En un acto de estricta justicia
la policlínica de Puimayen (La Barra) llevaría el nombre de SAÚL
BAT, quien fuera uno de los primeros integrantes del movimiento
popular que tanto bregara por la salud pública del balneario.
Nacido en la 5ta. Sección de
Durazno, se inició como ferroviario y a los 20 años se fue a
Montevideo, cumpliendo distintas actividades, en bares y
restaurantes, (mozo, pizero, repostero) recalando finalmente en la
empresa FUNSA, donde permaneció durante 40 años. En una excursión
familiar, se vino a La Barra en un Ford A de su padrino, en un viaje
por etapas, acampando en varios puntos de la ruta. El balneario lo
atrapó
de inmediato, comprando un terreno y construyendo su primera
vivienda. Terrenos separados por costaneras, que sujetaban viejos
alambres y postes que se inclinaban ante el paso de los años. El
silencio lejano se quebraba con el ruido del mar, que se iba
convirtiendo en el mejor promotor de un balneario en formación con
pretensiones de competir. A pocos metros de las modestas viviendas,
una zanja serpenteaba entre los médanos, llegando a la costa con el
nombre La Aguada. De esta manera fue echando raíces, mientras
alternaba en distintas comisiones que apuntaban a concretar
aspiraciones de los residentes. Le tocó
en suerte vivir una etapa de sana convivencia entre los pocos
habitantes de Puimayen. Por allí andaban también Etchartea,
Campito, Aguilera, Ávila y pocos más, que recogían las
aspiraciones de los vecinos que pasaban fundamentalmente por la luz,
el agua, la escuela, la policlínica, el arreglo de calles y el
reparto de los Reyes Magos. Fueron muchos años dedicados a estudiar
y planificar etapas fundamentales para el desarrollo del balneario.
Algunas obras se cristalizaron en vida y otras quedaron en el mejor
recuerdo de los vecinos del balneario, en el momento de la evocación.
Saúl Bat, un luchador incansable que nunca quiso el destaque
personal, ni la nota periodística que suele transitar por el terreno
de las vanidades. El destino ha querido que su hijo Iván,
desde la Junta Local, sea el continuador de algunas obras que la
muerte por demás artera en esta oportunidad, no le permitió
cristalizar.
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