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lunes, 1 de julio de 2013

Abrumador triunfo de Bachelet en las elecciones presidenciales primarias

Abrumador triunfo de Bachelet en las elecciones presidenciales primarias

La ex mandataria ganó por amplia mayoría en la oposición, mientras que en el oficialismo se impuso el ultraconsevador Logueira, reconocido adherente de la dictadura de Pinochet

El Observador

 



La exmandataria socialista Michelle Bachelet ganó este domingo la nominación presidencial opositora a las elecciones generales de noviembre en Chile, por un abrumador 73,05% de los votos, mientras que en el oficialismo se impuso el ultraconservador Pablo Longueira, en unas inéditas elecciones primarias.

Longueira, exministro de Economía del gobierno de Sebastián Piñera y un reconocido pinochetista, venció sorpresivamente al más moderado Andrés Allamand, por un 51,37% de los votos frente a un 48,62%, contabilizado el 99,9% de las mesas (13.530 de un universo de 13.541), de acuerdo a datos oficiales del Servicio Electoral chileno.

Por detrás de Bachelet, el independiente Andrés Velasco, exministro de Hacienda en su gobierno, totalizó 13% de los votos y fuera de todo pronóstico desplazó del segundo lugar al demócrata cristiano Claudio Orrego, que alcanzó el 8,87%. En cuarto lugar llegó el senador del Partido Radical Juan Antonio Gómez, con un 5,06%.

El alto porcentaje de apoyo que recibió la exmandataria (2006-2010), junto a una participación general que casi triplicó la esperada, le auguran a Bachelet una victoria en las elecciones de noviembre, pero no está claro que alcance la presidencia en primera vuelta.

"Hemos cerrado una primera etapa de la compaña, ahora comienza de inmediato la segunda, porque la carrera presidencial no es una carrera ganada. El peor error, por más felices que estemos hoy día, es bajar la guardia. Tenemos que ganar ojalá en primera vuelta", dijo Bachelet, en su discurso de victoria.

En noviembre se espera que se presenten otros candidatos que optaron por no participar en estas primarias voluntarias, el más importante de ellos Marco Enríquez-Ominami, cineasta e hijo del abatido guerrillero y fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez, quien en las elecciones pasadas sacó casi un 20% de la votación.

Muchos electores "no quieren votar por Bachelet y podrían irse con algún independiente como Marco Enríquez-Ominami, entonces el triunfo en primera vuelta no está asegurado", dijo a la AFP el analista político Guillermo Holzmann.

"Bachelet tiene la primera posibilidad de triunfo en noviembre, pero eso no le garantiza un triunfo que le permita ganar en primera vuelta. Ahora parte realmente la campaña y todos los candidatos que podrían competir le podrían quitar votos", coincidió de su lado el cientista político Ricardo Israel.

Incierto destino de los votos de Velasco
Es una incógnita saber qué pasará con los electores de Velasco, que se posicionó como candidato con un discurso liberal y sus críticas a las "malas" prácticas de la política tradicional.

"Le quiero decir (a Bachelet) que ella también cuenta con mi voto y trabajaré para que obtenga una buena victoria en el mes de noviembre", afirmó Velasco, absteniéndose no obstante de llamar directamente a sus electores a votar por ella.

El segundo lugar de Velasco le asesta, además, un duro golpe a la Democracia Cristiana, uno de los mayores partidos políticos de Chile, que buscaba ganar influencia para moderar el programa de Bachelet, quien para estas elecciones es apoyada también por el Partido Comunista, en el pacto Nueva Mayoría.

"Quien le ganó a la Democracia Cristiana es un independiente, que no tiene partido, y ganó con ideas, no ganó con prácticas políticas tradicionales", opinó Holzmann.

En campaña, Bachelet ha prometido educación universitaria gratuita en seis años (para hacer frente a las multitudinarias manifestaciones estudiantiles) y una nueva Constitución, que derribe la que se mantiene como herencia de la dictadura de Pinochet.

También, Bachelet comprometió una profunda reforma tributaria y cambió su opinión sobre el matrimonio igualitario, que antes no apoyaba.

"Son reforma imprescindibles y ambiciosas, pero también responsables y que nos van a poder permitir devolver la confianza de la ciudadanía", dijo Bachelet este domingo.

Sorpresivo vencedor en el oficialismo
En el oficialismo, en tanto, el triunfo de Longueira también fue sorpresivo. Analistas habían anticipado un estrecho triunfo de Allamand, debido a que llevaba más tiempo en campaña.

Exministro de Economía de Piñera, Longueira emergió como candidato recién hace dos meses, cuando renunció a la nominación el también exministro Laurence Golborne, cuestionado por su gestión como gerente de una empresa minorista condenada por la justicia por abusar de los consumidores.

Minutos después que renunció Golborne, Longueira fue proclamado por la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido ultraconservador que acumula más votación en Chile.

"Si en dos meses ganamos las primarias, en cinco meses ganaremos la presidencial", dijo Longueira.

Ingeniero Civil, de 54 años y con siete hijos, Longueira tiene una extensa carrera política y es un reconocido adherente de la dictadura de Augusto Pinochet. Recientemente la hija mayor del exdictador, Lucía Pinochet, afirmó que él era el "regalón" (consentido) de su padre.

Inesperada también fue la alta votación total que se registró. Al ser éstas las primeras elecciones primarias reglamentadas en Chile, no existía ningún antecedente. El único dato era el 60% de abstención en las municipales de octubre del año pasado.

Pero en total votaron más de tres millones de personas, muy por encima del 1,3 millones (equivalente al 10% del padrón) que había sido proyectado. De ellos, sólo 800.000 votaron por el oficialismo.

Las primarias fueron promovidas por el gobierno de Piñera como una forma de democratizar el sistema político chileno.

A ella se someten los partidos políticos voluntariamente pero se comprometen a aceptan sus resultados vinculantes. Los candidatos perdedores no pueden postularse al mismo cargo en la elección posterior.


La candidata impensada

Bachelet, médico pediatra de profesión, de 61 años, nunca pensó que llegaría a convertirse en la primera presidenta mujer en Chile en 2006. La noche que ganó esa elección, resumió en una frase la incredulidad que rodeo su triunfo: "Quien lo hubiera pensado, amigos y amigas..."

Con ese primer triunfo electoral, Bachelet derrumbó los prejuicios de una sociedad conservadora como la chilena, donde antes de su gobierno era impensable que mujer agnóstica, separada y madre soltera de tres hijos pudiera llegar al poder.

Víctima de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) e impulsada por una gigantesca popularidad, venció en las urnas al empresario derechista Sebastián Piñera, con un 53% de los votos, convirtiéndose en la primera mujer presidenta en la historia de Chile y la sexta en América Latina.

Tampoco ahora, como ella misma ha reconocido, buscaba esta nominación presidencial.

"¿Por qué estoy aquí?: porque yo quiero a mi gente. Tengo un compromiso fundamental con ellos. La decisión de volver tiene para mí muchos más costos que haberme quedado afuera", reconoció en una entrevista con el semanario The Clinic, once días después de regresar a Chile desde Nueva York, donde estuvo al frente de la oficina ONU-Mujer cerca de tres años.

"Nunca he buscado el poder. Jamás en mi vida pretendí ser presidenta de la República. La vida me ha ido poniendo en decisiones destacadas", agregó.

Hija del piloto de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet, que murió en prisión victima de torturas tras ser acusado de "traición a la patria" por la dictadura de Pinochet, y de la licenciada en arqueología Angela Jeria, Bachelet sufrió en carne propia los rigores de la dictadura.

En 2000, bajo el gobierno del socialista Ricardo Lagos, fue nombrada ministra de Salud. Dos años más tarde pasó a la cartera de Defensa, convirtiéndose en la primera mujer ministra de Defensa en América Latina. Desde ese lugar su popularidad despega.

Este domingo, tras estar impedida de pelear la reelección inmediata en 2009, ganó la nominación del pacto Nueva Mayoría, conformada por la Concertación de partidos de centro izquierda más el Partido Comunista, con 73,05% de los votos.

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