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miércoles, 24 de julio de 2013

Ley sobre alcohol será enviada en 7 días por Ricardo Portela



El gobierno decanta un proyecto de ley que regulará el alcohol en todas sus etapas. El texto sobre la droga legal que más consumimos, a la que más tempranamente accedemos y la que afecta más a la sociedad uruguaya; ingresará al Parlamento el próximo 31 de julio.



Consumo


El próximo miércoles 31 de julio, el mismo día que en el Parlamento se estará aprobando una de las leyes más removedoras de los últimos tiempos como ha quedado demostrado que es el proyecto que apunta a la regulación del mercado de la marihuana, el gobierno estará  remitiendo al Poder Legislativo otra iniciativa que de igual forma estará agitando las bases de la cultura vernácula: la que regulará el consumo, la distribución y el expendio de bebidas alcohólicas.
El proyecto del Poder Ejecutivo al que tuvo acceso LA REPÚBLICA consta de 55 artículos y, con una mira telescópica, apunta al flagelo que según sondeos científicos más daño provoca en la sociedad uruguaya. El consumo de alcohol en nuestro país, según datos epidemiológicos que se adjuntan en el proyecto, habla de que existe un alto porcentaje de  consumo problemático como así también de un importante número de personas dependientes del alcohol.
Rondan los 260.000 uruguayos los seriamente afectados por el consumo problemático de la bebida. El consumo de alcohol es “el factor de riesgo que más negativamente influye en la sobrevida y la calidad de vida de los uruguayos”, según se expresa en la exposición de motivos del proyecto. Uruguay se ubica entre los países de todo el mundo con los valores más altos de riesgo y de daños en la salud como producto del consumo de alcohol.
Cada uruguayo y mayor de 15 años ingiere una media de 6,3 litros de alcohol puro al año, algo superior al promedio calificado por estándares internacionales. El consumo problemático es factor causal en más de 60 tipos de accidentes y enfermedades y produce cerca de 2,5 millones de muertes al año, es decir, el 4% de las muertes a nivel mundial son atribuibles al consumo problemático de alcohol. De acuerdo a estimaciones, el uso problemático de la bebida causaría entre el 20% y el 50% de problemas a la salud. Se entiende por “uso problemático” de alcohol aquél consumo que afecta directa o indirectamente a  la salud integral como así también a aspectos familiares y sociales, laborales y legales.
Si todo lo leído hasta acá no ha sido lo suficientemente convincente como para establecer parámetros más claros en la venta y el consumo de alcohol, basta ver lo que pasa entre los jóvenes menores de edad: uno de cada tres uruguayos que no alcanzan a tener 18 años, tiene episodios de intoxicación grave cada fin de semana, según datos sanitarios. Ocho de cada diez estudiantes han experimentado con alcohol alguna vez en su vida. En el inicio de su trayectoria en la Enseñanza Media, el consumo alcanza a más del 70% del estudiantado y, al finalizar, un 95% lo ha hecho.
Esto determina que en promedio, antes de llegar a los 18 años, sólo el 5% de los jóvenes escolarizados no ha probado alcohol alguna vez en su vida. “La débil fiscalización de la venta a menores y el  control sobre los locales de venta,  la gran cantidad de pautas y auspicios publicitarios de estas bebidas y otros factores de contexto parecen explicar en buena medida la  problemática situación respecto a nuestros patrones de consumo”, defiende el proyecto. A nivel sanitario, solo uno de cada 100 uruguayos con uso problemático de alcohol ha solicitado atención específica para la problemática del consumo, un dato que quita el sueño a las autoridades.
La cultura del alcohol que se arrastra desde los tangos al compás del dos por cuatro donde se dice que se toma “para olvidar” o porque socialmente está “bien visto”, siguen siendo los argumentos más apelados a la hora de justificar el consumo.   Tanto es así que la edad de inicio promedio de los uruguayos  para el alcohol es 16 años y la más frecuente de inicio a los 15.
Las generaciones más jóvenes presentan una edad de inicio más temprana aún, “lo que constituye una mayor probabilidad de uso problemático en el futuro como así también aumenta las probabilidades del consumo de otras sustancias”, señala el articulado. El alcohol es la droga más consumida por los uruguayos según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Hogares realizada en 2011 por el Observatorio Uruguayo de Drogas de la Secretaría Nacional de Drogas.
Nueve de cada diez uruguayos entre 15 y 65 años lo han probado alguna vez en la vida; casi un 74% ha consumido  alcohol en los últimos 12 meses y algo más de la mitad de los uruguayos lo consumen habitualmente; más del 50%. El alcohol es la droga que presenta la edad de inicio más baja. En el universo total de los estudiantes, la edad promedio de inicio del consumo de alcohol es de 12 años.
El 14% de los jóvenes experimentó con esta sustancia antes de ingresar al liceo, o sea, antes de cumplir 12 años, mientras que un año más tarde, a los 13, lo hizo casi el 44%. Respecto a la cantidad de intoxicaciones  protagonizadas por cada estudiante que consume actualmente alcohol, se ve que el 26%  tuvo cuatro o más episodios de esa naturaleza, en tanto el 21% registró dos o tres y el 19% solo uno en las últimas semanas registradas recientemente.
Los hombres evidencian una mayor cantidad de episodios de intoxicación; un 34% presenta cuatro o más en el período de referencia y en la misma situación se encuentra el 19% de las mujeres. La percepción de riesgo es una medida subjetiva de percepción del daño asociado al consumo de determinada droga. En el caso de las drogas, el alcohol es el que presenta la menor percepción de riesgo en su consumo  tanto ocasional como frecuente de todos los estupefacientes. Uno de cada cuatro consumidores frecuentes considera que hay riesgo nulo o casi nulo de que este tenga algún riesgo.
Tanto que asociada la percepción del riesgo al consumo,  el alcohol disminuye la percepción de riesgo de otras drogas como la marihuana o la cocaína. En el proyecto, el gobierno aclara que la regulación nueva a regir una vez  sancionada la ley no afectará el comercio vinculado a la industria. “Como propósito mayor está el de modificar una cultura de consumo sin afectar  las ventajas y beneficios de la actividad económica que la sustentan”, subraya el proyecto que a partir del miércoles estará arribando al Parlamento.
Calzada: “Apostamos a regular el mercado sin afectar a la industria”
El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, comentó a LA REPÚBLICA las características generales de este proyecto de ley que a partir del miércoles 31 de julio estará llegando al Parlamento. “Apuntamos a regular el mercado sin afectar la industria”, destaca Calzada. En los 55 artículos de la norma se establecen limitaciones en la venta y en el consumo, se deriva a las intendencias la responsabilidad de establecer áreas donde se podrá y donde estará totalmente prohibido consumir en la vía pública y se eliminarán esas propuestas comerciales como canilla libre o las ya clásicas conocidas con anglicismos del orden “happy hour” o “after office”.
En materia de la publicidad de bebidas con alcohol, estas solo podrán difundirse fuera de los horarios de protección al menor y en la vía pública, los outdoor serán examinados al detalle para reducir en el público objetivo su impulso al consumo. Para ello se apelará a la ética profesional de las agencias de publicidad.
Pese a ello, Calzada reconoce que este proyecto de ley “contiene medidas más laxas” que su prima hermana; la ley que prohibió el consumo de tabaco. La que regulará el alcohol crea además un nuevo organismo; la URBA; Unidad Reguladora de Bebidas Alcohólicas según su sigla y que dependerá de la Junta Nacional de la Droga y de la Presidencia de la República. También se habilita a un nuevo impuesto para las bebidas con graduación. “Será una tasa para financiar las intervenciones sanitarias”, argumentó Calzada.
La tasa a crear será variable e irá aumentando paralelamente a la graduación de alcohol de la bebida a adquirir; cuanto más alcohol, más alto el impuesto. En los puestos de venta habrá también regulación. Los supermercados deberán exponer las bebidas alcohólicas lo más lejos del cómodo alcance visual, más o menos como actualmente se encuentran hoy los expendedores de tabaco y, en los kioscos o estaciones de servicio, “se deberá gestionar la licencia correspondiente para vender”. Calzada recordó además que el horario de prohibición de venta de alcohol seguirá sin modificaciones: entre las 0 y las 6 no habrá expendio.

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