Iliana es lectora del blog. Tiene 19 años y estudia Relaciones Internacionales en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de UdelaR.
Este es su aporte sobre lo ocurrido este lunes 20 en el Estadio Centenario de Montevideo.
En
el partido clásico de Nacional Vs Peñarol, surgió una riña
calurosa. A partir de este acto violento nos preguntamos lo siguiente
¿Cómo es posible que seres humanos que son “ejemplos”
nacionales e internacionales de mucha gente que salen a las canchas
con pancartas de “no a la violencia en el fútbol” concluya en
esto?
Es
inconcebible el mal ejemplo que los jugadores tanto de Peñarol como
de Nacional están brindándole a los hinchas. A partir de esta
vergüenza no hace falta explicar el por qué brotan las riñas entre
las hinchadas, las muertes y amenazas.
Estos
jugadores que tanto manifiestan sobre la violencia en el fútbol que
tiene que parar, deberían ser los primeros en dar el ejemplo, no
comenzar una pelea para que la policía y el cuerpo de cada equipo
deba separar a estos individuos. ¿Qué va a ocurrir dentro de un par
de años? ¿Cuando las familias deseen asistir a un clásico? ¿Será
que terminaremos como las hinchadas turcas que queman estadios? ¿Cómo
le explicamos a un niño hincha de cualquier cuadro que no se deben
practicar dichos actos en ningún ámbito de la vida? Es una ardua
tarea por la cual debemos ser responsables y no mirar a otro lado
cuando las cosas suceden.
Como
primer punto los representantes de los clubes deben impedir que estas
cosas sucedan, los capitanes de cada equipo deberían poder “frenar”
a estos jugadores.
El
segundo punto es no creernos que todo lo que hacen nuestros “ídolos”
es bueno, son actos anti-éticos que dañan a la persona como ser
humano.
Por
último y tercer punto, las instituciones no solo deben promover la
no violencia, porque es muy fácil armar campañas para alentar a los
jóvenes a practicar deporte de manera sana y sin violencia. Pero más
difícil es que estos actos dejen de ocurrir.
¿Podremos
hacer uso de razón y darnos cuenta que esto es salvajismo? ¿O
seguiremos mirando modelos de otros países con el sueño de que
algún día se podrá controlar en nuestro país?
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