Hablar de Guantánamo es hacerlo de
una de las ignominias más repugnantes del imperio, no solo porque
está en territorio extranjero, pudiéndolo hacer en su propio
territorio los yanquis, sino porque sus fines no son los habituales.
Allí no está el delincuente común que podemos tener nosotros o
cualquiera. O sea el marido que mata a la mujer, el asesino de
taxistas, o el que asalta ómnibus, ni el mero punga que en cualquier
ciudad multitudinaria existe. Allí lo que hay son soldados o
guerrilleros que han luchado contra el imperio en defensa de su
soberanía y de su gente. Y no digo terroristas porque en su inmensa
mayoría no lo son. El terrorista -entiendo- es el que en un país
normal pacífico pone una bomba o asesina a alguien por motivos
ideológicos, religiosos o políticos, pero no es estado de guerra.
Ejemplo el famoso Carlos de décadas pasadas, detenido por los
franceses, en cambio no es justamente el caso del guerrillero o
soldado que lucha por su patria. Iraquíes, palestinos, paquistaníes,
afganos son la mayoría de los presos, no hay yanquis ni ingleses
rubios de ojos celestes imperialistas. Por ende en principio el que
cinco presos puedan venir al Uruguay, que ellos mismos aseguran no
ofrecerían riesgos, aunque si son tan infelices porque los tuvieron
más de diez años presos, sin juicios ni fiscales ni defensa, no me
parecería mal. Lo que sí me parece mal es que nos tiren con cinco
si lo que se quiere al decir de Astori es un acto de misericordia no
lo hagan con un número mayor. Por otra parte es muy bueno el
argumento del senador Larrañaga que señala que estamos aceptando el
petitorio de Obama, le estamos abalando o legitimando Guantánamo a
los yanquis, o sea tanto criticamos a Guantánamo y estamos
asociándonos a ellos. Además es un triste papel, indigno y
arrastrado el oficiar de guardia civil o gendarme imperial, si
quieren lavarse la cara de las infamias cometidas no deben hacerlo
con nosotros, tierra de hombres libres, para justificar con esta
actitud los verdaderos secuestros o raptos de luchadores que solo
cometieron el pecado de defender su patria y soberanía. El imperio
actúa como si fuera dueño en los hechos del continente. Por
nosotros los blancos de entonces, Herrera mediante, los detuvo cuando
quisieron poseer Laguna del Sauce para bases militares setenta años
atrás. En actitudes similares nos quieren comprometer con
Guantánamo. Si quieren hacer justicia, que desconocen, debieran
dejar libres a todos. No son delincuentes. Simplemente los
enfrentaron. No son los dueños de América. Y eso solo lo prueban
actitudes dignas de saber negar indignidades y tener la personalidad
de marcar presencia respetando principios de soberanía. Nadie por
poderoso que sea puede venir con su música a hacernos bailar a su
conveniencia y paladar. Mi vaso es chico pero yo bebo en mi vaso,
también lo dijo Herrera. Guantánamo con su territorio, como
principio, debe ser devuelto a los cubanos. Y no soy comunista, es un
principio natural del nacionalismo. Concluyo: Uruguay no debe entrar
en ese corral de ramas. Si ya están comprometidos y vendieron el
alma al diablo, cuando bajen del avión en Carrasco que los suban
inmediatamente en un avión uruguayo para sus respectivas patrias. Me
importa un carajo lo que el imperio yanqui opine.
P.D.: Al margen de todo esto bueno
es señalar algo improcedente e inconcebible. Y es que alguna
colectividad extranjera haya ido a interferir en el ánimo de la
embajada yanqui, a su embajadora, diciendo que veían inconveniente o
no querían que presos árabes fueran mandados al Uruguay. Sin
perjuicio de la aprobación o desaprobación a los árabes, es un
tema atinente pura y exclusivamente al Uruguay. Ningún extranjero
puede dilucidar la conveniencia o no del país en traer a quien se le
antoje con acierto o sin él. Es un problema de soberanía.
Extranjeros, por más ciudadanos legales que sean, no son dueños del
país. Si nos gusta o no los soldados o guerrilleros iraquíes,
pakistaníes, es un problema nuestro y no de extranjeros.
Leopoldo Amondarain
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