Periodista Julio Dornel
Prof. Jorge Calvette Ayestarán
A
propuesta de la Dirección liceal, el Consejo de Participación del
presente año lectivo, asumió la tarea de realizar un proyecto para
la nominación de este centro de estudios, en el marco del décimo
aniversario de su creación a celebrarse el próximo año. Para ello
se ha investigado entre la población chuiense a las personas que por
su marcada trayectoria en la educación y la cultura, se hagan
acreedores a este reconocimiento. Por unanimidad de los consultados,
las preferencias recayeron en el Prof. JORGE CALVETTE AYESTARAN,
quien se desempeñara como docente en los inicios de la educación
local, culminando su trayectoria como docente a nivel internacional.
La maestra Lister de los Santos, integrante del consejo de
Participación Liceal, abocada además a la recolección de firmas,
manifestó su entusiasmo por esta inquietud, señalando que se
trataba de un educador moderno y atento a los cambios que ya por
aquellos años venía experimentando la enseñanza.
EL
“YOYO” CALVETTE.
“YOYO”
el amigo, el profesor, el hermano. “YOYO” en la pintura, los
libros, el cine, el arte, el colorido. “YOYO” en las charlas, los
enigmas, el idioma francés. También “YOYO” para las magnitudes
que nadie pudo entender. Solamente un ex alumno del Prof. Jorge
Calvette, podría pronunciar estas palabras en un homenaje que se
realizara en los salones del Club Social Chuy, cuando el 23 de junio
de 1987 se cumpliera el 5to aniversario de su desaparición física.
Había nacido en Santa Vitoria do Palmar el 8 de febrero de 1930 y
murió en México, cuando dirigía el Instituto Latinoamericano de la
Comunicación Educativa el 23 de junio de 1982. Vivió poco pero
intensamente, dejando en su currículum muchas credenciales que en la
actualidad lo ubicarían entre los hijos más destacados de nuestra
frontera. Manifestó siempre una asombrosa capacidad para encontrar
los caminos de la comprensión entre los jóvenes, haciéndoles ver
que eran mucho mejor de lo que ellos creían. Valorizaba como nadie a
sus alumnos. Auténtico
autodidacta debió sortear muchos obstáculos para ir escalando
posiciones en el difícil camino del arte y la enseñanza. Cuando
niño recibió las primeras enseñanzas de las maestras Delicia Ramis
y Dada Calvette, observándose una actitud casi agresiva hacia la
lectura con un entusiasmo poco común entre sus compañeros de clase.
En el último reportaje que le realizáramos a su regreso de Francia
en el año 1971 nos decía en relación a esa etapa de su vida: “en
mis años de adolescente siempre estaba en conflicto con el mundo y
su realidad”. Fue siempre un trabajador de las letras y del arte,
un verdadero creador que pasó por la vida interpretando todos los
papeles y otorgando fundamental importancia a la escena dramática.
Nos recordaba además que fueron aquellas maestras, “con sus
limitados conocimientos pero con una constancia sin límite las que
nos fueron enseñando muchas cosas que estaban por encima del
aprendizaje escolar y que el universo estaba llegando a nuestras
manos sin darnos cuenta. Dirigió teatro en muchas ciudades de
nuestro país, con una dosis muy alta de trabajo y sacrificio, pero
sobre todo con una gran vocación. Chuy no tenía por aquellos años
la posibilidad de ver teatro y fue el entusiasmo de YOYO que impulsó
la creación de los primeros grupos que se presentaron en los salones
del Club Social. Por lo expuesto y muchas cosas que escapan a una
nota periodística, es evidente que existe una deuda cultural, que
con acierto pretende saldar la dirección del liceo Nº 2, el
Consejo de Participación, padres y alumnos vinculados a este
instituto, en oportunidad de cumplir su décimo
aniversario el próximo año.
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