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miércoles, 29 de enero de 2014

Constanza te mira OPINIÓN - ADOLFO GARCÉ


Vázquez adelantó su inicio de campaña estimulado por el “entusiasmo de los militantes”. Es posible... Pero supongo que Constanza Moreira algo puede haber incidido


El sábado pasado, al unísono, los tres precandidatos favoritos de cada uno de los tres principales partidos políticos dieron comienzo sus campañas hacia las primarias presidenciales. Pedro Bordaberry lo hizo en Piriápolis, durante la sesión de la Mesa Nacional de Vamos Uruguay.

Jorge Larrañaga en Montevideo, en el contexto de una reunión de cientos de dirigentes de todo el país. Tabaré Vázquez, por su parte, largó la carrera en el balneario San Luis, congregando a miles de militantes. Vale la pena dedicar unos renglones a revisar los énfasis de su primer discurso electoral.

Comenzó explicando qué adelantó el inicio de su campaña, que estaba previsto para marzo, estimulado por el “entusiasmo de los militantes”. Es posible... Pero supongo que algo también puede haber incidido en su cambio de planes que Constanza Moreira, su empecinada desafiante, había anunciado que empezaría su gira política a mediados de enero por los balnearios del este. La decisión de Moreira de competir por la nominación ya lo había obligado a adelantar sus planes durante el 2013. Recordemos que, durante mucho tiempo, Vázquez anunció que confirmaría recién su candidatura en octubre pero terminó haciéndolo en agosto, días después que Constanza anunciara su disposición a comparecer en la primaria presidencial del FA.

Fiel a su estilo, pronunció un discurso muy estudiado (1). Vale la pena analizarlo con cuidado porque ofrece pistas importantes acerca de cómo abordará la competencia política con los demás candidatos, dentro y fuera del FA. No hubo promesas electorales fuertes. Tampoco críticas a Constanza Moreira. Casi no deslizó ironías contra la oposición (salvo por el comentario sobre el viaje de Larrañaga a Finlandia). Anunció una campaña “por lo alto”, “sin agravios”, “por respeto a los ciudadanos”, según dijo. Tampoco, contradiciendo muchas especulaciones previas, intentó marcar sus diferencias con Mujica. Al contrario, elogió la gestión de su sucesor. Se concentró, en primer lugar, en explicar los lineamientos programáticos de un eventual tercer gobierno del FA para luego desarrollar su visión de los desafíos del país en materia de educación. Pero vayamos por partes.

Anunció que, desde el punto de vista programático, el tercer mandato del FA se apoyará en cinco “pilares”: 1) defensa y promoción de los derechos humanos; 2) crecimiento económico con justicia social; 3) desarrollo sustentable (apoyado en la explotación de los recursos naturales); 4) descentralización y participación (“esa bandera es nuestra”, afirmó); 5) integración regional (con los países vecinos y con los demás países de la “patria grande” latinoamericana). En este sentido, en líneas generales, el líder del FA no innovó. En verdad, los cinco ejes mencionados son los que estructuran el programa aprobado por el Congreso del FA luego de largas negociaciones internas.

De todos modos, me llamó la atención el énfasis que colocó en los derechos humanos, el primero de los “pilares” programáticos anunciados. Prometió continuar la búsqueda de los detenidos desaparecidos y mencionó expresamente los derechos de primera generación (vivienda, educación, salud…). No dudo que estos asuntos ocupan un lugar importante en la tabla de valores del expresidente. Pero es evidente que Vázquez, cuando hace referencia a los derechos humanos, hace un esfuerzo por sintonizar con uno de los asuntos en los que más ha insistido, durante estos años, la estructura política frenteamplista y que, por eso mismo, se han convertido en una marca indeleble de la presidencia de Mujica. Además, por cierto, los derechos humanos, en general, pero los “nuevos derechos”, en particular, son uno de los ejes de la campaña de Moreira y, por eso mismo, Vázquez no puede omitir referirse a ellos.

También anunció que, en cada uno de sus discursos, analizará a fondo cada uno de los grandes temas del debate público. Y eligió la situación de la educación. De su enfoque del tema me llamaron la atención dos aspectos. En primer lugar que, como rápidamente advirtieron los dirigentes de la oposición, relativizó la gravedad de la situación argumentando no hay una crisis generalizada sino problemas focalizados en algunos sectores. Su actitud respecto al tema contrasta fuertemente con la de Mujica que, desde el primer día de su presidencia, se dedicó a encender luces de alarma. En segundo lugar que, lejos de confrontar con los sindicatos de la educación, envió señales de entendimiento. Sin ir más lejos, prometió el 6% del PBI para educación. Es evidente, aquí también, que aunque explicó que está pensando en octubre, tiene un ojo puesto en junio. Dicho de otro modo: cuando habló de educación, no estaba apuntando al público en general sino a las bases sociales del FA. Constanza, mientras tanto, en Rocha, decía como Mujica: “educación, educación, educación”.

En suma. Vázquez arrancó la campaña ajustándose al programa frenteamplista y defendiendo la gestión del FA desde 2005 en adelante. La presencia desafiante de Moreira lo obligó a adelantar el comienzo de su campaña. La mirada vigilante de su desafiante lo obliga a hacer un discurso perfectamente apoyado en el programa del FA. Cualquier inconsecuencia, en este plano, seguramente será advertida y señalada por su competidora. A diferencia de lo ocurrido en 2004, no tiene las manos libres durante la campaña electoral. Tampoco las tendrá más adelante si, como todo indica, le tocara volver a gobernar.

Por Adolfo Garcé Doctor en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar adolfogarce@gmail.com

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