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martes, 25 de junio de 2013

¿Hacia dónde nos dirigimos? Por Iliana Bellón

¿Hacia dónde nos dirigimos? Por Iliana Bellón Estudiante universitaria.
 
Opinión

Diario el Este

En este mes que transcurre, la educación secundaria decae mes a mes, año tras año. Como alumna de educación terciaria es ineludible sacar a relucir que cuando ingresé a la primera clase de la facultad vislumbré un gran vacío de conocimientos que hace brecha en el pasaje de secundaria a un instituto terciario. Dejando la subjetividad de los profesores a la hora de dictar la clase, podemos dilucidar claramente que hay carencias cuando hay que dotar a los alumnos de amplios conocimientos lingüísticos, ya que nuestra lengua materna nos brinda un abanico infinito de palabras, sinónimos que los adolescentes e incluso jóvenes tildan como “palabras raras”, que a su especular nunca servirían y son obsoletas.
Del pasaje a la educación terciaria existe un claro abismo que se atisba y que no “amortigua la caída” a la hora de llegar a dicho nivel facultativo. Entonces me pregunto lo siguiente: ¿Estaremos realmente preparados para que los educadores terciarios nos brinden y vuelquen todo ese conocimiento en nosotros o deberíamos mejorar y primar que es lo que los facultativos de educación media están brindándole a los adolescentes?
¿Qué podríamos hacer para que la “caída” sea menos lesiva y se erradique ese temor por los libros y por aspirar siempre a algo más? Alentar a los estudiantes a capacitarse y a lograr sus metas mediante una creación de hábitos de lectura crea diferentes repercusiones en el mismo, como por ejemplo la capacidad de crítica, razonamiento propio, de un buen discernimiento y uso lingüístico, sintáctico adecuado para su edad. A un joven no se le puede ofrecer solo una computadora para que haga todo, hay que alentarlo a que use los medios que se le brindan como herramientas útiles para su formación.
Estadísticamente la educación media superior está atravesando un amplio desliz a nivel profesional y edilicio. Estas problemáticas recaen en los estudiantes, ya que al no poder asistir a las clases se atrasan en su comienzo de cursos. Hace ya reiterados años cada marzo a la hora del comienzo de dichas actividades educativas surgen estas nebulosas.
El enseñado debe formarse para su futuro, estos problemas nos llevan a medir el nivel de capacitación de los docentes de cualquier materia, tanto sea aritmética, literatura o historia. Los planes no son finalizados a su debido tiempo y con este problema desembocamos en que los alumnos ascienden de niveles sin saber determinados módulos del grado anterior que cursaron.
No es aceptable que cada vez la enseñanza se encuentre en decadencia y nunca aumente en buenos y para demostrarlo me remito a las pruebas PISA 2009 Uruguay quedó en el lugar 47º entre 65 países participantes. Aunque fuimos el segundo mejor país en Latinoamérica es una cifra bastante baja para la educación.
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.” Benjamín Franklin.

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