el honor que me dispensan y el hecho de que estén aquí, me gustaría si no les importa; he traído un pequeño libro, que no vale mucho, aunque creo que vale todo, con los discursos que dio José Saramago cuando fue proclamado Premio Nobel de Literatura.
Es una buena idea el haberlo traído, pero una no acaba de culminar nunca las buenas ideas.
Puedo traducírselos, lo he traído en portugués, eso es ya una idea peor, ustedes podrán leerlo. Es que es lo mismo, un discurso en Stockolmo, ustedes podrán leer lo mismo en portugués que en español.
Y además desde la primera página se siente igual, todo es lo mismo, pero como soy traductora y traduzco a Saramago les puedo leer unas cosas así sobre la marcha.
Cuando los Premios Nobel van a Stockolmo se hace un discurso que es académico a quienes les han nombrado premio nobel que en la Academia son diecisiete personas, hombres y mujeres, están una serie de invitados y otros escritores hay un discurso académico y luego hay otro que es mucho más breve que es el día de la entrega del Premio Nobel.
El premio se entrega siempre el 10 de diciembre y en el año que se lo dieron a José Saramago, ese 10 de diciembre, se cumplían cincuenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entonces Saramago aprovechó para hablar de los Derechos Humanos y ese fue su mensaje. De esa parte breve les voy a leer unos fragmentos, pero les quiero recordar de
lo académico, algo que es seguro por estar viviendo como viven, en una zona rodeada de árboles y que tan preocupados por la tierra y por tener un mejor futuro, haciendo estrategias para que el futuro sea mejor para todos.

“EL HOMBRE MÀS SABIO QUE CONOCÍ NO SABÍA LEER NI ESCRIBIR”
Decía José Saramago, arrancó así su discurso:”El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada cuando la promesa de un nuevo día venía todavía por las tierras de Francia se levantaba del catre y salía al campo para sacar a pastar a media docena de cerdos de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer.
Vivían de esta escasez mis abuelos maternos, de la pequeña crianza de cerdos, que después del destete eran vendidos a los vecinos de la aldea y después sigue hablando de los abuelos. Y habla cuando el abuelo se iba a morir y presintió que estaba llegando su última hora y estaba ya el coche esperándolo al tren que a su vez lo llevaría al hospital, el abuelo salió al campo que daba a su casa y abrazó a los diez o doce árboles que tenía y que le habían dado sombra y alimento durante toda su vida y el hombre más sabio que he conocido, los abrazó de esa manera porque sabía que no iba a verlos más.
Este me parece que es un gesto tan conmovedor y tan sabio que todos podemos entenderlo y se entiende también a José Saramago que pudiendo haber hablado de muchas cosas, teniendo esa inteligencia absolutamente extraordinaria y esa sensibilidad, el día que le convocan los príncipes de la literatura al acto más importante que puede haber en el mundo de las letras, que es el Premio Nobel, en la Academia Sueca, ese día habla del discurso de sus abuelos, de los hombres del campo, de los que tienen poco hasta el punto de titular su discurso de cómo los personajes fueron maestros, esos personajes de la novela, personajes anónimos que Saramago saca en sus novelas, que puede ser un alfarero, un profesor y hasta un comisario de policía, que acaban siendo los maestros en la vida.
NO CUMPLEN LOS GOBIERNOS Y NO CUMPLIMOS LOS CIUDADANOS
Y ya para terminar, culminar el discurso del brindis del Nobel, imagínense la ceremonia del Nobel, se le preguntó a la embajadora de Suecia cómo había que vestirse- para recibir el Nobel, esto se los digo para que vean cómo es la situación-, cómo se viste uno? Y me dice ella:” de árbol de navidad”. Es decir cuantos más brillantes, pendientes, es lo mejor y efectivamente, íbamos discretas pero la familia real iba como árbol de navidad pero encendido, con la corona, los brillantes…
Entonces Saramago hizo un discurso muy serio, no podía estar en el uso de la palabra más allá de un minuto y medio, él fue el primero que habló y luego hubo alguna gente que le decía: hombre . . . la circunstancia tan mundana, los trajes largos, los fracks, la música, los conciertos, la vajilla interminable, la cena interminable también y se pone con un discurso serio y dijo él :No, yo voy a tener a todos los medios de comunicación del mundo y me voy a poner a contar un chiste. Y así aprovechar el momento para decir lo que tenía que decir y yo les cuento solamente el final del discurso.
Y dice Saramago;” en estos cincuenta años no parece que los gobiernos hayan hecho por los Derechos Humanos todo aquello que moralmente cuando no por fuerza de ley están obligados. Las injusticias se multiplican en el mundo, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se arrastra, la misma esquizofrénica humanidad que es capaz de enviar instrumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, que esté indiferente a la muerte de millones de personas por hambre. Se llega más fácilmente a
marte en este tiempo que a nuestros propios semejantes y sigue diciendo . . .” alguien no está cumpliendo con su deber, no andan cumpliéndolo los gobiernos que no saben, porque no pueden o porque no se los permiten los que efectivamente gobiernan, las empresas multinacionales y pluricontinentales cuyo poder absolutamente no democrático reducen a una cáscara sin contenido lo que aún queda del ideal de la democracia. Pero tampoco están cumpliendo con nuestro deber, los ciudadanos que somos. Nos fue propuesta una Declaración Universal de los Derechos Humanos y con eso creímos que lo teníamos todo, sin darnos cuenta que ningún derecho puede subsistir sin la simetría de los deberes que le corresponden, el primero de los cuales será exigir que esos derechos sean reconocidos, también respetados y satisfechos.

“REIVINDIQUEMOS EL DEBER DE NUESTROS DEBERES”
No es de esperar que los gobiernos hagan en los próximos cincuenta años lo que no hicieron en esto que conmemoramos. Tomemos entonces nosotros, ciudadanos comunes que tengamos la palabra y la iniciativa con la misma vehemencia y fuerza que reinvindicamos nuestros derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes para que tal vez el mundo pueda comenzar a ser un poco mejor.”
Pues con este mensaje de José Saramago de que para que se cumplan nuestros derechos, tenemos también que cumplir con nuestros deberes, cada uno desde el lugar donde estemos viviendo y desde la posición que ocupemos; con esta carta de ciudadanía que nos da tanto valor a los ciudadanos, pues con esto me retiro del foro, agradeciendo una vez más, llevándome conmigo la llave de Rocha, prometiendo que ya no con visitas solemnes, sino con visitas privadas, sí que nos encontraremos por ahí por las playas de La Paloma, por las calles de Rocha en un futuro próximo. Como ya soy ciudadana de aquí es de esperar que esto ocurra y que sea pronto.
Muchas gracias a todos.
(Aplausos)

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