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viernes, 28 de marzo de 2014

Trenzados Lanzamiento de campaña del Frente Amplio

brecha.com.uy


El contraste fue evidente. La tensión también. Al desplegar todo su arsenal de “acentos” programáticos, la senadora Constanza Moreira lanzó varias granadas hacia la interna frenteamplista. A resguardo, y con el favoritismo de las encuestas y de los aparatos sectoriales, el ex presidente Tabaré Vázquez habló de cultivar la unidad y se limitó a señalar las diferencias con la oposición, aunque la finalización anticipada de su discurso desconcertó a la dirigencia.

A 43 años de su primer acto público –realizado el 26 de marzo de 1971–, el Frente Amplio (fa) lanzó oficialmente la campaña electoral. A cuatro décadas de la oratoria de Liber Seregni a favor de la unidad de las izquierdas y contra el autoritarismo, los discursos de este 2014 sacudieron mucho menos a la oposición política que a la modorra frenteamplista. Con el Palacio Legislativo como telón de fondo y sobre un discreto escenario –sin grandes escenografías ni pantalla gigante–, el acto se realizó en la plaza Primero de Mayo (a diferencia de 1971, que tuvo lugar en la Explanada de la Intendencia de Montevideo).

A los pies de las columnas metálicas que evocan a los mártires de Chicago, iluminadas de rojo, azul y blanco, se desplegó una muestra de fotografías históricas del fa (que no se iniciaba, sin embargo, con la foto de su fundación, el 5 de febrero de 1971, sino con la del sepelio de Líber Arce en 1968).

En la previa, una lluvia de tradiciones cubrió la plaza: caras pintadas, tortas fritas, abundantes jóvenes, banderas partidarias, carteles con los “logros” del fa, una murga joven cantando retiradas… Jolgorio y Carnaval en la plaza pública, hasta que el enjambre de fotógrafos delató el ingreso, más solemne, de los maestros de ceremonia. Tabaré Vázquez, con un traje gris, llegó acompañado de su esposa. Constanza Moreira, combinando azul y rojo, arribó junto a su jefa de campaña, Margarita Percovich. Entre flashes, besos y abrazos, una sola silla los distanció: la que ocupó la presidenta del fa, Mónica Xavier.

En la antesala de los discursos hubo saludos a la presencia de los embajadores de Venezuela y de Cuba, se leyó la carta que envió la senadora chilena Isabel Allende (hija de Salvador Allende); Mikaela Akar, de 15 años, leyó un mensaje por el Día Internacional de la Mujer y Fabiana Goyeneche una proclama de la Comisión No a la Baja, organización que estampó su consigna junto al escenario.

Mónica Xavier inauguró la oratoria central, habló de la unidad del partido y calificó a las internas como el “primer escalón” para octubre. Leyó parte del discurso de Seregni de 1971 para destacar la “vigencia” histórica que tiene el fa en la sociedad. Reclamó paridad de género en los cargos públicos y reivindicó el derecho al voto en el exterior. Arengó a confrontar modelos de país con la “derecha” y arremetió contra la oposición (la calificó de “bloque conservador”) por cuestionar la mayoría parlamentaria de la izquierda que posibilitó los logros del gobierno. En contraste, señaló que blancos y colorados acordaron utilizar la mayoría parlamentaria (“desde la salida de la dictadura siempre hubo mayorías”) para recortar la educación, vender empresas públicas e instaurar la “receta neoliberal”. Finalizó su discurso cuestionando la baja de la edad de imputabilidad: “¡Basta de hablar de mano dura contra nuestros jóvenes!”.

ATAQUE AÉREO. En la media hora que duró su oratoria, Constanza Moreira asestó varias estocadas a la interna frenteamplista. Con más soltura que en anteriores intervenciones, inició su discurso sin anestesia: lamentó la suspensión del acto del 5 de febrero (según dijeron a Brecha desde su entorno, allí se perdió la oportunidad de ganar visibilidad), y por eso, en lugar de recordar el pasado del fa, adelantó que hablaría sobre el presente y el futuro. Así, recitó los acentos programáticos que presentó la semana pasada y discrepó con que junio sea un “mero trámite” para octubre. Concedió que el modelo que está “agotado” es el de los partidos tradicionales y que todos los días “pelea” con la derecha en el Parlamento. Pero advirtió que “las leyes para cambiar el mundo no se ganan por derecha, sino por el debate dentro de la izquierda”; y ejemplificó, hundiendo el puñal, con la ley de responsabilidad penal empresarial.

Afirmó que era el momento para el “debate interno” y que la “actualización ideológica” (expresión en la que ha insistido Vázquez) ha traído de “contrabando algunas renuncias”. En esa línea de fuego, apeló a “discutir en serio” la reestructura de las Fuerzas Armadas, calificó de “odisea” su candidatura (porque gracias a ésta se puso sobre la mesa el 6 por ciento para la educación) y habló de “pensar lo que en nosotros está agotado”. Cuestionó los acuerdos multipartidarios –estrategia impulsada por el gobierno de Mujica– porque reproducen la “partidocracia” uruguaya en lugar de fomentar acuerdos con las “bases aliadas” (sindicatos, universidad, intelectuales, feministas, organizaciones de derechos humanos).

Reclamó no hablar más de un tercer gobierno porque “suena a que nos repetimos, a más de lo mismo, a gente que quiere permanecer en el gobierno, y sin duda nos animan principios mucho más fuertes”. Apeló a un nuevo gobierno del fa con gabinetes paritarios, mujeres en la conducción de la salud y la educación, jóvenes en los puestos de decisión política; y rechazó la asignación de cargos por cuota sectorial y no por idoneidad moral, política y técnica. Vestida con un traje académico, parafraseó a Rosa Luxemburgo (“El capitalismo sigue siendo barbarie”) y citó a Foucault al afirmar que el modelo de “vigilar y castigar” está agotado. En contraposición a un latiguillo célebre de Vázquez, apuntó a que paguen más no sólo los que “ganan” más sino los que “tienen” más riquezas.

En materia internacional, llamó a no olvidar “quién domina el planeta” y mencionó que el Sur se está levantando con sus propios pies (aunque no invocó a Argentina ni a Venezuela cuando habló de estrechar lazos con los proyectos progresistas de la región). Rechazó la lógica del Estado para los pobres y el mercado para los ricos, porque eso –dijo– rompió la alianza social entre los trabajadores y las clases medias: “Hay que cuidar a las clases medias para que no se vuelvan conservadoras”.
La implementación de la reforma de la justicia (“no más presos sin condena”) y la regulación del sistema de medios de comunicación fueron los dos desafíos que destacó para el próximo gobierno. Calificó de “prioridades socialistas” la erradicación de las viviendas precarias, la apuesta por la educación pública, la implementación del sistema de cuidados y la reforma del Estado. “Veo que se entusiasman. Tenía miedo de que se asustaran”, retó tras los aplausos a sus referencias al socialismo. Antes de concluir, deslizó una crítica al caudillismo: “El que gana las elecciones es el fa, confíen en lo colectivo”.

SECUELAS. Cuando Vázquez subió al escenario se encendieron las luces y se puso música de fondo (un acompañamiento del que no gozó Moreira). El contraste fue evidente y cayó mal en el entorno de la senadora, que así se lo hizo saber al secretario del fa, Gerardo Rey (el lunes se había acordado con el equipo de la presidencia de la fuerza política no pasar el yingle de Moreira dado que Vázquez aún no tenía el suyo). “No hubo igualdad de condiciones, sigue perdiendo el Frente”, comentaron con disgusto a Brecha allegados a Moreira.

Pero también en el entorno de Vázquez se molestaron con el discurso de Moreira, porque, según razonaron, debió apelar a la unidad frenteamplista antes que a las diferencias internas. Las molestias con la senadora, obviamente, vienen de larga data, y quizás por eso ningún tramo de su discurso fue aplaudido por buena parte de la dirigencia. Con un discurso centrado en los orígenes, la trayectoria y los líderes históricos del fa, Vázquez no realizó anuncios programáticos. Cargado de referencias emotivas, habló de los sueños de las mayorías, la búsqueda de los orígenes, el plebiscito de la confianza, la fecundidad de los resultados. En esa línea, contrastó la “institucionalización del programa” frenteamplista con el “programa restaurador”. Pero llamó a que el fa no se embanderara como el único portavoz de la historia porque también es producto de las “más ricas tradiciones” del país.

Como si le respondiera a Moreira, disparó: “No existe un mejor vocero de los principios fundacionales del Frente, somos todos voceros. No existe un salvador, un mesías, ni genios. Cada uno por separado no tiene capacidad para resolver los problemas colectivos, ni tiene derecho a hacerlo, debemos mantener y cultivar la unidad del Frente”. Aludió a las estadísticas internacionales que aseguran que Uruguay es el país más seguro de América Latina, pero apostó por mayor convivencia e igualdad. Y no faltó una mirada pragmática al decir que “queremos hacer realidad lo posible, porque no pensamos en lo imposible”.

Para sorpresa de varios dirigentes, el ex presidente resolvió terminar su discurso antes de lo previsto, cuando no llegaba a los 15 minutos, la mitad de tiempo de su contrincante. Desde el entorno de Vázquez adujeron molestia con el discurso belicoso de su retadora, aunque también pudo pesar el contraste evidente entre los dos discursos. “Un enano y un gigante en un circo itinerante”, cantaba Alejandro Balbis, y cerraba el acto con “El gran pez”.

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EN 28 MARZO 2014 ESCRITO POR: MARCOS REY

1 comentario:

  1. un enano y un gigante en un circo itinerante ?
    rima pero sera verdad?
    por aquello de :no rima pero es verdad...
    la vida como siempre tiene todas las respuestas,aunque no las dira hasta el momento indicado,no?

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