Los primeros temores se generaron
cuando, hace poco más de dos meses, se anunciaba el lanzamiento del
grupo Nueva Agenda Política (NAP), cuya cara más visible viene siendo el
integrante de la Generación 83 y ex ministro de Economía del primer
gobierno del Frente Amplio, el Cr. Álvaro García (Partido Socialista).
La NAP se autodefine como una
"asociación ciudadana de aporte al pensamiento al país que se viene",
agregando que "no es una asociación partidaria y sus objetivos no
refieren a candidaturas presidenciales". Independiente de esa
definición, en ciertas áreas es visto como un grupo de políticos y
técnicos que tienen la intención de generar bases programáticas y apoyo a
la candidatura de Tabaré Vázquez.
El pasado viernes, el semanario Brecha
publicó un análisis de uno de los referentes de la NAP, el sociólogo
Eduardo De León, también socialista, al igual que el ex ministro García.
El trabajo de De León se titula "Al borde de un error histórico. El anteproyecto de ley de creación de la Universidad de Educación".
De León sostiene que la formación
docente es la madre de los problemas que luego se observarán en todo el
sistema de educación básica, y que no es secreto para nadie que la misma
adolece de serios problemas estructurales.
Afirma el sociólogo que existe una
tendencia a la "liceización" y que, de aprobarse, la ley agravará los
problemas "privando al próximo gobierno de los instrumentos para cambiar
no solo la propia formación docente sino el conjunto del sistema".
"La futura Universidad de Educación está
destinada a formar empleados públicos y no profesionales liberales, y
no se puede privar al gobierno de la definición de la formación de sus
propios funcionarios en el sector estratégico para el desarrollo
nacional del país; más que la energía, los ferrocarriles o la
telefonía", afirma De León, quien también se manifestó contrario a la
instrumentación planteada para el cogobierno y la autonomía en la misma.
"El anteproyecto de ley transfiere todo
el poder al actual sistema pero lo convierte aun en más pesado y
burocrático que hoy, más costoso y extraviado en una nueva jungla de
gestión contra toda la experiencia institucional mundial de organización
universitaria" afirma De León.
Sostiene también el referente de la NAP
que el proyecto tiene serias carencias de diseño, estando ausentes
diferentes "patas" de las modernas estructuras que hoy integran, a nivel
del mundo desarrollado, las universidades, como ser, por ejemplo, las
áreas de posgrado.
"Las nuevas universidades públicas de
América Latina por supuesto incluyen canales de participación en el
gobierno de docentes y estudiantes junto a otras entidades públicas,
pero se organizan sobre la base de tres o cuatro pro rectorados: uno de
investigación asentado en las estructuras de maestrías y doctorados;
otro pro rectorado académico basado en el desarrollo docente de los
posgrados, un pro rectorado pedagógico basado en grados y licenciaturas,
y finalmente un pro rectorado de gestión", afirma en su artículo. "En
el caso del proyecto de ley de Universidad de Educación faltan los
niveles de posgrado, y la gestión nuevamente, como ya sucede en la ANEP,
queda atomizada y confundida con lo académico", agrega, para remarcar
que "faltan tres de las cuatro patas que deben componer una estructura
universitaria moderna".
Más adelante, en una afirmación que ya
ha generado polémica en distintos ámbitos, De León afirma que "no se
puede repetir el modelo de cogobierno (convertido en una consigna hueca,
repetida pero vacía de cualquier contenido real) de la ley del 58,
porque hoy esto supone consagrar y cristalizar lo que se quiere
transformar. Lo endógeno reproduce y consolida exactamente lo que hay
que enriquecer y mejorar, e impide aprovechar las fortalezas reales de
la actual formación docente", sostiene.
"La ley pretende construir una universidad sin construir una universidad", sintetiza en forma categórica.
El proyecto acordado en la bancada del
Frente Amplio establece un sistema de cogobierno que estará dirigido por
un Consejo Directivo Nacional integrado por el rector, dos delegados de
los estudiantes, dos de los docentes y dos de los egresados y hasta
seis directores regionales, todos los cargos son elegidos por cada uno
de los órdenes.
Respuestas desde la orgánica
Uno de los primeros en salir al cruce de
las afirmaciones de De León fue el diputado del MPP Sebastián Sabini,
quien en su cuenta de Facebook se preguntó si "¿Parte de la nueva agenda
progresista es desprestigiar la autonomía y el cogobierno?", para él
mismo responderse que "eso no es nuevo, pero tampoco es progresista".
Por su parte, el también socialista y
diputado Roque Arregui, discrepó abiertamente con su compañero de
Partido y sostuvo que respeta la posición de De León, pero no comparte
la afirmación respecto a que el cogobierno de la Universidad de la
Educación "es una consigna hueca".
"Existen valiosos compañeros dentro del
Partido Socialista que como De León hacen grandes aportes, pero todos
los legisladores del Frente Amplio vamos a estar votando este proyecto
de ley", indicó Arregui, según informa El País, mostrando de esta manera el encolumnamiento y disciplina de la estructura parlamentaria.
Para Arregui, la creación de la
universidad que se encargue de brindar formación a docentes no supone
colocar "una chapa" a un sistema que se encuentra en crisis, como
sostiene la NAP.
"No se trata bajo ningún punto de vista
de poner un rótulo a la universidad de la educación. Se trata de ir a
superar problemas y carencias que todavía tiene el sistema educativo,
coincido en que las hay, pero hemos avanzado mucho y esto lo hacemos
para mejorar aún más", dijo Arregui.
Por su parte, el diputado astorista José
Carlos Mahía, que aparece como uno de los firmes candidatos a pelear
por la sucesión de marcos Carámbula al frente de la comuna canaria,
sostuvo que "hay discusiones que son de fondo y en el Frente no se han
dado ni en los canales ni en las formas que tienen que darse y ahora no
es momento para ponerse a discutir" y manifestó que coindice con algunas
de las posturas de la NAP.
La oposición
La creación de la Universidad de la Educación requiere de una mayoría especial de dos tercios de votos en cada cámara.
El Partido Nacional y el Partido Colorado anunciaron que acompañarán el primer artículo que establece la creación del organismo.
En declaraciones a El País, el
diputado nacionalista José Carlos Cardoso dijo que su partido votará en
general el proyecto porque desde hace diez años se comparte la
iniciativa de crear una Facultad de la educación para formar a docentes.
Más allá de eso se mantienen algunos reparos respecto al cogobierno.
En el informe redactado por la
oposición, se deja en claro que el gobierno de la nueva universidad debe
estar integrada por un Consejo Directivo Central compuesto de siete
miembros: tres deben ser designados por el presidente con previa venia
de la Cámara de Senadores; otros tres son docentes, egresados y
estudiantes, y a estos se agrega la figura de un coordinador regional
(electo por sus pares), que tiene voz pero no voto.
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