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domingo, 15 de septiembre de 2013

El informe Oppenheimer Los nuevos rankings universitarios





Dos nuevos rankings de las mejores universidades del mundo —uno hecho en China, el otro en Gran Bretaña— concluyen que Estados Unidos sigue teniendo las mejores instituciones de estudios terciarios del mundo, Asia está en ascenso y Latinoamérica sigue sin tener ninguna universidad entre las primeras 100.

El nuevo Ranking Académico de Universidades del Mundo 2013 de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, y el Ranking QS de Universidades del Mundo 2013 de la empresa de investigación Quacquarelli Symonds, de Londres, están entre los índices universitarios internacionales más antiguos y conocidos.

Miden, entre otras cosas, la reputación de cada universidad en círculos académicos internacionales, el porcentaje de profesores con doctorados, y sus logros en investigación científica. Si bien es cierto que estos rankings no son perfectos, son el mejor instrumento disponible para medir la calidad de las universidades a nivel global.

Según el ranking de la Universidad de Shanghai, ocho de las 10 mejores universidades del mundo están en Estados Unidos. La lista de la universidad de Shanghai está encabezada por Harvard, seguida de Stanford (2), la Universidad de California en Berkeley (3), el Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT (4), la Universidad de Cambridge, Gran Bretaña (5), el Instituto de Tecnología de California (6), Princeton (7), la Universidad de Columbia (8), la Universidad de Chicago (9) y la Universidad de Oxford, Gran Bretaña (10).

Entre las 100 mejores universidades del mundo, el ranking chino incluye varias universidades de Japón, Suiza, Israel, Canadá y otros países, pero ninguna de Latinoamérica. Las universidades latinoamericanas mejor situadas en el ranking chino son la Universidad de Sao Paulo, Brasil, agrupada junto con otras en los puestos 101-150, y la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Buenos Aires, Argentina, que están en el grupo 151-200.

El otro ranking, realizado por la firma QS de Gran Bretaña, coloca a siete universidades estadounidenses entre las mejores diez del mundo. El ranking de QS está encabezado por el MIT, seguido de Harvard (2), Cambridge, Gran Bretaña (3), University College de Londres (4), Imperial College de Londres (5), Universidad de Oxford (6), Stanford (7), Yale (8), Universidad de Chicago (9) y Instituto de Tecnología de California y Princeton empatados en el número 10.

Dentro de las 100 mejores instituciones de educación superior del mundo, el ranking británico incluye la Universidad Nacional de Singapur (24), la Universidad de Hong Kong (25), la Universidad Nacional de Seúl, Corea del Sur (35), Universidad de Beijing (46) y varias otras universidades de Asia.

La universidad latinoamericana mejor situada en el ranking británico es la Universidad de Sao Paulo (127), seguida por la Universidad Nacional Autónoma de México (163), y la Universidad Católica de Chile (166).

Los dos rankings platean algunas preguntas obligadas para los países latinoamericanos: ¿Cómo es posible que Brasil, la sexta economía más grande del mundo y México, la duodécima, no tengan una sola universidad entre las 100 mejores del mundo?

¿Y cómo se explica que Singapur, Corea del Sur, China y otros países que hasta hace pocas décadas tenían niveles de desarrollo inferiores a los de la mayoría de las naciones latinoamericanas tienen universidades que están entre las 100 mejores? ¿Qué es lo que hicieron bien las universidades asiáticas, e hicieron mal las latinoamericanas?

Ben Sowter, el jefe de investigación del ranking QS, me dijo que las principales razones de que las universidades latinoamericanas se han quedado atrás tienen que ver son su poco uso del inglés —la actual lingua franca de los intercambios científicos internacionales — y su poca conexión con las mejores instituciones extranjeras.

Pero eso está cambiando con rapidez, dijo Sowter, señalando que nueve de las diez mejores universidades latinoamericanas en el ranking QS de este año han subido de puesto con respecto al ranking del año pasado. Están en la dirección correcta, y posiblemente veamos los resultados de esta acción en el curso de los próximos diez años, dijo.

Mi opinión: el idioma no debería ser una barrera para estar entre las 100 mejores universidades del mundo. Si Corea del Sur, China y otros países asiáticos han logrado que sus universitarios hablen inglés fluido, y sus universidades den títulos conjuntos con instituciones de Estados Unidos y Europa, también lo pueden hacer las universidades latinoamericanas.

Pero coincido en que algunos países latinoamericanos se están moviendo en la dirección correcta. Brasil ha iniciado un programa para enviar a 100.000 graduados en ciencias e ingeniería a realizar estudios de posgrado en universidades de Estados Unidos, Europa y Asia. Chile ha estado haciendo lo mismo desde hace un tiempo, en menor escala, y México está considerándolo.

Hacen bien, y sus vecinos deberían imitarlos. De otra manera, Latinoamérica seguirá perdiendo terreno ante los países emergentes asiáticos dentro de la economía global del conocimiento, que se basa cada vez más en la innovación que generan y comparten las mejores universidades del mundo.

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