Candidatos y renovación en la izquierda
Cuando se trata de hablar de nombres es siempre incómodo. Mejor hablar de conceptos, de ideas, de proyectos. Pero llega un momento en que es obligatorio hablar de personas, de compañeros, porque no se puede ir a las elecciones con una nube, una abstracción, hay que elegir. Eso es además lo lindo, elegir.
Se terminó el tiempo de los
"elegidos". Yo vengo de esa cultura, así que hablo con propiedad.
Compañeros, casi siempre, alguna compañera, que reunían todas las
virtudes, eran incuestionables por los seis lados y nos representaban
perfecta y acabadamente a todos y a todas las humanas virtudes. Así nos
fue.
Porque esa visión indiscutible y perfecta fue parte de una
concepción del mundo, de la revolución, de la historia, de la sociedad y
naturalmente del Partido. Y debajo de los ladrillos también quedaron
esos conceptos.
Vamos a elegir uno de nosotros, igual a nosotros pero diferente, en
el que depositamos esperanzas y muchas exigencias, vamos a elegir quien
encabece la fórmula presidencial para asegurar un tercer gobierno de la
izquierda, del Frente Amplio. Que si lo logramos es el mejor balance de
lo que hemos hecho en estos dos periodos anteriores. Es una gran
responsabilidad para nosotros y para el que sea elegido. Y lo elegimos
para gobernar.
¿Qué elementos voy a tomar en cuenta yo, para decidirme? Cada uno
tendrá los suyos, aunque está claro que importa, desde el inicio que
seamos muchos los que optamos por determinada persona, porque la
política no es un juego sacramental, es la disputa del poder, en este
caso del gobierno nacional y hay que optar por alguien que tenga
posibilidades. No se trata de sacarse las ganas, sino de crear las
mejores condiciones para ganar, en octubre del 2014.
Lo primero que voy a considerar es que tenga una trayectoria que me
de las mejores garantías como político y como gobernante. Y Tabaré
Vázquez en su gestión en la Intendencia de Montevideo, en todo el
proceso hasta el año 2004 y durante su gobierno (2005-2010) cumplió
ampliamente mis expectativas, Montevideo y el Uruguay tuvieron avances
notorios en los aspectos económico, productivo, laboral, social,
cultural, de la salud, en la educación, en la dignidad nacional frente a
los prepotentes y en el pleno funcionamiento de las libertades. Porque
rompió con la "omertá" de los violadores de los derechos humanos y con
la impunidad.
Porque impulsó una política contra el tabaquismo que además de su
valor a favor de la salud pública, fue y es una señal de firmeza y de
audacia en las políticas públicas.
Voy a votar a Tabaré Vázquez porque fue el mejor presidente que
conocí en toda mi vida en el Uruguay, y fue un presidente con claras
prioridades y políticas de izquierda que rompió la hegemonía de los
gobiernos de la derecha. 170 años...
No estuve de acuerdo con todas las cosas que hizo, y en su momento
opiné y escribí sobre ellas. Las 6 horas para los funcionarios
municipales sin contrapartida, el veto a la ley de despenalización del
aborto y otras cosas menores. Pero comparativamente el saldo es
abrumadoramente positivo.
Voy a votar por Tabaré Vázquez porque se fue de la presidencia con el
70% de apoyo ciudadano y ese es un gran capital político personal y de
toda la izquierda y porque encabeza todas las encuestas de opinión
pública.
Voy a votar por Tabaré Vázquez porque considero que reúne un conjunto
de condiciones políticas y personales que aumentan las posibilidades de
triunfo de la izquierda en las elecciones. Y no me hago el académico y
el desinteresado, hago política, y eso en política vale mucho.
Todo lo anterior no me impide - al contrario - valorar el papel que
han jugado otros compañeros en el proceso de la izquierda. Desde la
fundación del Frente Amplio hasta hoy. Y para no hacerme el distraído y
el cómodo, este apoyo no me impide valorar el aporte invalorable que
realizó y que sigue haciendo Danilo Astori no solo en la conducción del
más complejo frente de la acción de un gobierno, la política económica y
social, sino la contribución a la fortaleza institucional, a la lucha
de ideas, a la renovación de la izquierda.
Hoy con Astori militamos juntos y me siento muy cómodo y con la
suficiente tensión para seguir aportando, polemizando, construyendo.
Junto a varios valiosos y queridos compañeros y compañeras del FLS. Pero
con Astori he polemizado, desde los tiempos de la FEUU y su decanato de
Ciencias Económicas, el documento de los 24 y otros momentos. Y por eso
mismo valoro este momento, nadie pide unanimidades.
En la izquierda las unanimidades generales o sectoriales son peligrosas, son funestas.
Todos los compañeras y compañeras que consideren que el nivel de sus
diferencias y malhumores requieren de que alguien las exprese
electoralmente, tienen todo su derecho y sus posibilidades. Las
candidaturas múltiples en las internas no tienen la mínima épica, ya se
usaron y ni siquiera le hicieron un rasguño a la unidad.
Los rasguños y algo más se produjeron cuando las diferencias en las
candidaturas se cimentaron en una base ideológica y política en el año
1989. El origen fue sobre candidaturas pero las raíces fueron otras, muy
diferentes. No creo que se trata de ese mismo proceso. A menos que
algunos si busquen el candidato "natural" y que nos satisfaga a todos,
plena y totalmente. En ese caso no entendieron nada ni de la unidad ni
de la izquierda uruguaya.
También existe la posibilidad de que alguien considere que para
construir esa alternativa debe embestir contra otros compañeros, por la
edad, por sus opiniones, por lo que sea. Una cosa es el debate serio y
otra cosa el cambalache y el destrato.
En el FA no hay ni hubo nunca candidatos naturales. Designar a Liber
Seregni en 1971 como presidente del FA y candidato a presidente no era
precisamente "natural", fue un gesto de grandeza e inteligencia
política. Y no nos equivocamos, fue además una gran elección moral y
democrática. Pero no fue "natural".
Así que los que le tienen miedo al "naturalismo" le erran al
biscochazo. Y los "generacionales" también. Los cuadros, los líderes los
dirigentes surgen con o sin consenso, son parte del juego complejo de
vacíos y de posibilidades que ofrece la política. No se decretan los
cambios generacionales.
La izquierda uruguaya impulsó junto al resto del sistema político
discriminaciones positivas hacia las mujeres y los afrodescendientes y
ahora eso forma parte de nuestra legislación. Y es justo y necesario. No
pretenderán que también hagamos leyes sobre la edad de los candidatos.
Lo único natural en el Frente Amplio es apelar a la democracia y a la
opinión de los frenteamplistas o del pueblo frenteamplista. Y punto.
La renovación de las ideas, la necesaria profundización de los
cambios, las nuevas etapas del Proyecto Nacional no se medirán por
cierto por el promedio de edad, sino por la audacia de las ideas, por la
claridad y audacia de los cambios en la generación y distribución de la
riqueza, por el constante crecimiento de los derechos ciudadanos y
humanos, por el nivel de la educación y en particular de la educación
pública, por las formas más civilizadas y cultas de convivencia, por la
seguridad que ha pasado a ser un reto de primer nivel, por la calidad de
la salud y de la vida de la gente, de toda la gente.
Lo que no hay que hacer es retroceder hacia el pasado, hacia la
decadencia, hacia modelos que ya demostraron su incapacidad, aunque
presenten candidatos más jóvenes. ¿O vamos a organizar una carrera?
(*) Periodista, escritor, director de UYPRESS y de BITÁCORA. Uruguay
ARTICULO ESCRITO ANTES DEL ANUNCIO DEL DR. TABARÉ VÁZQUEZ DE ACEPTAR SER PRE CANDIDATO PRESIDENCIAL POR EL FRENTE AMPLIO.
ARTICULO ESCRITO ANTES DEL ANUNCIO DEL DR. TABARÉ VÁZQUEZ DE ACEPTAR SER PRE CANDIDATO PRESIDENCIAL POR EL FRENTE AMPLIO.
Izquierda caviar, lobbysta, favorecido por Vázquez a través de la agencia Perfil, asesor del reaccionario Binner. ¿Qué otra cosa podría opinar Valenti?
ResponderEliminarY homofóbico....un sorete "Pseudoprogre"
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