LOS
RECUERDOS : Afloran
permanentemente a la mente del hombre que piensa. Son nubes viajeras
que tienen el capricho de hacer un alto en el camino y hacernos
recordar todo aquello que pasó como pasa el mismo viento. Son
citas de honor que concertamos con aquellos seres queridos y amigos
que se fueron, dejándonos algo de su propia vida en nuestros
pensamientos. Si bien hay un aire nostálgico en los recuerdos, no
es menos cierto que la alegría de un encuentro con el pasado, nos
obliga a sonreír como si estuviéremos realmente asistiendo a ese
reencuentro. Esta fría mañana invernal, mientras caminaba por una
de nuestra calles céntricas, me vino a la memoria aquel coro liceal
del año 1957, cuando el Maestro de Música JOSE AGUSTIN PERI,
arrancaba las notas del piano, en ese mismo salón que hoy lleva su
nombre desde el 6 de noviembre de 1980- Y en ese cantar fresco de la
estudiantina, se aparece la figura elegante de aquel compañero que
fue FERNANDO FEOLA. Su voz maravillosa resplandecía no solo cuando
cantaba el “solo” del Himno Nacional o el Himno a Rocha de José
Ribot, sino también cuando interpretaba magistralmente aquella
canción húngara titulada “Alma de Dios” sublime en las voces de
tantos célebres tenores como Anselmo o Kraus.- Fernando que se fue
joven de esta vida, supo arrancar aplausos de admiración en aquellos
lejanos tiempos que muy pocos recordamos. El Maestro Peri,
compositor y artista de tantas cosas lindas que sucedieron en la
romántica Rocha, llegó a estos pagos procedente de Minas allá por
el año 1927 y se nos fue en un frio mes de agosto de 1967.- Lo
recuerdo con su cajetilla de cigarrillos marca “Unión” sin
filtro, que tantas veces me obsequió generosamente. En distancias de
tiempos , hay un liceo que permanece , pero no igual que aquel que
conocimos en los años cincuenta. Aquel orlado de transparentes en su
límite con la canchita de los deportes y que tenía un amplio patio
con entrada por Lucio Sanz y Sancho , donde hoy se han construido
nuevos salones. Eran años de abundancia , cuando la Educación
Física no era materia obligatoria y los profesores Rivoir y Oscar
Píriz impartían disciplinas de gimnasia y atletismo. Cuando Araújo
y Echeverría eran los responsables de mantener todo en orden en la
canchita y no habían termofones para bañarse con agua tibia, sino
que eran calentadores que funcionaban con alcohol azul.- Todo marchó
en aras del progreso, desde el viejo y destartalado cachilo de Pepito
Correa,profesor de Geografía, hasta aquella galantería que los
muchachos empleaban para cotejar a las bellas estudiantes .-Nos
quedamos con el recuerdo y con el mensaje a estas nuevas
generaciones, que quizá, no logren entendernos.- Pero así son las
cosas y la vida sigue su curso…
MARIO
CORBO DE LEON.-
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