COSAS DE LA CAMPAÑA DE 2009
Mujica pidió “elevar” el debate electoral para el 2014
Que se “eleve el contenido del debate” electoral para “que le sirva a la gente”, pidió el presidente José Mujica en su audición de ayer en radio M24. “Siento dolor y angustia por tanta pavada que se habla que no hace a la vida de la gente”, agregó el mandatario.
Sin embargo, fue Mujica el que en la campaña electoral pasada pegó uno de los golpes más bajos. “Bordaberry sabe bien que no tengo precio. Ese pichón de Hereford sin guampas lo único que puede hacer es insultar para que se den cuenta que existe”, dijo Mujica en la inauguración de la Rural del Prado en abril de 2009.
El primero en pedir que se elevara el nivel del debate en la campaña pasada fue el entonces precandidato herrerista Luis Alberto Lacalle. Su oponente en las internas del Partido Nacional, el senador Jorge Larrañaga, había dicho: “Si Lacalle es el candidato, radicalizará la elección y perjudicará a los blancos. Es evidente que el Frente Amplio prefiere a Lacalle porque es más facil de ganarle”. Lacalle le respondió que sientía “pena y tristeza de que se haya bajado el nivel”.
A los pocos días, el principal oponente de Mujica en las elecciones internas del Frente Amplio entró en el juego. “Larrañaga a veces alude a nosotros como la izquierda pituca y yo podría decir que él representa a la derecha chanta. Lacalle es el unico que ofrece posibilidades de debate”, dijo por esos días el actual vicepresidente Danilo Astori.
Mientras Lacalle y Larrañaga se disputaban la interna blanca, Mujica y Astori competían en filas frenteamplistas. Ambas internas, sin embargo, tenían algo en común: la disputa por el centro.
“Al centro se llega por varias formas, por varias líneas de ómnibus. Está el 125, el 126… yo tengo las mías y Astori tiene las suyas”, comentó Mujica en uno de los actos electorales.
Hace cinco veranos, en medio de una sequía que abrumaba al campo, Mujica y Astori buscaron barrer las discrepancias hacia abajo de la alfombra, aunque algo quedó a la vista. Discreparon públicamente sobre el vínculo con los militares y con la inseguridad.
Mujica propuso perdonar a militares si revelaban la verdad; Astori respondió que “no puede haber nada por fuera de la justicia a la hora de esclarecer la verdad”. El Parlamento debatía por esos días qué hacer con la ley de Caducidad.
Sobre el otro tema, Mujica dijo que “los que joden con la inseguridad se ve que no conocen América Latina” y agregó que sobre eso se dicen “cantidad de exageraciones”. Astori salió otra vez al cruce y pidió “discutir mucho sobre propuestas” en seguridad.
El precandidato del Frente Líber Seregni buscaba, con esas diferencias, descontar la ventaja electoral que le llevaba Mujica, según todas las encuestas. Pero no pudo y Mujica ganó las internas y luego las Presidenciales, con Astori de vicepresidente.
Hace cinco años, en medio de este periplo, se formó el llamado “tercer polo” dentro del Frente Amplio liderado por el intendente de Canelones, Marcos Carámbula. Los politólogos coincidieron en que la candidatura de Carámbula amortiguó las discrepancias entre los otros dos candidatos y la distancia ideológica que los alejaba.
Hoy quienes disputan las internas del Frente Amplio son el expresidente Tabaré Vázquez y la senadora Constanza Moreira; por el Partido Nacional, compiten Larrañaga y Lacalle Pou; mientras que por el Partido Colorado van Bordaberry y el senador José Amorín Batlle.
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