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miércoles, 24 de julio de 2013

La prédica de Francisco a los jóvenes: "Esperanza, Dios y alegría"


Son las tres ideas que el Santo Padre transmitió durante la homilía que ofició en el santuario de Aparecida, la patrona de Brasil. También alertó sobre los "ídolos pasajeros" a las 15 mil personas que pudieron ingresar. 

Infobae


El papa Francisco abogó este miércoles por la necesidad de transmitir a los jóvenes "los valores que los hagan artífices de una nación y un mundo más justo, solidario y fraterno", durante la homilía de su primer misa pública en el santuario de Aparecida, la patrona de Brasil, seguida por un millón de fieles en los alrededores del templo.

La voz suave del Papa argentino inundó la enorme Basílica de Nuestra Señora de Aparecida, un santuario a unos 260 kilómetros al oeste de Río de Janeiro invadido por 150.000 fieles llegados de todas partes del mundo.



"¡Qué alegría venir a la casa de la Madre de todo brasileño", dijo Francisco en portugués, en su primer viaje al extranjero desde su elección en marzo.

Tras poner ante los pies de la Virgen morena "la vida del pueblo latinoamericano", el papa argentino Jorge Bergoglio exhortó a vivir "tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría".

"Tengamos una visión positiva de la realidad", dijo en su homilía. "Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad".

"Es cierto que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer", añadió.


Antes de la homilía, el obispo de Aparecida y jefe de la Conferecia Episcopal de Brasil, Raymundo Damasceno le regaló una imagen de la virgen patrona de Brasil. El artesano Paulo Henrique Sodem confeccionó la imagen en cedro, con corona bañada en oro, y las monjas carmelitas de clausura de la ciudad de Aparecida bordaron el manto.

El papa le regaló a Damasceno un cáliz.

Francisco rezó antes de la misa una oración personal para la Virgen de Aparecida, a la que le pidió estar a su lado cuando "la cruz sea más pesada".

El Santo Padre llegó el lunes a Brasil, el país con más católicos del mundo, para participar en la Jornada Mundial de la Juventudun maratón de misas que atraerá a más de 1,5 millones de fieles de todos los rincones del planeta.

La humildad del primer Papa latinoamericano ha entusiasmado a muchos en una región donde la Iglesia está crecientemente bajo acoso del secularismo y los cultos evangélicos.



Cantando bajo la lluvia 

Por eso miles de personas, algunas con las banderas de Argentina, Brasil y de otros países, desafiaron el frío desde la madrugada para asegurarse un lugar en la misa.




Un grupo de monjas esperaba cantando alegremente bajo la lluvia que castigaba Aparecida, donde un mar de paraguas llenó la explanada delante de la basílica.

Unos 5.000 soldados y policías fueron desplegados en los alrededores del santuario, donde las fuerzas de seguridad encontraron el fin de semana un explosivo casero de bajo poder en el baño de un estacionamiento.

Helicópteros militares sobrevolaban el miércoles el lugar y había francotiradores en los tejados.

Además de la misa, Francisco tiene programado el miércoles un almuerzo con obispos y seminaristas en Aparecida. Por la tarde regresará en avión a Río de Janeiro.


Aparecida es visitada anualmente por más de 10 millones de fieles brasileños. Juan Pablo II y Benedicto XVI peregrinaron también al santuario para venerar una pequeña imagen de la Virgen María que, según cuenta la tradición, fue encontrada en el siglo XVIII por unos pescadores.

El santuario tiene un significado especial para Francisco, cuyo papado se inició este año pero se gestó, en buena medida, en este mismo lugar, cuando coordinó la Vª Conferencia Episcopal del Celam en 2007.

En ese entonces aún arzobispo de Buenos Aires, el cardenal argentino Jorge Bergoglio presidió la comisión que redactó el documento final, de fuerte contenido social y político que enfatiza "la opción por los pobres" en esta región donde viven más del 40% de los católicos del mundo.


 

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