La expansión del cultivo de soja provoca preocupación en el sector yerbatero uruguayo
UNA TRADICIÓN EN RIESGO
Sala de Redacción
Julio Castro
El avance del cultivo de soja en la región parece poner en peligro la producción de una planta originaria intrínsecamente vinculada a la cultura nacional: la yerba mate. Los países productores de este cultivo indispensable para la preparación del mate, Brasil, Argentina y Paraguay, observan una mayor rentabilidad en la plantación de soja que en otros productos. Según el sector yerbatero uruguayo, en nuestro país se consumen 32.000.000 de kilos de yerba por año y el 100% del producto es importado. Si la tendencia de cambiar el cultivo sigue creciendo, Uruguay se verá perjudicado directamente. Sergio Denis, director de la Yerbatera Campeón, explicó que “el mayor peligro que afronta la producción de Ilex paraguariensis (yerba mate) es la competencia por la tierra”. Indicó que la yerba mate precisa cuatro años desde que se planta para poder cosecharse, y la soja sólo unos pocos meses. “El productor busca la rentabilidad de la tierra y la soja le da más beneficio”, dijo Otro aspecto subrayado por Denis fue la forma tradicional de cosechar la yerba, dado que “no existe máquina que haga el trabajo y esto representa un costo para el productor”. También se refirió a la mano de obra empleada y explicó que “se necesita mucha gente para la recolección de la yerba, y esta situación hace que los productores dediquen más tierras a otros cultivos, tal como la soja, que es más rentable”. El directivo señaló lo vulnerable que aparece el sector yerbatero frente a esta situación, lo cual, según comentó, repercute en los precios de importación teniendo un impacto en la venta del producto al público. Cultivo de soja en la región. Un estudio realizado por la Universidad de Buenos Aires titulado Patrones espaciales y temporales de la expansión de soja en Argentina. Relación con factores socio-económicos y ambientales, explica que la soja se ha convertido en los últimos años en el principal cultivo de Argentina “tanto en superficie cultivada como en producción total”. El informe analiza el problema de la “agriculturización”, enfocándose en la plantación de soja de forma extensiva. Según se lee, la preocupación se centra en varios puntos relevantes: el incremento de hectáreas destinadas a la plantación de soja y la tendencia que existe a cambiar cultivos tradicionales. Por otro lado apunta a la forma en que se utilizan tierras destinadas a la ganadería y tierras naturales (no destinadas a la agricultura) en beneficio de la producción de soja. El documento menciona que el fenómeno de la soja se está dando en otros países de Sudamérica, tales como Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. “En el estado de Mato Grosso en Brasil, por ejemplo, el cultivo de soja se está expandiendo a una tasa anual de 1.7 millones de hectáreas” explica el informe. Por otro lado, Sergio Chlesinger, economista brasilero, consultor de la Federación de Organizaciones para la Asistencia Social y Educacional (FASE), publicó en el libro Promesas y peligros de la liberalización del comercio agrícola: lecciones desde América Latina, un informe sobre los impactos del mono-cultivo en Brasil, Argentina y Bolivia. Según señala el economista, el modelo de producción de soja que desarrolla Brasil tiene consecuencias negativas en el sector de mano de obra rural. Explica que la producción a gran escala del sector sojero perjudica a los más vulnerables. Los pequeños productores se ven así obligados a vender su propiedad a las grandes empresas. De esta forma se contribuye a la concentración en pocas manos de la tierra. “Un pequeño grupo de poderosas compañías controlan el aprovisionamiento de la semilla y los insumos concomitantes”, expresa el documento.
Víctor Figueroa
No hay comentarios:
Publicar un comentario