El expresidente prometió otorgar el 6% del PBI a la educación si el Frente Amplio vuelve a ser gobierno. Estiman que participaron entre 3.000 y 5.000 personas en el acto
Cuando llegó a la entrada del balneario San Luis, Tabaré Vázquez contempló unos minutos desde el auto a los militantes que lo esperaban con banderas para iniciar la caminata hasta el estrado. Tenía detrás de sí una caravana de autos que, según estimaciones del personal municipal, se extendía por más de 4 kilómetros. Al bajar del vehículo ya tenía los ojos húmedos y la voz quebrada. Y a partir de entonces no tuvo espacio físico ni segundos de silencio para expresar demasiadas emociones. Militantes y políticos por igual se le abalanzaron en busca del beso, el abrazo, el autógrafo y, por supuesto, la foto con el expresidente y candidato para encabezar un tercer gobierno del Frente Amplio
Fueron unas 10 cuadras, no más de media hora, pero de una intensidad que sorprendió a muchos. En San Luis estiman que participaron entre 3 y 5 mil personas. Era un paso, una foto. Los de más edad, sobre todo las señoras, aprovecharon para abrazar a “Taba” y desearle suerte en las próximas elecciones, pero también aprovecharon la instancia decenas de jóvenes. Los niños, convencidos de que en el balneario canario había aterrizado un famoso, preguntaban por él, lloriqueaban por verlo, se le acercaban para sacarse la foto que su madre les había encomendado. “¿Cuál es Tabaré?”, preguntaban.
Los políticos se esmeraban en estar cerca de Vázquez y aparecer en las fotos. El expresidente de Ancap, Raúl Sendic, lo logró en la largada, pero luego se quedó atrás. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y su esposa la diputada Susana Pereyra, pudieron permanecer cerca durante todo el recorrido a costa de paso firme y recibir empujones.
La que quedó atrás prácticamente desde el inicio fue la esposa de Vázquez, María Auxiliadora Delgado. Con la ayuda de la presidenta del FA, Mónica Xavier, fue sorteando a los cientos de militantes y fanáticos. Un grupo de militantes unieron sus manos para escoltar a Delgado y así ayudarla a avanzar más rápido.
Vázquez quedó agotado. En un momento, preguntó entre dientes al personal de seguridad: “¿Cuánto falta?”. Cuando le respondieron que aún quedaban dos cuadras, el presidenciable mantuvo su sonrisa estoica y en silencio continuó avanzando.
No dejó de sacarse foto con nadie (y eso que absolutamente todos los participantes llevaban una cámara, aunque fuera de celular) ni de firmar autógrafos ni dar y recibir besos y abrazos. Un hombre le mostró el pasaporte para que supiera que había viajado desde Estados Unidos especialmente para verlo. Algunos se animaron incluso a hacerle consultas médicas express, y él tampoco falló.
Una parada obligatoria en la caminata era el comité de base del balneario, casi sobre el final del recorrido. Ese fue, quizás, el momento de más paz que tuvo Vázquez en su periplo, porque el personal de seguridad impidió la entrada a los militantes.
Al llegar al estrado sonaba la murga de sus amores, Diablos Verdes. Lo esperaban sentados decenas de personas mayores que habían llevado sus sillas playeras y habían optado por perderse la caminata pero tener lugar para escuchar la oratoria. “Levanten esas banderas, que desde lejos se pueda ver”, entonaban los murguistas. Y los participantes hicieron lo propio, mientras el protagonista de la noche subía los escalones para dar el primer discurso electoral después de cuatro años de ausencia.
Los logros de la educación
Vázquez decidió centrar su discurso en “uno de los temas que, según la derecha, pueden complicar al Frente Amplio”: la educación. “Si esa es la apuesta, se equivoca la paloma”, ironizó despertando aplausos.
“Tenemos muchas cosas para decir”, anunció. Y luego eligió tres ejemplos de lo que, según él, son “logros” de los dos gobiernos del FA en la materia. Primero mencionó el aumento del presupuesto destinado a la educación: recordó que al inicio de su presidencia, en 2005, se volcaba 3% del PIB. Reivindicó que hoy la cifra es 4,5% y que si el FA vuelve a estar en el gobierno será de 6%.
En segundo lugar, destacó que en 2005 una maestra de Primaria cobraba $ 6 mil y hoy el salario asciende a $ 17 mil. Por último, celebró que los estudiantes de Secundaria ahora ya no pagan boleto de transporte público.
“Sorprende el espíritu extremista y alarmista” de la oposición, advirtió Vázquez. Para demostrar que no hay “caos” en la educación, se explayó al explicar que aumentaron las escuelas de tiempo extendido, que se avanzó en individualizar la enseñanza en las escuelas rurales y que en algunas escuelas se enseñan idiomas. Mencionó otros planes, como el de Maestros Comunitarios, y destacó los “logros formidables” de la Universidad y la UTU.
El candidato reconoció que la cifra de repetición de 1º de Ciclo Básico (de 35%) es “inaceptable” y que hay “problemas” en Secundaria. Sin embargo, advirtió que esto no sucede solo en Uruguay sino en “todo el mundo”. Y alegó: “Para sanear una patología hay que reconocerla y conocerla. Este es un problema y lo reconocemos”.
Los pilares del tercer gobierno
Vázquez anunció que si el FA permanece en el poder, el tercer gobierno será distinto al primero y al segundo porque “cambió el país” y, por ende, cambiaron las “prioridades”. Ejemplificó que al inicio de su mandato el pedido de la gente era “tener trabajo”, y que eso se superó.
Aseguró que el tercero será un gobierno “humanizado”, que se basará en cinco pilares. El primero será los derechos humanos. Al respecto, afirmó que se trabajará “hasta que aparezca el último desaparecido” de la dictadura.
Los siguientes cuatro pilares serán, según dijo: “crecimiento económico con justicia social, desarrollo humano y distribución equitativa de la riqueza; desarrollo en base a las riquezas naturales con cuidado del medioambiente; descentralización política y participación popular; e integración regional y políticas de frontera”.
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