La pre
Columna de opinión.
la diaria
La
senadora Constanza Moreira competirá en las elecciones internas de
junio de 2014 por la candidatura presidencial frenteamplista. Al menos
un comité de base (el Víctor Deri, de Salinas) y un sector (el Partido
por la Victoria del Pueblo, PVP) llevarán su nombre al Plenario del 26
de octubre. Como en instancias anteriores, el Congreso de noviembre
habilitará todas las nominaciones que se presenten, según garantizaron
el también precandidato y ex presidente Tabaré Vázquez y los sectores
que lo apoyan. En los últimos meses, Moreira dejó entrever que la idea
le gustaba y ayer lo dejó de manifiesto: “Considero positivamente el
desafío”, dijo a Canal 7 de Maldonado.
El nombre de la senadora se maneja desde abril, cuando, en declaraciones a Brecha, puso en tela de juicio que la candidatura de Vázquez fuera “cosa juzgada”, cuestionó la demora en su formalización y, sin proponerse aún, opinó que “el Frente [Amplio, FA] puede ganar incluso sin Tabaré”.
A fines de junio, volvió a criticar al ex presidente por hornear su candidatura a fuego demasiado lento. “Da la impresión de que quiere que se lo vayan a pedir”, ironizó. El 7 de agosto, el propio Vázquez y los tres principales sectores del FA (el Frente Liber Seregni, el Partido Socialista y el Movimiento de Participación Popular) parecieron darle la razón a Moreira. “Si me vienen a pedir que sea candidato, yo les digo que sí voy a aceptar”: con esas palabras agradeció Vázquez a los dirigentes que participaron en la puesta en escena montada en su casa de la calle Buschental, hace un mes. Para bajar el telón del primer acto, el presidente José Mujica expresó su beneplácito esa misma noche en todos los noticieros televisivos.
Las encuestas dejan bien claro que Vázquez arranca con una ventaja holgadísima, si bien los sondeos de intención de voto hacia las internas divulgados hasta ahora no han confrontado candidaturas sino sectores. Además, el ex presidente ya cuenta con el apoyo y la estructura de todos los partidos del FA excepto el PVP, que propondrá mañana a Moreira, y el Comunista, que aguardará hasta octubre. En cambio, el respaldo actual de Moreira se limita a grupos muy informales, como Frenteamplistas por un Debate Programático y Alternativa. En sus actividades participan militantes independientes y de diversos partidos, e incluso hay de los que apoyan a Vázquez, entre los que se destacan actuales dirigentes del Movimiento de Participación Popular (MPP) cuya afiliación se asoma al borde de la cornisa.
A Vázquez se lo proclama como candidato natural, como única opción que asegure la victoria del FA. Pero en política lo más parecido a algo que pueda llamarse “candidatura natural” se encuentra sólo en las monarquías. En las democracias republicanas, los liderazgos se desarrollan, se refrendan o caen ante la mirada de la ciudadanía y por obra de la ciudadanía, que da los galones y también los quita, sin importar derechos de piso ni años de trayectoria. La ciudadanía es una dama caprichosa y el electorado un varoncito malcriado.
El propio Vázquez es la prueba viviente. No pocos se sorprendieron cuando Mariano Arana propuso en 1989 a un desconocido como candidato del recién fracturado FA a la Intendencia de Montevideo. Con apenas seis meses de alta visibilidad pública, ganó las departamentales. Perdió dos veces las presidenciales antes de triunfar en las de 2004. En comparación, la exposición de la que parte Moreira es mucho más amplia y libre de fracasos: se la conoce desde hace muchos años por sus intervenciones televisivas como politóloga independiente, y el propio Mujica la sedujo para ejercer política activa al proponerla primero como presidenta del FA y después al reservarle un lugar en la lista al Senado del MPP, por la que fue elegida.
Su actividad legislativa y sus apariciones públicas la encontraron a menudo enfrentada con el gobierno, con la mayoría del FA y, sobre todo, con Vázquez. Se opone a un tratado de libre comercio con Estados Unidos, a la permanencia de la misión armada uruguaya en Haití y a la internación compulsiva de adictos. Insiste en reducir el gasto de defensa. Apoyó todas las iniciativas para desactivar la Ley de Caducidad y las propuestas surgidas desde la sociedad civil como la despenalización del aborto voluntario, el matrimonio igualitario y la reglamentación del cultivo de marihuana, entre otras. Los desmarques se intensificaron en los últimos meses.
La viabilidad de su precandidatura dependerá del impacto de sus intervenciones públicas y de la fortaleza de las organizaciones que la apoyan. Por ahora, es todo muy pequeño y difuso. A veces la estrategia del salmón resulta exitosa: aunque con mayor apoyo que Moreira, el actual presidente debió desafiar a Vázquez, a Danilo Astori y a partidos poderosos para conquistar la presidencia.
En todo caso, la precandidatura de Moreira le sirve al FA para retener votantes descontentos y a ella para mejorar sus posibilidades de reelección al Senado si pierde las internas. Pero con junio a diez meses de distancia, el resultado de su disputa con Vázquez oscila entre altas probabilidades de paliza y la suave brisa de una sorpresa.
El nombre de la senadora se maneja desde abril, cuando, en declaraciones a Brecha, puso en tela de juicio que la candidatura de Vázquez fuera “cosa juzgada”, cuestionó la demora en su formalización y, sin proponerse aún, opinó que “el Frente [Amplio, FA] puede ganar incluso sin Tabaré”.
A fines de junio, volvió a criticar al ex presidente por hornear su candidatura a fuego demasiado lento. “Da la impresión de que quiere que se lo vayan a pedir”, ironizó. El 7 de agosto, el propio Vázquez y los tres principales sectores del FA (el Frente Liber Seregni, el Partido Socialista y el Movimiento de Participación Popular) parecieron darle la razón a Moreira. “Si me vienen a pedir que sea candidato, yo les digo que sí voy a aceptar”: con esas palabras agradeció Vázquez a los dirigentes que participaron en la puesta en escena montada en su casa de la calle Buschental, hace un mes. Para bajar el telón del primer acto, el presidente José Mujica expresó su beneplácito esa misma noche en todos los noticieros televisivos.
Las encuestas dejan bien claro que Vázquez arranca con una ventaja holgadísima, si bien los sondeos de intención de voto hacia las internas divulgados hasta ahora no han confrontado candidaturas sino sectores. Además, el ex presidente ya cuenta con el apoyo y la estructura de todos los partidos del FA excepto el PVP, que propondrá mañana a Moreira, y el Comunista, que aguardará hasta octubre. En cambio, el respaldo actual de Moreira se limita a grupos muy informales, como Frenteamplistas por un Debate Programático y Alternativa. En sus actividades participan militantes independientes y de diversos partidos, e incluso hay de los que apoyan a Vázquez, entre los que se destacan actuales dirigentes del Movimiento de Participación Popular (MPP) cuya afiliación se asoma al borde de la cornisa.
A Vázquez se lo proclama como candidato natural, como única opción que asegure la victoria del FA. Pero en política lo más parecido a algo que pueda llamarse “candidatura natural” se encuentra sólo en las monarquías. En las democracias republicanas, los liderazgos se desarrollan, se refrendan o caen ante la mirada de la ciudadanía y por obra de la ciudadanía, que da los galones y también los quita, sin importar derechos de piso ni años de trayectoria. La ciudadanía es una dama caprichosa y el electorado un varoncito malcriado.
El propio Vázquez es la prueba viviente. No pocos se sorprendieron cuando Mariano Arana propuso en 1989 a un desconocido como candidato del recién fracturado FA a la Intendencia de Montevideo. Con apenas seis meses de alta visibilidad pública, ganó las departamentales. Perdió dos veces las presidenciales antes de triunfar en las de 2004. En comparación, la exposición de la que parte Moreira es mucho más amplia y libre de fracasos: se la conoce desde hace muchos años por sus intervenciones televisivas como politóloga independiente, y el propio Mujica la sedujo para ejercer política activa al proponerla primero como presidenta del FA y después al reservarle un lugar en la lista al Senado del MPP, por la que fue elegida.
Su actividad legislativa y sus apariciones públicas la encontraron a menudo enfrentada con el gobierno, con la mayoría del FA y, sobre todo, con Vázquez. Se opone a un tratado de libre comercio con Estados Unidos, a la permanencia de la misión armada uruguaya en Haití y a la internación compulsiva de adictos. Insiste en reducir el gasto de defensa. Apoyó todas las iniciativas para desactivar la Ley de Caducidad y las propuestas surgidas desde la sociedad civil como la despenalización del aborto voluntario, el matrimonio igualitario y la reglamentación del cultivo de marihuana, entre otras. Los desmarques se intensificaron en los últimos meses.
La viabilidad de su precandidatura dependerá del impacto de sus intervenciones públicas y de la fortaleza de las organizaciones que la apoyan. Por ahora, es todo muy pequeño y difuso. A veces la estrategia del salmón resulta exitosa: aunque con mayor apoyo que Moreira, el actual presidente debió desafiar a Vázquez, a Danilo Astori y a partidos poderosos para conquistar la presidencia.
En todo caso, la precandidatura de Moreira le sirve al FA para retener votantes descontentos y a ella para mejorar sus posibilidades de reelección al Senado si pierde las internas. Pero con junio a diez meses de distancia, el resultado de su disputa con Vázquez oscila entre altas probabilidades de paliza y la suave brisa de una sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario