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miércoles, 4 de septiembre de 2013
MAMA MÍA" EN CASA MUJER: LUCHAR A FAVOR DE LA VIDA
El pasado viernes se realizó en Casa Mujer la presentación del libro "Querida Mama Mía" por sus autoras, Patricia Gandara y Elizabeth Wojnarowicz y se le dio el primer impulso, ante numeroso público, a la formación de un Grupo de Autoayuda que, a la manera del Grupo Mama Mía, busca generar un espacio donde se comparta información, contención y afecto para las personas que sufren cáncer de mama y sus familiares y amigos/as.
El Este
La calidez de las invitadas y la atención y el interés de las personas que asistieron dejaron el camino habilitado para lo que seguramente vendrá en las próximas semanas: charlas informativas sobre la enfermedad, las campañas de prevención, los procedimientos de autoexamen, una caminata en simultáneo con grupos de otras ciudades del país y del mundo y todo lo que el Grupo Mama Mía que se forme en Rocha pueda incorporar para darle una identidad propia, su impronta personal.
Compartimos con los lectores, una de las historias que se cuenta en el Libro "Querida Mama Mía" y un poema escrito por Elizabeth Wojnarowicz que ha sido inspiración y consuelo para muchas de las mujeres en los momentos difíciles de la enfermedad.
Lo que dicen los ojos de Helen
Helen es una mujer que sabe de luchas. Sus ojos, hermosos, de un color extraño, las cuentan, aunque ella no lo haga.
Después de años sin verla, la volví a encontrar a través de Internet, ya que tenemos muchos amigos en común. Es una de las maravillas de la tecnología que permite mantener el contacto con viejos conocidos, entretejer recuerdos de la infancia, revivir momentos gratos y de los otros. Compartimos algunas notas, fotos y comentarios, hasta que Helen conoció mi historia y la de Mama Mía.
Me escribió contándome que había tenido la ocasión de acompañar en su lucha a dos amigas y ahora, nuevamente con alguien que ella quería mucho y que es de esas personas que "llevan la procesión por dentro", que no quieren hablar. Siempre digo que cada una lleva el dolor y la angustia como puede y no como los demás le dicen que debería hacerlo. Cada una tiene sus tiempos y sus formas diferentes de reaccionar.
Helen lo tenía claro y sabiamente, la acompañaba, aunque Lucía no quisiera conversar, al menos sabía que no estaba sola, que tenía a su amiga a su lado.
Intercambiamos mensajes, me contó de sus miedos, yo le conté experiencias, la mía propia y las de tantas mujeres con las que he tenido oportunidad de compartir a través de Mama Mía.
A su vez Helen había enviado la dirección de nuestro blog a otra amiga, la que le comentó que era la primera vez, en mucho tiempo y tras mucha información que había buscado sobre el cáncer de mama, que leía algo específicamente orientado a lo emocional, lo que según ella, es la parte más difícil de enfrentar.
El día que internaban a su amiga, seleccionó del blog un poema y un cuento, los imprimió y los llevó con la intención de dejárselos para que los leyera en el momento que quisiera. Una vez que llevaron a Lucía para un examen previo, ella entabló conversación con otras pacientes y acompañantes, las que le pidieron si les podía leer el poema.
Por supuesto, les dijo y les leyó:
Como una mariposa
"Para la mariposa
la vida es corta
muy corta
pero es hermosa.
Ve la luz,
siente el calor del sol,
huele y liba las flores,
vuela, se posa y vuelve a volar.
Sintámonos como una mariposa,
disfrutemos plenamente
cada momento.
Batamos nuestras alas
y elevémonos en el camino
de esta vida que nos toca vivir.
A veces con penas,
otras muchas con alegría,
pero sobre todo,
con amor y el convencimiento
de que siempre...
vale la pena volar.
Este momento de lectura compartida provocó lágrimas en todas ellas, le pidieron copias para tenerlas cerca (...) los pegaron al lado de sus camas para que pudieran leerlas otras pacientes, sus familias y sus amigos.
Es en estas instancias que sentimos que lo poco que hacemos vale porque es útil para el corazón de alguien y comprobamos que no es necesario ser paciente para entender y ayudar al enfermo y que no es el cáncer lo que nos une sino que es el vehículo que logra hacernos llegar (...)
Esta historia continúa. Y hay en el libro muchas más. Les invitamos a seguir leyendo y a estar atentas/os. Pronto sabrán de nosotras.
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