Escritor y periodista Oscar Bruno Cedrés
FRANCISCO A. BRUNO
ISNARDI
“Biografía”
Francisco
Antonio Bruno Isnardi, nació el 9 de setiembre del año 1919 en la
7ª. Sección Judicial de Rocha, conocida como Garzón, en el
departamento de Rocha.
Fueron
sus padres Francisco Gabriel Bruno Diayuto, oriundo de la 2ª.
Sección Judicial de Rocha, de padres italianos y Clorinda Isnardi
Díaz, oriunda de la ciudad de Maldonado, de padres de origen
español.
Fue
el mayor de 8 hermanos, 6 varones y 2 mujeres.
Su
padre tenía Almacén y Ferretería en la zona del Sauce de Rocha,
conocida comúnmente como El Ombú, siendo el referido comercio
parada o posta, de las carretas y diligencias, que venían por
entonces de Montevideo, por el llamado Camino Real.
El
nombre del comercio fue también el de la zona: El Ombú.
Esta
casa natal construida por su abuelo y su padre, con el aljibe, los
árboles frutales, palmeras, ombú, sigue igual sin tan siquiera
habérsele cambiado los vidrios. El material para la construcción
vino por tren desde el Puerto de La Paloma, siendo su procedencia
italiana.
Comienza
en la Escuela del Sauce, siendo su Maestra Directora doña Cata Pioli
de Rodríguez.
Siendo
aún un niño, la familia se traslada a vivir a la ciudad de
Maldonado, en la zona de la avenida de entrada de la ciudad de San
Carlos.
Continúa
el ciclo escolar en un Colegio en la ciudad fernandina hasta cuarto
año, dejando la misma para ir a trabajar el comercio de su tía
Elena Isnardi y su esposo E. Presno, también lo hace en la Panadería
La Virgen de su tía Isnardi y su esposo Tejera en la “cuadra”
como ayudante en la elaboración, en ese período que vive en la
capital y mientras concurría al Colegio hizo de monaguillo en la
Iglesia de Maldonado
Luego
ya siendo joven pasó a trabajar en la construcción en el balneario
de Piriápolis.
Vuelve
a su zona natal de paseo, concurre a una de las populares “kermeses”
de la Escuela de el Sauce de Rocha y se enamora de la hija del
“Alcalde de la 7ª. Sección”, con la que luego se casaría:
María Luis Cedrés Martínez.
Se
casaron en la ciudad de Rocha en el Juzgado de Paz, el día 26 de
Julio del año 1941.
Tuvieron
un hijo: Oscar Antonio y una nieta: Rossana Verónica Bruno de los
Santos, dos bisnietos, Luca y Malú.
En
el ámbito familiar y de las amistades como el “Quito”,
sobrenombre que le pusiera su hermano Sergio, porque como le decían
Francisquito, su hermano repetía: Quito.
Luego
de casarse se radica con su esposa en el Balneario La Paloma,
trabajando como mozo en el viejo y recordado Parador del Parque
Andresito, donde hoy esta el Centro Cultural de la Intendencia
Municipal de Rocha.
Lo
hace por una temporada y se trasladan a la ciudad de Rocha, se
radican en la casa de sus suegros ubicada en la Avda. Julio J.
Martínez casi Lavalleja.
Comienza
a trabajar en “El Molina del Pueblo”, propiedad de Don Francisco
Vázquez Curcho, el que estaba ubicado en la calle Ramírez, entre
Zorrilla y Ansina. Tenía en el frente del mismo como símbolo un
arado pequeño puesto en la pared.
Este
establecimiento comercial muy importante de nuestra ciudad durante
muchas décadas, comenzado en los primeros años de la década del
treinta y que cerrara por la mitad de la del setenta, era además de
molino de harina, maíz, comercio mayorista, tenían en el terreno
contiguo tambo, donde se le sacaba leche a las vacas que se
pastoreaban en lo que hoy es la Plaza Ansina o en el terreno de en
frente de la calle Ramírez, además de empresa de traslado de
correspondencias y encomiendas a Montevideo, actividad que realizaba
un hermano de Vázquez, Juan Carlos, en el tren o motocar que iba
desde nuestra ciudad a la capital. Desde la Estación Rocha al
comercio la mercadería se trasladaba en un “charret” tirado por
caballo, siendo Aquiler Pereira quien conducía el mismo.
El
reparto de mercadería en la ciudad lo hacía Bruno en bicicleta,
habiendo tenido entre otros como compañeros de trabajo a Santiago
Rodríguez, que era quien hacía el reparto en carro con caballo, el
Pocho Sosa y Gómez que trabajan en la parte de almacén.
En
este comercio Francisco Bruno desarrolló muchas actividades, era
vendedor de lotería en la calle, encargado de sacar leche en el
establecimiento donde hoy está Canal Ocho con sus oficinas y equipos
de trasmisión.
También
era el que hacía la tarea de molienda en el molino que daba a la
callejuela Montevideo, hoy Sención.
Al
tiempo que trabajaba en lo de Vázquez Curcho, tomó clases de
“tenedor de libros” que era como se le conocía por esos tiempos
a quienes se preparaban para llevar la contabilidad de las grandes
empresas.
Don
Victorio Forapagliero Vinoi y Don Francisco Váquez Curcho fueron
quienes le marcaron el “rumbo” en el arte del comercio. Estas dos
personas fueron grandes comerciantes, muy importantes en nuestra
ciudad y marcaron una época y un estilo, del que Bruno fue un
brillante representante a lo largo de toda su vida.
La
familia Bruno luego de residir en la Avda. J. J. Martínez, pasa a la
casa de la calle Rodó No. 30, luego al Barrio José Machado,
alquilando la casa esquinera de Avda. Agraciada y Andrés Chevestre,
frente de donde hoy está la sede del Club Lavalleja, propiedad de la
muy popular y conocida Doña Juana Díaz.
En
esos tiempos Bruno trabaja en la Empresa de Ómnibus de Jacinto de
los Santos, lo hace como guarda en las excursiones que realizan a
diversas ciudades, como a Montevideo a los partidos clásicos en el
Centenario, a Chuy con paseos incluidos por la Fortaleza de Santa
Teresa, entre otros.
A
principios del cincuenta pasan a la casa de la calle Ansina No. 71.
En
esos tiempos Francisco Bruno además de trabajar en el “Molino del
Pueblo”, lo hace los fines de semana como mozo en el Rocha Atletic
Club, cuando la sede estaba en la calle Treinta y Tres, los domingos
lo hacía en la fábrica de pastas del “Pera” Schiavo, ubicada en
la esquina de Leonardo Olivera y Lucio Sanz y Sancho y por las noches
en su casa realizaba tareas junto a su esposa en cardo, tapizando
sillas para la Fábrica de Juancito Nogueira, la que estaba en la
calle Treinta y Tres casi Ansina.
En
1953 deja todas esas actividades y pasa a la cantina del Rocha
Atletic Club, esta vez como socio propietario con la Directiva de
dicha Institución. Tiempos de gran auge del viejo Club, que tenía
un gerente, el señor Miguel Ángel Cola, 4 porteros, uno por turno,
Hernández, Artigas H. Corbo, Álvarez, entre ellos, un encargado de
la ropería, Eguren, dos orquestas estables, la típica de “Panchito”
Teibo y la jazz de Domingo D!Elía, en la cantina Bruno tenía tres
mozos estables, los fines de semana y los de grandes bailes se
agregaban un ayudante en el mostrador y dos mozos. Mientras estuvo
en esta actividad su esposa estuvo permanentemente trabajando con él.
Los mozos estables eran Carlitos Rivero, el “petiso”, Cirilo
Martínez, y Tulio Machado, el “chiquito”, los extras de los
bailes eran Martínez y un argentino de nombre Ricardo y Tomás
Pereira, para los grandes bailes se contrataba un encargado de lavado
de vasos y limpieza de botellas, uno de los que más estuvo en esta
tarea fue Luis A. Dominicci.
En
el año 1955 pasa a vivir con su familia en el centro, Treinta y Tres
esquina 25 de Agosto, a media cuadra del Rocha Atletic, un año
después se mudan para la casa pegada, ubicada en 25 de Agosto al
148.
Trabaja
en la Institución Social de la calle Treinta y Tres hasta marzo del
58.
Ese
año comienza una nueva actividad para Francisco Bruno y su esposa:
la comercial, como viajero primero, luego con la distribuidora.
Este
establecimiento comercial rochense, fundado por Bruno, fue por más
de cuarenta años distribuidora de importantes empresas nacionales e
internacionales.
Comenzó
con las actividades en marzo del año 1958, teniendo su residencia
por entonces en la calle 25 de Agosto al 148 y el depósito en la
misma calle, donde existía un galpón de los Rocca, pegado donde
estuvo el Teatro ASTRAL, (qué digo... la vieja Fragata).
En
los comienzos la Distribuidora, que con los años tendría como
slogan: “EL DECANO DE LOS REPRESENTANTES”, vendía los productos
de Oneto, Vignale & Cia. S.A. comercio mayorista de Montevideo
que tenía una línea de productos muy importantes y conocidos por
aquellos tiempos, como Yerba Toro, Sidra La Dominga, Hojas de Afeitar
Cadiz, y lo hacía no solo en el departamento de Rocha, sino que
también en las ciudades de San Carlos, Maldonado, Aiguá, Minas y
Solís de Mataojo.
En
1959 se suma a la cartera de distribución los Vinos Boina Roja, que
venían de Melo y los Productos BAYER, como sub distribuidor de Ledo
Bentos Llano distribuidor en la capital olimareña y comienza la
misma a crecer...
En
la Navidad de 1959 se traslada hacia donde sería por el resto del su
existencia el local de la Distribuidora: Zorrilla de San Martín
No.68, con el teléfono 323.
Había
que hacer kilómetros para ganar el peso y conservador como lo fue
siempre Francisco Bruno, gastó poco en vehículos. Le conocimos la
cupé amarilla marca De Soto; el Austín A-40 color negro; una
camionetita SIMCA y la Crysler Rural modelo 51 que por más de
treinta años fue su compañera de giras.
La
década del 60 llega con un vendaval de oportunidades de mayoristas
capitalinos que confían la distribución de sus productos a Bruno...
a aquel modesto dependiente del Molina del Pueblo de Francisco
Vázquez Curcho de los años 39. Ya tiene vuelo propio. Vende de
todo... Tabacos, cigarrillos, papel de fumar, té, insecticidas,
flores y coronas, golosinas, vinagres, detergentes, hojas de afeitar,
yerba, heladeras, televisores, bebidas y buenos whiskys.
Y
ahí surgen los nombres de Fleischmann Uruguaya Inc. y su larga lista
de productos: Postres y flanes Royal y Royarina; Levadura seca
Fleischmann, Polvo de Hornear Royal, las Gelatinas y los
Bizcochuelos, luego vendrían los Helados, Salsa Blanca y Refrescos
Royarina; Compañía Industrial de Tabacos con sus cigarrillos
Nevada, Flor de Lis, Oxi Bithué, Plymouth, Colibrí y los Tabaco
Toro, Cerrito o Yaguarón; Casabó con Papel Jaramago, Naipes Tatú y
Papel Alquitrán; Té Hornimanns, Bayer con sus populares
analgésicos: Cafiaspirina, Aspirina, Evanol, Aspirinetas,
Instantina; Refagán, Aspirina C y los insecticidas: Mafú; los
caramelos y dulce de leche de Moure y Cia: Glorieta; vinagres J.P.
Gamberoni; la Imprenta S. Gómez de Minas, Sapriza Grundel;
Productos Monte Cudine; Barraca Deambrosi y su Sal Sek y los Vinos
argentinos “Promoción”; los productos Vesubio: Amarga, Grapa
Miel, Cogñac El Peñasco, Anís, whiskys Tiller’s, Teachers,
Doctors, Famous Grous (el escocés de la perdíz) y una extensa lista
de grandes e importantes empresas más.
Fue
Bruno otro de los personajes típicos de las calles de Rocha,
fundamentalmente en horas tempranas de la mañana, por aquello de que
había que repartir la levadura fresca Fleischmann a las panaderías,
dentro de las que surgen los nombres de la de Silvera, La Francesa,
La Española, la Victoria, Nuevos Rumbos, La Golondrina, La Italiana,
El Cañón, La Comercial, La Uruguaya, Artigas, La Porteña, San
Jorge, La Nueva Victoria.
Vale
también recordar algunos precios de tiempos “ha”, como una
botella de vermouth 21,36; la cebada malteada en paquete de 500 grs,
2.05; la fruta picada de Aromacos Ltda.. el kilo 28,oo; la caja de
Aspirina C de 24 sobres 87,77; el vino argentino Promoción, en caja
de 1 lt. 13 con 60; Amarga Vesubio la botella a 78,oo pesos, la caja
de grasa vacuna Super Star de Fleischmann de 15 kilos, $ 100,oo,
precios estos con la moneda uruguaya de hace más de 10 años.
En
esta historia los medios de transporte de las mercaderías desde la
capital tienen su lugar y hay que darle su inmenso valor, así el
viejo y recordado ferrocarril fue de los primeros, hasta la Estación
de A.F.E. había que ir un par de veces en la semana a buscar las
encomiendas, también ya estaba Expreso Rocha que era todo un símbolo
en el transporte carretero, no podemos olvidarnos de O.N.D.A. todo un
emblema en la vida de nuestro país; luego vendrían Fernando
Recuero; Transporte Bosco; Juan Carlos Maurente, hasta que llegaría
el tiempo de que muchas Fábricas comenzaron a usar sus propias
empresas transportistas como “El Tiburón” de Luis Martínez que
traía los cigarrillos y tabacos; o los propios camiones de
Fleischmann.
En
noviembre del año 1988, en la Criolla del Este, la Empresa festejó
junto a su personal, autoridades, representantes capitalinos de
diversas empresas y amigos, los 30 años como distribuidora y los 25
años que se cumplían ese mes de la representación de Cigarrillos
Nevada.
En
noviembre de 1995, abrió sucursal en el Balneario La Paloma, con
local en la esquina de Urano y Júpiter, que era atendida por su
nieta Rossana Verónica Bruno.
La
Distribuidora de Francisco A. Bruno, tuvo a lo largo de sus más de
40 años muchos empleados, desde los cadetes hasta los vendedores,
pasando por los administrativos, al hoy recordar algunos pasajes de
esta Empresa rochense, no pueden faltar los nombres de quienes siendo
todos muy jóvenes ya no están entre nosotros: Mario Santos, que
tuvo toda una vida como vendedor y que fue uno de los paladines de la
misma; José Conde, uno de los primeros vendedores en la ciudad;
Pedro De León, Cabrerita y George Viega, tres de los muchachos de
los “mandados”.
En
este recordar de nombres los primeros vendedores fueron Darli García
Silvera en Rocha y Miguel Cruz en Castillos; Sonia Rodríguez y
“Charo” Silva las primeras administrativas; Sergio Chápore,
Juancito Willebald y Juan Carlos Deliotti los primeros mensajeros.
Marino
Arriola, Ángel “Cacho” Eguía, Carlitos González Moreira,
Wilmer Silva Ledesma, Silvia De León; fueron por gran parte de la
historia de Francisco A. Bruno Representaciones, pilares que
secundaron la diaria labor de la empresa por muchos años.
También
quienes estuvieron en los últimos tiempos como Daví Pereyra, José
Illia, “Cococho” Cáceres merecen una mención.
La
empresa Francisco A. Bruno S.A., en sus algo más de 40 años, tuvo
de las buenas y de las otras, en el invierno del año 1994, el
comercio fue robado y los maleantes además prendieron fuego,
ardiendo gran parte de uno de los depósitos.
Fueron
su esposa María Luisa Cedrés y su hijo Oscar, quienes estuvieron
junto al fundador Francisco Bruno desde el comienzo e inclusive luego
de fallecer éste en julio del año 1995 siguieron por un tiempo más
con las representaciones.
La
empresa Francisco A. Bruno S.A. Representaciones, cerró sus puertas
el día 4 de mayo del año 1998, habiendo marcado un mojón
importante en el diario vivir comercial del departamento de Rocha,
siendo permanente colaboradora de todo el quehacer cotidiano de la
zona, instituciones de servicio, escuelas, acontecimientos deportivos
y sociales, y todo el que lo necesitó tuvo el apoyo de la Empresa y
sus propietarios, incluida la prensa.
Desde
el 58 hasta el final de sus días estuvo siempre al frente de “su”
empresa, marcando un estilo y perfil propio, de un comerciante de las
viejas escuelas rochenses de Don Victorio Forapagliero y Don
Francisco Vázquez Curcho.
Falleció
en la ciudad de Rocha a los 76 años, el 9 de julio del año 1996, en
su domicilio de la Avda. Juan Zorrilla de San Martín No. 68.
La
vida social de Francisco A. Bruno fue mucha y también muy variada,
su militancia política la hizo siempre dentro del Partido Colorado,
primero apoyando la candidatura de Julio María Sosa, luego en el
Batllismo de el Diario El Día y su lista 14, donde ocupó cargos
dentro de la conducción interna de la Agrupación por los Ideales de
Batlle, alcanzando a integrar listas a la Junta Departamental en los
primeros lugares.
Era
un batllista de la vieja guardia, la de Don Pepe Batlle con su
socialismo y su coqueteo anarquista.
Su
pasión por el fútbol siempre fue muy grande, hincha fanático de
Peñarol de Montevideo, desde su niñez, admiraba a Raúl Schiaffino,
a Roque Gastón Máspoli, a Obdulio Jacinto Varela. Tenía un dicho,
en toda actividad que él emprendía le gustaba ser como en el
fútbol: “el Cinco” como Obdulio, el que mandaba y el que
distribuía el juego.
En
Rocha su equipo lo fue River Plate, en él fue dirigente por la
década del cincuenta y sesenta, junto a grandes directivos de los
decanos como Fabián González, Conrado Corbo, Sánchez Eguía, el
“Gordo Pizza”, Byron González, Cando González, poniendo plata
de su bolsillo y también su casa para alojar jugadores que por
entonces venían de la vecina ciudad de Maldonado.
Participó
activamente desde su puesto de cantinero del Rocha Atletic Club en
las colectas para los Campeones del Este de fútbol del 55 y en la de
recolección de fondo para que Javier Barrios concurriera a los
Campeonatos Mundiales de Ciclismo de Italia.
En
el básquebol local su preferencia fue por los rojos de La Estiva, el
CADER, lo que le costó más de un dolor de cabeza, y también su
trabajo como cantinero del Rocha Atletic, que no aceptaban que “su
Cantinero” fuera hincha del equipo archi rival.
En
su pasaje en el Rocha Atlétic, tuvo participación muy activa en la
organización de Campeonatos de Tenis de Mesa Inter. clubes, donde
participaban entre otros representantes de Peñarol, Nacional, Rocha
Atletic, La Parroquia, Bancarios, el Club Obrero, deporte que por
entonces se conocía como el Ping Pong. Trajo a los por entonces 6
veces campeones nacionales, que eran jugadores del Club Nacional de
Fútbol de Montevideo, también fue el propulsor del partido más
largo y por entonces record jugado por estas zonas, casi 24 horas
consecutivas lo hicieron Juan San Martín Teliz y el profesor Walter
Nieves.
Su
actividad en el Club Deportivo Unión fue larga y muy importante, en
colaboración con otros grandes dirigentes que tuvo la Institución
de la calle Gral. Artigas, como Juan Carlos Maurente, Niver Benencio
Terra, Miguel Ángel Casanyes, Juan Carlos González Moreira. Ocupó
varios cargos dentro de la Directiva siendo Presidente,
Vicepresidente, Vocal, etc. En su Presidencia fue cuando más se le
dio impulso a la construcción del primer gimnasio cerrado que tuvo
nuestra ciudad, dejándolo habilitado para el uso no solo de los
socios sino que vino a llenar una necesidad que tenía toda la
sociedad rochense de tener un local amplio y cerrado para todo tipo
de espectáculos.
Durante
varios años Presidente de la Comisión de Fiestas de Verano y
Carnaval de la Intendencia Municipal de Rocha, en esta trabajó con
otro grande del Carnaval como lo fue Alfredo Núñez Silvera, y
Herley Quartino, Juan San Martín Teliz, Ramón Fernández entre
otros, llevando las fiestas carnestolendas a todas las ciudades y
pueblos de nuestro departamento y de Maldonado.
Fanático
de la selección de fútbol de Rocha, la acompañó a todos los
rincones del país donde los celestes jugaran. En auto, taxi,
ómnibus, en excursiones, con amigos, con la familia, pero siempre
junto a los representantes de nuestro fútbol, desde el cincuenta
hasta que su salud se lo permitió.
Le
quedó en el debe el haber ido a Italia, a la zona de donde provienen
los Bruno que viven en nuestra ciudad y Maldonado, que es Salerno,
viaje que siempre quiso realizar pero que por diversas circunstancias
se fue postergando y nunca pudo realizar. Para él Italia y todo lo
que estaba relacionado con el país de la “bota” lo atrapaba y
emocionaba mucho.
Oscar
A. Bruno Cedrés
Octubre/07
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