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jueves, 1 de agosto de 2013

"Pindingo": El hombre, el río y la balsa . Por Julio Dornel




                                             Julio Dornel


                                                  Pindingo

Le caímos de sorpresa, sin aviso previo, queríamos conocerlo en su “estado natural”, cultivando girasoles, arando la tierra, arreglando la balsa, construyendo puentes, cazando nutrias, con su generosidad a flor de piel mientas remienda tachos y calderas a los vecinos de San Luis al Medio. Nos acompañaba el periodista Julio Cesar García (el Flaco García), sabiendo que junto a la historia de Pindingo, podríamos recoger también la historia del pueblo, del río, de los puentes y de los caminos polvorientos que había transitado mil veces en procura de nuevos horizontes. Nos habla de su balsa y “los salvatajes realizados en aguas del caudaloso río, por ser una de las las cosas más importantes que pude realizar en mi vida, al poner en práctica mi experiencia como nadador. Habían pasado muchos años desde el momento en que las primeras balsas se convirtieron en un símbolo de progreso, al facilitar las comunicaciones entre los pocos habitantes de “la isla” y el resto del departamento. Trabajando luego para ZONA CHUY, volvimos al pequeño pueblo y en el recuerdo de Pindingo, fueron desfilando con un dejo de nostalgia los nombres de primitivos puentes y balsas que facilitaban las comunicaciones; Paso Barrancas, Puerto Bender, Barra de San Luis, Isla Negra, San Luis al Medio, Paso el Ombú, Puerto Fermín Olivera y muchos otros que se fueron tendiendo sobre el caudaloso río y sus afluentes. No fueron ajenos al crecimiento de San Luis, los García, Caticha, Cabrera, Gómez, Cardoso y Olivera Bender. A la entrada del pueblo estaba y está todavía, el Club Social que recibió en aquellos años la orquesta del maestro Donato Racciati, motivando excursiones de todo el departamento. El Club Social centralizaba todas las actividades del pueblo, donde todos se daban cita sin saber para qué. Pasan los años y surge el tema de Ángel Iros, musicalizado primero por Nelson “Pindingo” Pereyra y grabado luego por Los Zucará, inmortalizando a este singular personaje en alas de una canción. “Es una gran alegría comprobar que existen personas agradecidas en esta tierra, quizás uno de ellos sea el que escribió la letra, otros los que la tocan y otros los que la cantan”.
Entre palmares de vieja data,
A donde nace, siempre el sol nuevo
Está Pindingo metiendo el remo,
De su leyenda entre dos luceros.
Yo soy Pindingo, viejo balsero,
Construyo puentes de troncos nuevos,
Dejo el paisaje pintado a cielo,
Sobre las aguas como un señuelo”.


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